El portero costarricense Leonel Moreira ha vivido en carne propia la crisis política que golpea a Bolivia, que ya suma tres semanas de disturbios y acabó con la renuncia del presidente Evo Morales.
Moreira quedó fuera de la Tricolor para los enfrentamientos ante Curazao (14 de noviembre) y Haití (17 del mismo mes), pues no pudo salir del país suramericano, dado que los aeropuertos se encuentran cerrados a causa de la crisis.
“Es difícil vivir esta incertidumbre, uno nunca ha vivido estas circunstancias. Hay un poco de temor porque el aeropuerto está cerrado, todo está cerrado. Está muy difícil para salir del país, estamos tratando de buscar vuelos para sacar la familia y salir lo más rápido posible de acá, estamos expuestos a que pueda pasar algo mayor", comentó Moreira a La Nación.
Evo Morales dimitió el domingo, presionado por los militares, la policía y por la oposición, que le exigieron dejar el puesto que ocupaba desde el 2006 con el fin de pacificar al país al renunciar a su cuarto mandato, al que aspiraba tras sucesivas reformas constitucionales y un referendo adverso.
La salida del presidente provocó explosiones de júbilo, pero también violencia en La Paz y otros puntos del país. Bolivia vive ahora un vacío de poder, por la renuncia de todas las autoridades que formaban la cadena de sucesión constitucional.
Ante tal escenario, la consigna del arquero costarricense es clara: sacar a toda costa a su esposa y a sus dos hijos de suelo boliviano. Sin embargo, el cierre de aeropuertos ha complicado su situación.
Moreira recibió el apoyo del cuerpo técnico de la Mayor liderado por Rónald González. La cabeza del cancerbero del Bolivar (club tradicional de este país) se encuentra en otro lado. Debe ayudar a su familia.
“Es difícil dejar una convocatoria, pienso que en este momento es más importante la familia, estar unidos. Se me sale de las manos esta decisión, yo hablé con el entrenador y entendió mi punto. Por dicha estamos en casa, seguros y no ha pasado nada grave que hayamos visto", agregó Moreira.
Los problemas en Bolivia vienen desde el pasado 22 de octubre, dos días después de las elecciones presidenciales, en donde se dieron incidentes violentos, incendios, enfrentamientos con la policía y saqueos.
“La verdad que todos los negocios están cerrados, el transporte público no está funcionando, el teleférico está parado. Todo el país está parado. Estoy tratando de ver cómo hago para mandar a mi familia Costa Rica", comentó el portero.
Antes del desenlace de este domingo, un informe estatal de la Defensoría del Pueblo señaló que desde que estallaron los conflictos se reportaron tres muertos y 383 heridos.
La familia de Moreira se ha visto afectada en su rutina diaria, pues con todos estos problemas la incertidumbre y tensión viene en aumento.
“La verdad es complicado y frustrante estar todo el día en la casa, con la zozobra de que puede pasar algo mayor. Orando y pidiéndole a Dios que todo se restablezca por el pueblo boliviano. Los niños si han tenido lapsos muy largos de no ir a la escuela", agregó Moreira.
En la parte deportiva, el guardapalos podría dejar el fútbol boliviano debido a esta crisis, pese a que ha tenido buen suceso, con acción en 14 de los 16 partidos del torneo.
“En cuanto al tema contractual, hablé con Pachuca y van hablar con Bolivar a ver a qué términos llegan. Yo tengo que quedarme porque no se ha dado una resolución del torneo, está a un paso de suspenderse”, concluyó Moreira.