Desde niño, escucho cada consejo de mi padre. Su manera de criar a sus cuatro hijos se basa en el diálogo.
Conversar con un café humeante en la mesa o dialogar en el carro mientras vamos y venimos entre Alajuela y Fraijanes. Aun cuando se disgusta, pone la conversación por delante. Es incontable la cantidad de veces que me ha dicho que siempre la palabra vale más que el dinero.
Don Gustavo Alfaro, técnico de la Selección de Costa Rica, permítame compartirle este consejo de mi padre, si lo ve bien.
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Hace casi una semana, la prensa deportiva en Paraguay soltó la noticia, entre otros rumores, sobre el interés de la Asociación Paraguaya de Fútbol en llevar a sus filas al técnico de la Sele. Hace casi una semana que el señor Alfaro y su entorno no se pronuncian al respecto con certeza, postura que considero una total falta de respeto para el aficionado costarricense y para sus permisivos patronos.
El argentino inició sus labores en el país en noviembre de 2023 y, desde entonces, en sus kilométricos discursos ha subrayado que el gran objetivo que tiene es llevar a Costa Rica a la Copa del Mundo 2026. Lo ha usado en todo momento, incluso como justificación si en el inicio de la eliminatoria y en la actual Copa América los resultados eran desastrosos.
Incluso, al finalizar el torneo del continente, tras vencer a Paraguay, recordó que el gran objetivo es estar en la mayor cita en el orbe que tiene el fútbol. Sin embargo, parece que pocos días después estas palabras podrían ser borradas por una gran oferta que presentó la Asociación Paraguaya de Fútbol en comparación con lo que pactó con Costa Rica en noviembre de 2023.
¿Que el dinero pone a pensar a cualquiera? Que al parecer podría llevar una semana pensando en si continúa con Costa Rica o toma un vuelo hacia Paraguay, eso no lo puedo entender. Esto me parece irrespetuoso para una afición que lo ha apoyado y para una Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) que apostó por usted cuando estaba desempleado.
Otro tema que me parece poco tolerable por parte del técnico argentino es que su representante le pidió hace unos días a la Fedefútbol un aumento económico en las condiciones pactadas hace ocho meses.
¿Será que el señor Alfaro aprovecha su momento de buen mercadeo para ver más dólares? ¿O será que si le va mal más adelante en la eliminatoria mundialista pedirá una rebaja en las condiciones acordadas porque no merece lo pactado?
Señor Gustavo Alfaro, si lo mueve el dinero, adelante. Si vino a Costa Rica por dinero, se equivocó de país; el fútbol tico no mueve los millones de dólares de potencias suramericanas o las del norte de la Concacaf.
Yo le comparto el consejo de mi padre: no todo es dinero en la vida, y tampoco vale más que la palabra.