“No hay que rogarle a nadie”, “las convocatorias a la Selección no se negocian”.
He leído múltiples criterios similares a este en las redes sociales, especialmente cuando se discute sobre la necesidad de convocar a Keylor Navas para el proceso que recién empieza, al frente del técnico Gustavo Alfaro.
Probablemente, nueve de cada 10 aficionados admitan que el talento de Navas (aún siendo suplente en el PSG) es incuestionable y le alcanza para defender el arco de la Selección Mayor.
Es evidente que la presencia de Keylor adquiere una relevancia mayor cuando se confirma que el arsenal ofensivo refleja serias deficiencias y, por lo tanto, es probable que se necesite de un portero ‘top’ para clasificar a la próxima Copa del Mundo.
El antecedente más cercano sirve como prueba para corroborar nuestra dura realidad: Sin Navas en ‘modo leyenda’, es improbable que la Nacional hubiera remontado en la segunda vuelta de la pasada ruta mundialista para conseguir, ‘in extremis’, el boleto.
El descontento. Ciertamente, las diferencias de criterio entre la afición surgen por una especie de descontento colectivo que percibe como poco creíble que Navas falte de manera tan constante a la ‘Tricolor’ (aún cuando, esta vez, está lesionado).
Es decir, ha faltado a tantos llamados que un sector de la grada siente que el portero ha perdido interés por la ‘Tricolor’ y, por lo tanto, ya no se le debe llamar más.
En resumen: pocos dudan de su talento, pero muchos cuestionan su compromiso.
El punto neurálgico de esta columna pasa por evitar cualquier argumento emocional y responder a una interrogante tan simple como impopular: ¿Sin Keylor Navas, Costa Rica puede clasificar a la siguiente Copa del Mundo?
Confío en que Gustavo Alfaro haga que este equipo funcione colectivamente y ofrezca un progreso notable en el mediano plazo, pero aún así considero que la ‘Sele’ necesita de un portero muy sobresaliente para sellar el boleto al Mundial de Norteamérica.
Kevin Chamorro me parece un buen portero, como también Alexandre Lezcano o Patrick Sequeira, pero la realidad es que ninguno se acerca a la calidad de Navas.
A sus 36 años, el portero parisino es muy superior a los demás y, aún suponiendo que haya venido a menos en su desempeño, la jerarquía y el respeto que impone frente a los rivales no es comparable con el resto de guardapalos.
Si a la Nacional le ‘sobraran’ individualidades, tal vez este tema ni siquiera se discutiría. La verdad, no haría falta pensar en un gran arquero, pues se compensaría su ausencia con la presencia de un gran juego colectivo, como sucede en otros países.
Sin embargo, esta no es nuestra realidad y dudo que cambie demasiado en el próximo año y medio, si se evalúan las falencias en múltiples posiciones del campo y el difícil relevo generacional del equipo patrio.
Así las cosas, es fácil abrir una segunda interrogante (más impopular todavía): ¿Debe Gustavo Alfaro negociar con Navas para que solamente esté en la eliminatoria?
Pensar en que un futbolista reciba un trato distinto al resto es visto por la afición como algo inusual y hasta irrespetuoso con el resto de jugadores, aunque probablemente esta sea la ‘gran excepción a la regla’ de la historia.
Es decir, Costa Rica nunca tuvo un portero como Navas y tampoco tanta necesidad de contar con él, por las deficiencias evidentes del plantel.
Y la respuesta pragmática y sin sentimentalismo es “sí”.
Si Alfaro considera que con Navas hay más posibilidades de estar en la Copa del Mundo, debe sentarse a ‘negociar’ con el guardapalos para que afronte la eliminatoria.
Básicamente, hay un argumento emocional y otro sin ‘sentimientos’ de ningún tipo.
El emocional pasa por sentir que Navas ha ‘menospreciado’ a la ‘Sele’ con sus ausencias y, como nadie es ‘indispensable’, Costa Rica no lo necesita.
Pero también está el criterio 100% pragmático: Hay un objetivo mayor que nos supera a todos (en cuenta a Navas) y es asistir a la Copa del Mundo.
Afrontar la cita mundial genera recursos frescos que, en un país de tercer mundo, son indispensables para evolucionar. Este dinero se reinvierte en ligas menores e infraestructura deportiva, pero también en pagar deudas.
Básicamente, el Mundial mueve tanto dinero que algunos clubes necesitan de estos ingresos para crecer y garantizar la sostenibilidad de sus equipos.
Así que si hoy es necesario Navas habrá que llamarlo y convencerlo de que afronte la eliminatoria porque, al final, hay un bien mayor: Asistir a la Copa del Mundo.