Sabe a agonía, a desahogo y catarsis. Así vibró la fiesta de gritos, lágrimas, brincos y abrazos que tejieron los aficionados en la fuente de la Hispanidad, en Montes de Oca, luego de que Costa Rica consiguiera el último boleto, el 32, para acudir a la fiesta del Mundial de Fútbol Qatar 2022.
Los gritos de miles de voces corearon el mantra tico de ‘Oé, oé, oé, ticooooooooos’ mientras chorros de cerveza salían de las latas al aire mientras los dueños de la bebida daban brincos mientras recorrían en círculo la rotonda. En cada boca, la misma frase “gracias por tantos hu...”, la forma más llana y coloquial de agradecer que la Sele ganó siete de los últimos ocho encuentros y se presentará a la cita que reúne a las mejores selecciones del mundo.
Apenas concluyó el partido en el Estadio Ahmad Bin Ali, en Al Rayyan, de inmediato se desató la locura. El festejo, sin embargo, se sentía distinto esta vez.
Ya antes la fuente de la Hispanidad ha vibrado de emoción por la Sele pero esta vez también había una buena dosis de desahogo luego del período reciente de pandemia con todas las congojas económicas que heredó, los hackeos a instituciones públicas y la angustia de ser víctimas criminales cibernéticos, las alzas de los combustibles, la devaluación del colón y precio en subida de los alimentos.
Fiesta sin duda pero sobre todo un momento liberador; una recobrada alegría de gritar a todo pulmón con los brazos al cielo y sentirse vivo pese a todo. La Sele podrá haber clasificado apenas pero ya campeonizó en el corazón de la gente que se lo agradece al equipo.
“Muchachos, bendiciones. Muchísimas gracias por este esfuerzo y sueño hecho realidad. El país lo necesitaba”, dijo Roy Torres de Cartago junto a su hijo Axel y otros familiares venidos a San José a celebrar el pase.
Pasadas las 2:15 p.m., el aire en la fuente se llenó de pitazos desde todo vehículo cercano y también del humo blanco, azul y rojo de juegos pirotécnicos que pusieron color adicional a la marea de gente que tomó el sitio bajo la imperturbable mirada de varias docenas de oficiales de Seguridad Pública apostados en varios puntos de ese paso vial en San Pedro.
“Vamos Sele con hue...”, gritaron en coro la familia formada por Valerie Chávez, su hermano Julio quienes junto a su papá Julio Chávez y su mamá Ivette Agüero se vinieron desde Alajuelita a contagiarse de la ilusión que se desbordaba entre la gente.
Hasta las seleccionadas femeninas Carolina Venegas y Gloriana Villalobos se contagiaron del ambiente. “Estamos demasiado contentas por la clasificación de la sele, la hemos celebrado a lo grande, aquí estamos en la fuente para celebrarlo. Vamos Sele, vamos Costa Rica”, resumía Venegas.
“Sacaron la casta de ser costarricenses y, aunque fue más difícil, igual se logro”, lanzó Álvaro Román, otro protagonista del jolgorio callejero que la Sele propició.