Gustavo Alfaro se siente orgulloso de lo mostrado por la Selección de Costa Rica en la Copa América y anuncia que quiere más, de cara a un futuro cercano.
Después del empate 0-0 contra Brasil, de la derrota por 3-0 frente a Colombia y del triunfo por 2-1 ante Paraguay, el argentino dijo que su plantel no es solo el más joven de la Copa América, sino que, guardando las distancias y haciendo una comparación con la Eurocopa, Costa Rica sigue siendo la selección de menor edad.
Destacó que la Sele llegó a la Copa América con ilusiones, convicciones y hasta dudas, pero que esos jóvenes, después de jugar contra Vinicius Jr., James Rodríguez y otras estrellas, entendieron lo que es medirse contra los mejores.
“A medida que fuimos jugando partidos, fuimos sumando aciertos, virtudes, errores, pero creciendo, porque yo digo que lo importante es que nosotros analizamos rendimientos, no resultados. Hoy no está todo bien porque ganamos, ni está todo mal ante Colombia porque perdimos, no es así”, destacó Gustavo Alfaro.
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Dijo que lo principal es el aprendizaje en este poco más de un mes que llevan juntos, trabajando con microciclos, tratando de cambiar el chip, la mentalidad y la forma, porque se enfrentarían a una velocidad distinta, contra equipos diferentes y que hay espacios que no pueden ceder porque la élite los encuentra y hay que dar la talla.
“Yo les decía antes del partido que lo teníamos que vivir como si fuese la final del mundo, porque el chance de clasificar era muy remoto. Teníamos que ganar el partido no por la posibilidad de clasificar, sino porque yo quería que los chicos se regalaran una victoria para ellos”.
Subrayó que Costa Rica está luchando con humildad, en una cuesta para demostrar que sí pueden hacerlo bien al competir contra los mejores, como ya lo entendieron Haxzel Quirós y Jeyland Mitchell.
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“Los chicos dicen: ‘Sentimos que estamos a la altura’ y ojalá se les abran las puertas y tengan la posibilidad de estar a la altura. Si queríamos regalarnos una victoria era por Costa Rica, porque queríamos demostrarle al país que este recambio generacional, que esta Selección muy joven, tiene el futuro y que el futuro de Costa Rica está en las mejores manos, en las de estos chicos”, afirmó.
Mencionó que vio a Jefferson Brenes trabar en el primer tiempo, que Anthony Contreras dejó la piel al final, arriesgando el físico y luchando por la victoria, por el país, para demostrarle a la gente que este grupo joven tiene ambiciones grandes.
El seleccionador aseguró que se queda muy satisfecho, más que con los resultados, por lo hecho. Contó que un día, en una conversación con Manuel Pellegrini, él le exteriorizó que en el fútbol es imposible hablar si no es a partir del resultado.
Alfaro reiteró que él es un convencido de que el resultado es una consecuencia y una búsqueda; y que tienen cosas por corregir.
“Todavía nos falta crecer, nos falta jugar contra presión, lo que nos faltó en el segundo tiempo, esa capacidad para sostener la pelota bajo presión, para cuando hay un equipo adelantado, tener la letalidad para meter un contragolpe y definir el partido”.
Insistió en que a veces se le pone tanto énfasis al resultado, que se termina agrandando demasiado y a veces se pierde de vista lo trascendente que es el camino que lleva a la construcción de un objetivo.
“Para mí, lo importante es la manera en la que transitamos el camino. Cómo lo transitamos para conseguir un resultado y no es simplemente ganar un partido. Es cuando se hace en medio de un cambio generacional; cuando se aporta al descrédito que a veces conlleva el hecho de apuntar a eso”.
Alfaro citó que no es sencillo tomar los riesgos que significan dejar jugadores que fueron muy importantes para la historia del país y apostar por jóvenes que tienen pocos partidos.
“El riesgo de que pronto nos pudieran golear Brasil, Colombia, Paraguay o Argentina, son los riesgos que a veces uno asume cuando apuesta al crecimiento, porque para mí es más fácil asumir menos riesgos, pero si no hubiese hecho lo mismo que me tocó en Ecuador, hubiese infectado al equipo de un virus letal, de la muerte lenta, porque nos va carcomiendo y nos damos cuenta de que el fútbol nos pide la rendición el día que quedamos al margen del Mundial”.
Dijo que se rehúsa a eso y prefiere asumir el descrédito, las críticas y los cuestionamientos, que quiere que sean dirigidos hacia su persona, a futbolitas experimentados como Joel Campbell, Francisco Calvo, Juan Pablo Vargas o Keylor Navas cuando estaba, pero no hacia esos jóvenes.