Gustavo Alfaro quiere seguir viendo cosas buenas de la joven Selección de Costa Rica en la Copa América. Él sabe que si el partido contra Brasil con ese histórico empate 0-0 fue difícil; el pulso ante Colombia de este viernes 28 de junio a las 4 p. m. será inclusive más complicado.
Dentro de la realidad que vive la Tricolor con su cambio generacional, esta Copa América le permite al técnico saber dónde está parado con esos jóvenes que están iniciando un proceso y también les permite a ellos acumular experiencias impensadas.
Previo al partido entre Costa Rica y Colombia, los cafeteros enviaron mensajes en el sentido de que invitaban a la ‘Sele’ a salir más, a que atacaran. Una línea de la mano con comentarios desde México y otras latitudes que encasillan a Gustavo Alfaro como defensivo.
Al responder una consulta sobre esto en la rueda de prensa de rigor previo a un partido de la Copa América, el seleccionador dejó entrever que no le interesa lo que digan los demás.
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“Ya a estas alturas de mi vida hay batallas que no las doy, ser defensivo u ofensivo. Me decían lo mismo, era defensivo en Ecuador y de pronto habíamos goleado a Uruguay, habíamos goleado a Colombia, le habíamos ganado a Bolivia de visitante, le habíamos ganado a Chile de visitante y era defensivo”, recordó Gustavo Alfaro.
Para explicar el contexto de los señalamientos, mencionó que en aquel momento estaban siete u ocho partidos con la delantera más goleadora, pero no podían mantener el cero en el arco. Y él se obsesionó con defender alto. Un día, declaró que el arco en cero los llevaría al Mundial.
”¿Y para qué?... El rey de la defensa diciendo que el arco en cero lo llevaría a la Copa del Mundo, era el pecado capital y me mataron. De los siguientes ocho partidos que jugó Ecuador, siguió con su promedio de gol y en seis tuvo el arco en cero. Ecuador jugó la Copa del Mundo”.
A partir de eso, Gustavo Alfaro siguió con la etiqueta de defensivo y hoy no le interesa que se la revivan. Su filosofía es que la defensa es una parte, como es una parte el ataque.
“Si yo quiero defender bien, es porque quiero atacar bien y para mí, si me dan a elegir, quiero defender con calidad, no con cantidad, no es una cuestión de amontonar jugadores”.
Indicó que Vinicius estaba doblado en la marca y no porque se le ocurriera, sino porque era la manera de hacerlo, porque si se dejaba en el uno contra uno, era claro que mata a cualquiera.
“¿Cómo hay que marcarlo? ¿A James Rodríguez hay que marcarlo de una manera distinta? Son jugadores que tienen una impronta propia, una capacidad propia. En esa batalla de ofensivo o defensivo, a esta altura de mi vida elijo la batalla que quiero dar”.
En su defensa, de una lucha que en realidad no la está dando con los ticos, sino con cómo lo ven desde afuera, apeló a algunas frases, como una de Ernest Hemingway, cuando dijo un día que el hombre necesita dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
“Yo tengo 61, entonces ya aprendí a callar. Es muy fácil tirar con escopeta ajena, yo les digo que quisiera ver cuántos entrenadores se animan a jugarle al quíntuple campeón del mundo con ocho Sub-23. Después, pedir, es muy fácil. Yo estoy orgulloso de los jugadores que tengo.
”A nosotros todo nos cuesta un sacrificio enorme, no tienen idea del sacrificio que están haciendo estos chicos para tratar de defender con orgullo lo que ellos están representando, lo que ellos están manifestando, ese amor que sienten por la camiseta, ese sentimiento que tienen, ese compromiso”, citó Gustavo Alfaro.
Destacó que a cualquier selección le gustaría ser Brasil, Colombia, Argentina o Uruguay, pero se trata de Costa Rica, humildemente.
“Como decía Serrat: ‘Andamos con lo puesto’, pero yo les aseguro que con lo puesto, yo personalmente, Gustavo Alfaro, yo me siento muy orgulloso”.
- ¿Debe repetir lo que hizo Costa Rica contra Brasil o cambiará algunas cosas por el tipo de rival que tiene al frente?
- A veces uno puede repetir los 22 jugadores en el campo de juego y el partido no tiene por qué ser el mismo. A veces hay eventualidades que disparan el partido para un lado o para el otro. Lo que no puede cambiar es la actitud, el nivel de concentración, la aplicación, la templanza.
”Estamos transitando y el otro día fue importante porque quedarse con el resultado más que nada por las diferencias abismales que había entre valoraciones de un plantel y del otro, quedarse con el resultado es caer en un lugar común.
”Una de las cosas que habíamos hablado con los chicos es la capacidad de transitar la incomodidad, la capacidad de aprender a sufrir cuando las cosas no son como uno quiere, porque obviamente que había que tener concentración para marcar a los delanteros, la gestación de juego, las formas que tenía Brasil, de la misma manera que las tiene Colombia, diferentes, pero muy buenas también.
”Hay cosas que en este tiempo de asimilación que nosotros tenemos para tratar de ir creciendo en nuestro rendimiento es que cuando las cosas no salgan como de pronto uno espera que salgan, que aprendamos a esperar nuestro momento, que aprendamos a transitar la incomodidad que pueda tener el partido. Habrá cosas que nos faltaron contra Brasil, que intentaremos hacerlas contra Colombia.
”Colombia es un muy buen equipo también, es un gran equipo, de todas las veces que tengo uso de razón, de haber visto a Colombia llegar a una Copa América nunca llegó en este estado, con esta si se quiere, prepotencia bien entendida, de aspirar a ganar una Copa. Siempre tuvo equipos competitivos, pero no como llegó este equipo y potenciado porque arrancó ganando.
”Tenemos que tratar de hacer lo nuestro, mejorar las cosas que tenemos que mejorar, las cosas que nos faltaron contra Brasil y en la manera en la que más allá de las sutilezas, de diferencias que puedan llegar a existir entre las capacidades de los delanteros, la aplicación del bloque defensivo tiene que estar en su máxima expresión, porque son delanteros tan o más peligros que los que enfrentamos contra Brasil, con características diferentes, pero con un nivel de daño importante.
”Si no estamos concentrados, si no estamos atentos, si no estamos prestos a todos los detalles se puede complicar y en ese sentido, son las cosas que se tienen que tratar de repetir. Con nivel de daño importante, entonces, si no estamos concentrados, atentos, se puede complicar. Son cosas que se tienen que tratar de repetir”.
- Usted llegó al país hace siete meses y tiene nueve partidos. ¿Ya tiene el estilo de juego definido?
- Yo estoy construyendo los cimientos de lo que es la estructura, hay cosas que no las cambio en cualquier lugar del mundo que me toque trabajar, ya sea un club chico, mediano o grande que pelee por un campeonato, que pelee por salvarse del descenso, una Selección o lo que sea.
”Son las cuestiones macros que hacen a la manera que se siente esta profesión y que se quiere ser representado por un equipo. Los entrenadores somos representados por las actitudes de los jugadores dentro del campo de juego.
”Por más diferencia que exista, por más adversidad que uno pueda tener, a mí me gusta tratar de competir, me llevo muy mal con la derrota. Me gusta competir y quiero que mis jugadores compitan (...).
”La competencia es un privilegio, la presión y la obligación también. Así lo vivo, así lo siento. El orden es fundamental y eso no quiere decir que el jugador no tenga libertades. Parece que el orden es el enemigo del que pretende jugar bien. Parece que si uno habla de orden es que le estamos poniendo un candado a todo lo demás.
”El orden es el punto de partida para un desorden organizado, para que uno tenga libertades para moverse por los sectores del campo por donde tenga que hacerlo, pero en algún momento debe volver.
”El otro día jugábamos contra Brasil y la ambición nuestra era ganar, por más que era muy difícil y nos faltó un montón de cosas. No pateamos un tiro al arco y obviamente no se puede ganar un partido así. Pero la ilusión siempre es ganar, más allá de que se respete al rival, se reconozcan las diferencias y ese tipo de cosas. Eso hace que uno sienta que son cosas que no se negocian.
”La actitud no se negocia y muchas veces uno cree que la actitud es correr y tirarse al piso. No, para mí la actitud es la capacidad que tiene un jugador o un equipo de saber que con lo que tiene le alcanza. Si sabemos lo que somos, sabemos lo que tenemos y lo que nos falta, con eso nos alcanza para pelear. Yo quisiera intentar. Venimos a competir, ojalá pudiera garantizar resultados.
”Podemos garantizar actitudes, saber que no vamos a renunciar nunca a la búsqueda, a la manera o el modo. Después de eso, son matices, que me gustaría hacerlo de otra manera, pero para este equipo se acomoda mejor.
”A veces cambiar o saber cambiar a tiempo es estar preparado para crecer y muchas veces los entrenadores somos tan tercos, que nos escuchan decir que yo muero con la mía y no, yo vivo con la mía”.
- ¿Cuánto se alteró la agenda en la preparación del partido por las condiciones extremas por el calor, porque en el juego no habrá problemas con eso?
- La temperatura no es un dato menor. Vamos a jugar en este estadio maravilloso, tuve la posibilidad de estar aquí en 2016 y se vive el clima que era muy adverso desde afuera a totalmente diferente jugar a 23 grados. La temperatura ideal.
La preparación no se puede hacer, salvo que no salgamos de la habitación del hotel. Hay que hacerla, afuera y administrar las energías porque estuvimos sometidos a un gasto muy grande desde el punto de vista físico por el partido de Brasil.
La manera de equilibrar la jerarquía es donde haya dos de Brasil tiene que haber tres de Costa Rica y eso se vio a lo largo de los 90 minutos. Eso nos obligó a hacer un esfuerzo increíble. Yo veía los reportes de los chicos y fue asombroso, a nivel de los más altos, cuando ustedes saben la postura crítica que siempre tuve en cuanto a la cuestión física.
El rendimiento físico del otro día fue extraordinario de Costa Rica en esos niveles, llevó un gasto importante y es muy poco el tiempo de recuperación. Por suerte, está bien organizada la logística. En la Copa América Centenario a veces equipos tenían que viajar entre cinco y seis horas de lugar a lugar y había cuatro días entre partido y partido. Cuando sumás un viaje tan largo, es como una fatiga más que sumás también.
Acá los trayectos no son más de dos horas. Cuando nos reunimos en Miami y nos explicaron la logística y partieron el mapa de los Estados Unidos en los distintos lugares, nos dieron la certeza de que los partidos que tendríamos que jugar no serían más de dos horas entre traslado y traslado.
Cuando llegamos acá, todas las cosas que uno puede avanzar desde la cuestión visual, si se quiere, la explicación del entrenamiento la hago en la sala del hotel, no los tengo parados en el medio de la temperatura para explicar qué vamos a entrenar o qué tipo de cosas vamos a hacer. Tenemos que entrenar, porque hay cosas que debemos ensayar, pero tratamos de estar el tiempo justo para no cargar más de la cuenta. Monitoreamos todos los rendimientos en tiempo real.
Los jugadores tienen GPS en todo momento, no solo cuando se juega el partido y nosotros en tiempo real vamos viendo todos los movimientos que van haciendo ellos. Si hay una cantidad de metros que tienen que correr en máxima intensidad y no pueden pasar y a lo mejor hay jugadores que lo hicieron antes de tiempo, entonces los sacamos y los cuidados, porque no podemos regalar absolutamente nada.
Se está en los detalles, en las hidrataciones, en los tiempos, en los horarios, en los momentos que hay que entrenar y ajustar los detalles.
En el entrenamiento de ayer, el bus se equivocó en el lugar al que teníamos que ir y había 300 metros, querían bajar caminando y les dije que no, porque la raya está prendida.
Fuimos en el micro y llegamos, porque caminar por el cemento, en esta temperatura es sofocante. Al otro día le pasó a un asistente, que se cayó en medio partido.
Son datos que no son menores. Para nosotros es fácil pedirles que corran, que se sacrifiquen, que luchen, que jueguen bien, que hagan esto y todo lo demás.
Son lugares en los que por algo están cerrados, no hay actividades al aire libre y dosificar las energías es clave para que el jugador llegue al día del partido de la mejor manera.