Fue uno de eso goles que parecen una broma del destino. Una rareza de esas que se dan una vez entre cientos de remates: potente disparo nicaragüense desde fuera del área que se estrella en el horizontal, se eleva hacia las nubes y vuelve al terreno de juego con el efecto y la fuerza suficientes para picar y volver a subir, esta vez con destino al ańgulo de la portería costarricense.
Si no lo podía creer su anotadora Josseling Berrios, menos las seleccionadas ticas y los 600 aficionados presentes en el Estadio Nacional, después de 43 minutos de dominio total de la Sele, entre pases, incursiones por las bandas, centros, remates, todos insuficientes.
La mala suerte, pensarían algunos, se estaba burlando del equipo, si se ignora como deficiencia la incapacidad para traducir en gol el dominio. El tanto en contra tampoco llegó por mero azar, propiciado por un mal despeje con el pie de la guardameta Daniela Solera. Lejos de enviar la pelota al mediocampo, su despeje elevado quedó justo frente al área para dar paso al insólito gol.
No menos sorprendente sería la sacudida de Costa Rica, después de irse al descanso con el marcador en contra. De la falta de gol a la opulencia, de la presión al desahogo, de las caras largas al festejo con las manos en las orejas, en siete minutos del segundo tiempo las nacionales pusieron el marcador 3 a 1 a su favor.
Los goles de Shirley Cruz, con más orgullo herido que brillo, de Michelle Montero, con un trallazo, y de Lixy Rodríguez, con otro remate de media distancia, cambiaron la historia de un juego amistoso que deja muchos apuntes a la entrenadora Amelia Valverde.
El reencuentro con las anotaciones de un equipo que terminaría ganando 5 a 2, con goles de Raquel Rodríguez y Gabriela Guillén, le permitirá buscar correcciones y soñar con uno de los cuatro boletos al Mundial de Nueva Zelanda - Australia 2023.
No tiene mucho tiempo de aquí al inicio de la eliminatoria mundialista en febrero, pero algunos detalles sin duda están subrayados en su libreta: el contraste entre un periodo y el otro; cómo sacar provecho a una Shirley Cruz menos dinámica pero con mucho por aportar; la vulnerabilidad ante las pelotas largas a espaldas de las zagueras, como en el segundo tanto nicaragüense; y las variantes en las jugadas de táctica fija (se lucieron con un par), sin duda serán parte del trabajo por delante.
La Sele enfrentará en la primera fase a Guatemala, San Cristóbal y Nieves, Islas Vírgenes de Estados Unidos y Curazao, con juegos entre febrero y abril. Solo el mejor avanzará a la siguiente ronda y Costa Rica no querrá permitir que su dominio se vea cuestionado de pronto por un gol insólito, casi fortuito, de esos que parecen una broma del destino.
Se graduó en la UCR, debutó en la revista Triunfo, hizo carrera en Al Día y hoy, con 30 años de periodismo, vive el partido de pie, al lado de la línea, como estratega de la sección deportiva de La Nación. A veces desearía entrar al campo como en los tiempos del Mundial Corea-Japón 2002 o los Olímpicos Londres 2012, pero lo suyo es hoy el banquillo
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