El delantero Jonathan McDonald se siente preparado para una eventual convocatoria a la Selección Nacional, pero en su interior se prepara mentalmente para la posibilidad de quedar fuera una vez más.
McDonald reveló que tiene mucho tiempo de no conversar con Óscar Ramírez, considera que el seleccionador nacional no le está cobrando sus expulsiones del pasado y asegura que tiene poca relación con los capitanes de la Selección Nacional.
—¿Se ilusiona con la posibilidad de ir Rusia 2018?
—Me llena de ilusión esa lucha y ese camino que he emprendido, no solo yo, sino los compañeros de trabajo, de querer estar en un Mundial. Es bonito porque ganamos todos, gano yo, ganan ellos incrementando el nivel, gana el fútbol nacional y la Selección Nacional. Entre mejor lleguemos o más competencia haya es mejor para todos.
—¿Qué tan cerca se ve de la Copa del Mundo?
—Eso no me preocupa, yo de lo que me preocupo es de hacer las cosas bien en los entrenamientos para que se vea reflejado el día de los partidos y ahí nos daremos cuenta si me alcanzó o no me alcanzó
—¿Considera que hay una posibilidad real de que lo llamen?
—Los números en estos últimos años me han acompañado y han sido buenos. Yo lucho y me esfuerzo por hacer las cosas bien día a día, por dar el 100%. Tengo que estar preparado para los dos escenarios: si don Óscar decide convocarme o no tengo que estar preparado, no me puedo caer mentalmente o tener un bajón de rendimiento por algo así. Ahí es donde tengo que demostrar mi madurez futbolística y mostrar la capacidad que tengo del control de emociones para situaciones positivas o adversas.
—¿Cuál es su relación con los capitanes de la Selección Nacional?
—No hemos tenido mucha relación, pero es buena, yo estuve con ellos en Copa Oro. He compartido con ellos, mi hermano (Gerland McDonald) fue a un Mundial con Keylor Navas, he hablado siempre con él cuando he estado en la selección. Considero que hay una relación buena, normal, como con todo colega de trabajo con quien se puede pelear por un mismo objetivo. La relación a lo interno de la selección, a lo que entiendo y he escuchado, es buena. Yo no tengo ningún problema con ninguno de ellos, es una buena ocasión para aclarar el tema.
—¿Usted cree que no lo han convocado por razones extrafutbolísticas?
—No, la verdad no creo que sea por algo extrafutbolistico o algo que esté ahí que no me quiera dejar avanzar hacia la convocatoria. Creo que es una cuestión de decisiones de don Óscar, que nos da la posibilidad de estar o no estar. Esto no son solo números, el jugador que tácticamente le puede cumplir una función o el jugador que tácticamente esté mejor para lo que él quiera.
—¿Qué piensa usted del debate entre aficionados sobre su llamado?
—Una de las cosas positivas e importantes que me dejó Benito Floro como entrenador fue: no escuche, no vea, no lea y así vas a tener una vida más tranquila.
—¿De alguna forma se da cuenta de lo que se dice de usted?
—Sí, por comentarios de amigos o en algunas situaciones escuchas o te das cuenta. La verdad, es bonito, porque es un reto importante, habla de lo bien que estás haciendo las cosas. Es una responsabilidad enorme para mí; entre mejor esté haciendo las cosas, se abren las posibilidades aún más.
—¿Cómo es su relación con Óscar Ramírez y hace cuánto no hablan?
—Nosotros conversamos hace bastante tiempo, yo considero que es una relación buena, bastante sana. Cuando lo tuve como entrenador nunca tuvimos un encontronazo de mí hacia él, ni de él hacia mí. Jamás. Él es una persona humilde y sencilla, pero ante todo un caballero. Siempre dijo las cosas de frente, ya sea a mí o a un compañero. Es una persona que se maneja en su círculo, estar o no en la selección a él no lo ha cambiado como persona y la relación es buena, sana y nunca pasó nada.
—¿Usted siente que Óscar Ramírez le cobra sus expulsiones y errores cuando él era su entrenador?
—Son cosas que ya pasaron hace muchísimo tiempo, hace cinco años y las personas cambian. La vida te cambia y cuando sos una persona pensante y autocrítica, como lo soy, hay que buscar la forma de revertir o cambiar esas situaciones. Yo lamentablemente aprendí a golpes, no aprendí por hacer caso a ciertas indicaciones o por ver errores de otra gente. A mí me tocó la vida dura para aprender; bien aprendida la lección. No es una de las cosas por las que yo pueda pensar del no llamado. Hay táctica y él es un entrenador muy táctico. A veces no son situaciones del que esté mejor o el que esté metiendo más goles, quizá él ocupa un esquema táctico diferente y a veces uno puede no calzar.
—¿Es vital que Óscar Ramírez vea que usted puede manejar sus emociones en un partido?
—Yo creo que el control de emociones es algo primordial para todo profesional, uno en el terreno de juego está más expuesto por el tema de las cámaras, redes sociales y la crítica. Igual lo tiene que tener un médico o una persona que trabaja con servicio al cliente; así que eso, conforme vas madurando, va incrementando para tener mejor manejo de emociones, de escenarios. Tienes que ir entendiendo que hay que prepararse mentalmente para lo que podás encontrar en un partido.
—¿Sería frustrante no tener una oportunidad en la Selección Nacional?
—Yo me preparo para las dos opciones, tengo que estar preparado porque el fútbol no muere en Rusia o mi carrera no termina este año; me falta mucha carrera por delante. Obviamente que uno puede sentir un rato de frustración, pero debés tener la capacidad de aceptar que lo diste todo por estar y que si por 'a' o por 'b' no pasa, tenés que estar tranquilo de que lo diste todo y lo intentaste. Yo busco mejorar día con día en todos los campos en los que uno puede crecer, ese es uno de los escenarios que puede pasar y uno tiene que estar anímicamente preparado para no tener un bajonazo de rendimiento o caer en un bache.