Redacción
Jorge Hidalgo recibió una brasa ardiente cuando asumió la presidencia de la Fedefútbol en lugar de Eduardo Li, acusado de fraude y corrupción en FIFA. Tomó el mando con liderazgo y respondió todas las interrogantes en medio del terremoto que provocó la captura de Li.
Luego, le tocó afrontar la renuncia de Paulo Wanchope como técnico de la Sele, por darse de golpes con un funcionario de seguridad en Panamá, y asumir la responsabilidad de nombrar a su sustituto, Óscar Ramírez.
El que puso la cara y apagó el incendio en una de las peores crisis del fútbol nacional, hoy se despide del ente, más por un tema político que de capacidad.
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Hidalgo quería continuar ligado a la Federación, pero los votos no le alcanzaron.
El juego de intereses le perjudicó, en gran medida porque no contó con el apoyo de la mayoría de los clubes de la Primera, entre ellos la Liga, a quien salvó de la quiebra cuando asumió la presidencia en el 2006.
"Jorge estuvo en nuestros planes. Todo el grupo en conscenso le abrió un campo, pese a que algunos equipos no querían. Sin embargo, él condicionó su permanencia a tener la vicepresidencia y ya Víctor Alfaro tenía la prioridad", explicó Rodolfo Villalobos, presidente electo.
También se le ofreció un puesto de director pero no lo aceptó. Sobre todo porque lo consideró un cargo de poca relevancia, tras fungir como segundo al mando en la era de Eduardo Li y presidente en esta etapa.
Y se le valoró para comandar una comisión. No obstante, esta posición conlleva mucha responsabilidad y da poco poder dentro de la Fedefútbol, por lo que declinó de la opción.
"No acepté porque no me gusta calentar sillas. Fui vicepresidente y no puedo aceptar un cargo menor", confesó Hidalgo.
Al dirigente lo afectó no contar con el respaldo de la Unafut, principalmente de Alajuelense.
En la actual directiva manuda le cobran los cuestionamientos que realizó el grupo opositor liderado por Juan Vicente Carvajal, su amigo cercano, durante las elecciones del club.
"Nosotros no hemos roto la relación con Jorge Hidalgo, quien la rompió fue él", afirmó el vicepresidente erizo, Aquiles Mata.
"Criticó la gestión que estábamos realizando, e incluso su grupo interpuso una gran cantidad de acciones legales contra la gestión nuestra", añadió.
Pese a ello, el abogado reconoce que Hidalgo ha demostrado su capacidad en la Liga y en la Federación, lo que confirma nuevamente que su salida de la organización se debe únicamente a que no logró el apoyo necesario.
Mientras tanto, en el bando liderado por Orlando Moreira también se le abrió la puerta para asumir un puesto, pero desistió de la oportunidad debido a que no congenia con algunos miembros de la papeleta.
Pese a ello, Moreira destacó su labor al frente de la organización y su conocimiento de los estatutos de la Federación.
"Es una persona conocedora de la materia legal y lo ha hecho bien", reconoció el dirigente.
Pero, ¿cuánto perderá la Fedefútbol sin Hidalgo?
El dirigente fue el que negoció la salida de Jorge Luis Pinto de la Federación y quien acordó el pago del último premio del Mundial cuando el colombiano no mantenía relación alguna con Li.
También estuvo vinculado a la contratación de Marcelo Popeye Herrera a la dirección de selecciones menores.
Esto refleja que tiene facilidad de diálogo para las negociaciones y un pulido manejo de crisis.
"Es una perdida muy importante pero no podemos lamentarla. La gente que llegue debe suplirlo bien", dijo Villalobos.