Jorge Luis Pinto dejó de ser innombrable en la Fedefútbol. El colombiano terminó su ciclo por la puerta de atrás, pero ahora es propuesto por un asambleísta del fútbol para reemplazar a Óscar Ramírez en el banquillo. Este dirigente conversó con el entrenador, quien le habría dicho que estaría dispuesto a regresar a Costa Rica si le brindan las condiciones.
"Puedo proponer el nombre de Jorge Luis Pinto con toda propiedad. Le pregunté a él si regresaría a Costa Rica y me dijo que estaba anuente. Me dijo que le interesa hablar con la gente y ver las condiciones que le proponen para volver”, explicó Juan Carlos Román, asambleísta de la Federación Costarricense de Fútbol y presidente de Linafa.
Fue hasta ayer cuando se confirmó que Machillo no sería renovado. Después de una extensa reunión entre miembros del Comité Ejecutivo, se tomó la decisión de cortar el proceso del timonel tico, a razón de los malos resultados en el Mundial de Rusia (dos derrotas y un empate).
Ahora empieza la búsqueda del nuevo estratega y el nombre de Pinto se utiliza con extremo cuidado en el seno de la Fedefútbol. Por ejemplo, Villalobos pudo descartarlo desde el día de ayer, cuando fue consultado al respecto, pero prefirió no jugarse ese chance.
"No hemos quitado ni hemos puesto a nadie”, afirmó, ante la pregunta de si Pinto podía ser una opción. El jerarca recalcó que ningún dirigente le ha planteado al colombiano como posibilidad.
Villalobos prefirió mantenerse en zona segura. Pese a que su relación con el cafetero fue mala en el pasado, ahora los hechos muestran que no será nada fácil encontrar un entrenador con cartel, desempleado, de menor costo que los técnicos que se catapultaron durante el Mundial y que conozca el entorno, condiciones que Pinto podría ofrecer.
"Hay que hacer un recambio. Me gusta el perfil de Pinto para Costa Rica. Es trabajador y serio", agregó Román, quien conversó vía telefónica con el cafetero, a causa de una posible capacitación que podría dar en Costa Rica en los próximos meses, a petición de Linafa.
Político. Detrás de la elección del nuevo entrenador de Costa Rica hay un tema político. El nombramiento le corresponde al Comité Ejecutivo liderado por Villalobos, pero los asambleístas tienen la potestad para sugerirle candidatos al presidente.
No es un detalle menor que en agosto del próximo año se elegirá jerarca en la Fedefútbol. Villalobos podría optar a quedarse, por lo que le sirve tener buen ambiente entre las ligas afiliadas, que al final de cuentas son las que eligen a los asambleístas que dan los votos.
También es una realidad que de elegirse un nuevo presidente, lo más sano es que exista una concordancia de criterios entre el grupo oficial liderado por Villalobos y la oposición, a razón de la necesidad de comulgar con la elección y que exista el apoyo de parte de cualquier grupo.
Villalobos descartó que el tema político pueda influir en el nombramiento del entrenador y más bien resaltó la necesidad de estudiar las hojas de vida que llegarán a la Fedefútbol en los próximos días para nombrar al nuevo estratega lo antes posible, preferiblemente antes de los fogueos de setiembre, cuando se produzca la primera fecha FIFA postmundial.
"Ni siquiera pienso en eso (la reelección como presidente). La responsabilidad nuestra recae en el nombramiento del técnico. Lo que está demostrado es que los procesos de cuatro años dan resultados. Creo que no es momento para hablar del tema”, apuntó Villalobos.
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La Nación conoce de dos fuentes confiables que la relación entre Pinto y varios miembros del Comité Ejecutivo es sana, pese a la herida que se abrió luego de la salida del técnico.
En ese momento, el exjerarca Eduardo Li manifestó que existía un desgaste en la relación del técnico con un grupo de jugadores, que fueron los que solicitaron que no continuara. Por esta razón no se le renovó su contrato, a pesar de los buenos resultados en el Mundial, en donde la Nacional avanzó hasta los cuartos de final por primera vez en su historia.
Se desconoce cómo caería en el seno del grupo de jugadores la llegada de Pinto y si existe apertura para dialogar y curar las heridas del pasado proceso.