Un empate como visitante en la eliminatoria mundialista normalmente es una buena noticia, pero las circunstancias que envuelven a la Selección Nacional de Costa Rica rumbo a Catar 2022 hacen que el punto de este jueves ante Honduras (0-0) sea valioso siempre y cuando concluya el resto de la tarea.
La palabra alivio todavía no existe en este diccionario, sobre todo porque la generación de juego es la gran deuda en el equipo patrio. Igualar en una cancha difícil y con la afición en contra aumentará su importancia solo sí se le añade un triunfo ante El Salvador el próximo domingo.
Una vez más quedó en evidencia la dificultad de la Tricolor para ser peligrosa en ofensiva. La mayoría del tiempo le tocó correr detrás de la pelota, tener casi a todo el equipo metido en el área, defender y “aguantar”, prácticamente sin respiro, lo que al mismo tiempo provocaba mucho desgaste.
Esa situación tan solo fue diferente durante los primeros 25 minutos del partido en el Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula, donde la afición hondureña llenó las graderías y vivió algunos momentos de incertidumbre durante ese tiempo. Ahí la Sele sí pudo tratar el balón, pasearlo de pie a pie y acercarse al marco de Luis López, incluso dando su mejor cara de la eliminatoria.
Sin embargo, tampoco pudo traducirlo en anotaciones o al menos aproximaciones importantes; la única se dio en el minuto 9, cuando Kendall Waston ganó en las alturas y envió un cabezazo, pero el arquero López rechazó el disparo.
A eso se redujo la ofensiva de la Nacional, claro dibujo de un ataque que sigue padeciendo la creación en el medio campo y la consolidación de un delantero. A Jonathan Moya, quien volvió a ser el ‘9′ costarricense, le tocó recibir pelotas -casi siempre a espaldas del marco-, e intentar mantener el balón mientras buscaba compañía.
Honduras se hizo más fuerte conforme pasaron los minutos. Su juego hizo del visitante un equipo dedicado a soportar los embates, sufrir mientras defendía con dientes apretados y a veces“rezar” para que se terminara el primer tiempo y luego el partido.
Los cambios del técnico Luis Fernando Suárez, quien buscó más velocidad y apertura con el ingreso de Jimmy Marín y Luis Díaz, tampoco resultaron, porque Costa Rica no volvió a aparecer en el área contraria. De nuevo, la intención más fuerte salió de la cabeza de un defensor, cuando Francisco Calvo se impuso a su defensa aunque cabeceó sin la dirección deseada (69′).
Antes y después, todo fue de color blanco y azul. Eso sí, Honduras salió cabizbaja porque para sus intereses el resultado es más una derrota. Los catrachos lo intentaron todo, desde varias zonas, con distintas fórmulas y jugadores, pero su gran “enemigo” tuvo nombre y apellidos: Keylor Navas.
Y nuevamente, casi siendo un déjà vu de lo sucedido en Panamá, el arquero del París Saint Germain fue el mejor de Costa Rica, gracias a sus intervenciones para mantener el arco en cero. De no ser por el Halcón la historia hubiera sido diferente.
Bryan Moya lo probó en el 52′ y Navas respondió desviando su intento, pero cuando su papel de héroe creció en los últimos instantes del cotejo. El nacional rechazó un balón en el 80′ y luego hizo la tapada que finalmente determinó el 0-0, en el minuto 88.