Rónald ‘La Bala’ Gómez recuerda con cariño su paso por el fútbol de Grecia. El exjugador tico militó en el Ofi Creta de ese país de 1999 al 2002, donde logró un rendimiento tan sobresaliente que causó un efecto en la afición.
Goméz fue el protagonista del tercer episodio del podcast, Celso y Guima, hecho por el estratega Alexandre Guimaraes y su hijo, Celso Borges.
La Bala, mundialista de 2002 y 2006 bajo las órdenes de Guima, fue invitado a analizar los cambios generacionales en los equipos, no obstante el exjugador hizo una revelación interesante sobre su paso por el Ofi.
Gómez no escondió que su estancia en el Ofi Creta griego fue un sueño y su rendimiento impresionó tanto en territorio helénico que los aficionados al plantel le regalaban de todo.
"Cuando yo estaba en el Ofi Creta, yo nunca pagaba nada en los supermercados y los restaurantes, yo nunca pagué nada. Yo iba a un restaurante y me daba vergüenza porque me decían que no pagaba. Yo llegaba y era: 'coma lo que quiera, que usted aquí no paga nada'. En los supermercados no me cobraban", dijo.
"A mí nunca me gustó eso, pero di", agregó.
Cuando Celso alabó el rendimiento del exdelantero en las copas del mundo de 2002 y 2006, el exsaprissista solamente acató a decir entre risas: 'Es que mirá, tuve muy buena continuidad en los equipos que estuve. El rendimiento era muy alto, no tenía lesiones, además venía motivado a la Selección porque Guima nos daba mucha confianza, él no dudaba del jugador que llamaba'.
La Bala estuvo durante 15 minutos con Celso y Guimaraes compartiendo conceptos deportivos, ya que según Alexandre a él le genera mucha curiosidad la actualidad del fútbol en Concacaf y Conmebol, donde los entrenadores de selecciones se enfrentan al duro reto de driblar cambios generacionales.
Para Guimaraes es clave manejar bien esas evoluciones porque si no se pueden dar resultados negativos como el que le tocó a Costa Rica camino a Sudáfrica 2010, cuando el combinado quedó eliminado de la fase final del Mundial.
“Todas las selecciones están en un cambio generacional. A usted le tocó para Sudáfrica 2010 (refiriéndose a Celso), lo que ustedes vivieron en esa eliminatoria es eso. Lo que pasa es que en Costa Rica a mí me llama la atención el manejo, porque si se hace bien o a tiempo, da posibilidad de aprovechar la experiencia”, describió el DT del América de Cali.
Respecto a esa eliminatoria, Celso recordó que él entró a ese proceso en un partido lleno de pesos pesados como Paulo César Wanchope, el propio Rónald Gómez, Wálter Centeno, entre otros.
“Cuándo fue la de Sudáfrica, uno iba alimentándose de todo ese proceso. Mi primer convocatoria fue al partido de retirada de Wanchope, contra Suecia que ni jugué. Lo que yo interpreté en aquel momento, la primera vez, es que yo estaba para aprender cómo se maneja el tema de Selección, en ningún momento lo vi como ¡qué madre, no jugué!, porque pude palpar muchas cosas que solo se ven ahí”, contó.
Desde la perspectiva de Alexandre Guimaraes, los cambios generacionales en Costa Rica se comenzaron a dar a partir de los hombres que le hicieron frente al proceso de Estados Unidos 1994, porque los que fueron a Italia 90 tenían una división marcada.
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“En el grupo estaban los más jóvenes con Hernán Medford, Vladimir Quesada, Rónald González; luego un grupo más experimentado: Macho Ramírez, ‘Policía’ Gómez, Héctor Marchena; y los más veteranos: Róger Flores, Gabelo Conejo, yo... No se hablaba de ese cambio, pero ese grupo vivió el golpe para el 94 y ahí comenzó”, recordó.
Una clave de un buen cambio de jugadores en la Selección está en la forma en que el grupo viejo reciba a los nuevos.
“Yo debuté cuando la generación anterior estaba en su mejor época, gracias a Dios yo me topé con gente humilde, gente que le costaba mucho, entonces la aceptación hacia los demás la tenían, eran con un corazón lleno de humildad para ayudar al que venía nuevo. Eso lo aprendí de Franco Benavides, Macho Ramírez, Joaquín Bernardo Guillén, Mauricio Montero... A nosotros nunca nos pusieron trabas para aprender, se dio una aceptación de los demás”, dijo,
Desde su análisis, Guima agregó situaciones trascendentales a la hora de incluir un juvenil dentro de un grupo, ejemplificando con la transición 98-2002 y 2006-2014.
"La aceptación de los referentes en aquel momento, quienes habían jugado dos mundiales. Ellos esperan una conducta del nuevo y saben que deben exigir porque ya pasaron por ahí. Es un poco lo que enfrentan ahora ustedes rumbo a Catar 2022, ustedes ya pasaron por dos mundiales", le agregó a Celso.
Pero... ¿Cómo se sabe cuando un futbolista en temprana edad está listo para rendir en el más alto nivel?.
“El criterio es observación de cómo es la evolución del jugador conforme a su continuidad, la otra observación que uno hace es justamente el comportamiento de esos jugadores en los entrenamientos de la Selección, es decir: ¿Qué tanto se da la asimilación de conceptos? ¿Y qué tanto los más experimentados van entendiendo a ese chamaco?. Después los minutos en los fogueos son importantes”, finalizó el estratega de Costa Rica en 2002 y 2006.
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