Cinco meses y ocho días atrás las dudas rodearon a la Selección de Costa Rica y especialmente a Óscar Ramírez, quien pagó caro un mal planteamiento ante Estados Unidos en la Copa América Centenario.
Es día el Macho prescindió del volante de marca, el técnico Jürgen Klinsmann aprovechó el espacio en el medio del campo y goleó a la Sele 4-0.
“Ofrezco disculpas por el marcador, pero no por el fútbol”, dijo el técnico tras aquella estrepitosa derrota.
En dicha ocasión el Machillo confesó que su orgullo fue golpeado, ese mismo que hoy le infla el pecho al seleccionador.
Ramírez fue valiente entonces y dijo que esa derrota era parte del camino que debía pasar la Sele rumbo a Rusia 2018.
“Es un tropezón de lo que va a ser nuestra clasificación al Mundial”, comentó.
El martes el Machillo le dio una paliza táctica al estratega alemán y con el mismo marcador sufrido en la Copa América le trasladó las dudas al banquillo del cuestionado Klinsmann.
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“Es un momento difícil para nosotros, nunca nos imaginamos empezar la hexagonal con dos derrotas pero sabíamos que sería difícil empezar con partidos contra México y Costa Rica”, aceptó el técnico germano.
Para el entrenador del equipo de las barras y las estrellas, deben poner las barbas en remojo e intentar salir del bache en el que cayeron al inicio de la hexagonal.
“Ahora es momento para reflexionar sobre los dos partidos. Lo que le dije a los jugadores es que no será la última vez que pierden 4-0. Hay que aprender, obviamente queríamos obtener puntos”, agregó Klinsmann.
El estratega terminó reconociendo que ganar en nuestro país es una misión titánica y que ahora se le complica la clasificación al Mundial de Rusia 2018.
“Están probando que es uno de los lugares más difíciles. Para nosotros es difícil ahora”, dijo.