Decir de forma tajante si Manfred Ugalde se equivoca o no al renunciar a la Selección Nacional mientras Luis Fernando Suárez sea el técnico me parece una posición demasiado simplista. Opiniones sobran, sino que lo diga Twitter, y la discusión siempre será rica, aunque algunas personas sobrepasen los límites, vayan directo a las ofensas y se irriten sin razón.
Ni usted ni yo tenemos una bolita de cristal para saberlo y en este caso creo que solo el tiempo nos permitirá calificar o entender mucho mejor cuánto afecta esta determinación la carrera de Ugalde. Leí cientos de comentarios al respecto antes de escribir estas líneas y son tantos y variados que ni siquiera podríamos dividir a la afición entre los que apoyan al delantero y los que no.
Donde sí hay consenso es en el error de Luis Fernando Suárez. Ahí la mayoría estamos de acuerdo, no lo digo ahora, sino desde el momento en que el técnico “argumentó” la ausencia del futbolista del Twente con una explicación que dejó más interrogantes y hasta cierto punto se contradijo con otras de las decisiones tomadas en el cotejo contra Jamaica.
Ugalde se sintió expuesto, tiene razón en eso y también en decir que desde la prensa salieron artículos y comentarios donde se percibió de igual manera. Pero más allá de eso, el fútbol por sí mismo chocó con las razones de Suárez para excluirlo de la convocatoria y quedó más expuesto el técnico que el jugador. Por eso creo que el mismo fútbol se iba a encargar de darle un mejor lugar al exmorado.
¿Que estaría condenado a la grada si nos guiamos por las palabras de Suárez? No lo sé, aunque lo dudo. De nuevo, no podemos adivinar, sin embargo, me parece que el colombiano también ha tenido tiempo para analizar su trabajo y, al menos yo (díganme ilusa) pensaría que una de ellas es aprovechar mejor a Ugalde, y además evitar comentarios tan fuera de lugar.
Como bien escribió Ugalde, en su corta carrera hay pruebas de trabajo duro, carácter para ponerse la camiseta de Saprissa en medio de figuras consolidadas y ganarse el puesto, salir rápidamente a Europa y con la misma velocidad llegar a la máxima categoría. Esas características son las mismas con las que, casi apostaría, será un recurrente en la Tricolor.
Renunciar a la Selección Nacional, aunque sea solo por un tiempo, también significa decirle adiós a la posibilidad de jugar su primer mundial mayor. Si Costa Rica lo conseguirá o no son otros cien pesos, pero el riesgo está incluido en su apuesta.
En el camino tan extenso que le espera en su carrera podría toparse con más personas o técnicos que hablen de forma negativa en una conferencia de prensa antes de hacerlo con él.
¿Es entonces el camino correcto? No sé. Solo sé que estaba en su derecho pero también que su talento podía seguir hablando por sí solo, haciendo más evidente la equivocación del seleccionador nacional.