El partido entre la Selección de Costa Rica y Alemania en el Mundial de Qatar no solo llama la atención por todo lo que tiene en juego para los dos equipos, sino porque será la primera vez en la que una mujer impartirá justicia en una Copa del Mundo masculina.
Apenas la FIFA dio a conocer el nombramiento de la francesa Stéphanie Frappart como la árbitra central del juego entre ticos y teutones, la noticia le dio la vuelta al mundo.
Frappart estará asistida por la brasileña Neuza Back y la mexicana Karen Díaz. El hondureño Said Martínez será el cuarto árbitro.
Para evitar problemas, es muy común que los equipos opten por no referirse a los nombramientos arbitrales y mucho menos en un Mundial; pero en esta ocasión fue distinto, al tratarse de un hecho histórico.
El seleccionador de Costa Rica, Luis Fernando Suárez, dijo que él es un admirador profundo de todo lo que la mujer ha conquistado y le gusta esa esencia de luchar, de no darse por vencida y que siempre quiera seguir en esa línea de determinación.
Después de decir eso, Suárez expresó que la designación de Stéphanie Frappart es un paso más. Incluso, lo dejó ver como un gol al machismo.
“Me parece que eso es muy importante y habla muy bien de lo que es la mujer, de su empeño, de hacer cosas que nosotros en determinado momento y sobre todo en este deporte que es muy machista, sepan llegar a este punto como el que han llegado hasta ahora”, afirmó Luis Fernando Suárez.
Al pensar de nuevo en que una mujer será la encargada de dirigir el juego entre Costa Rica y Alemania, lo resumió en que “me agrada”.
“Creo que es una situación que es buena para el fútbol, es un desarrollo, es abrir mucho más el fútbol a todos. Si algo ha tenido el fútbol de bueno es que es muy democrático. Sigue siendo democrático al dar este paso con una mujer pitando un partido en un Mundial”, recalcó el colombiano.
Mientras que Celso Borges también se mostró contento con la designación de Stéphanie Frappart, quien inclusive ha pitado partidos de Champions League y tiene mucha experiencia para ser la pionera en esto que le abrirá el camino a muchas más mujeres.
“Creo que es fantástico, es un gran logro para las mujeres en todo el mundo y si está ahí es porque se lo ha merecido, porque tiene todas las capacidades para hacer un buen trabajo y pitar en un Mundial”, citó Celso Borges.
Y añadió: “Lo ha hecho antes en partidos clave y no veo por qué este jueves sea la excepción. Simplemente le deseo un buen partido y ojalá le podamos ayudar a ella a tener un partido fácil”.
¿Quién es ella?
Carismática y respetada, la francesa Stéphanie Frappart arbitrará el jueves el choque entre Alemania y Costa Rica del Mundial de Qatar, con un boleto en juego a los octavos de final, rompiendo la última barrera que le faltaba en su pionera carrera en el fútbol.
Frappart, que ya fue la primera mujer en dirigir en la liga masculina de fútbol francesa y en la Liga de Campeones de la UEFA, liderará un equipo arbitral completamente femenino, del que también formará parte la mexicana Karen Díaz como asistente.
A sus 38 años, Frappart participará en el máximo torneo del fútbol masculino culminando un trepidante ascenso desde su debut en la Ligue 1 en 2019.
Ese mismo año fue nominada para dirigir la Supercopa de Europa, en 2020 lo hizo en la Liga de Campeones y en 2021 en la Eurocopa.
“Es una gran evolución, un reconocimiento de mis cualidades y competencias. Esta es mi línea de conducta desde el principio, me eligen por mis competencias, no por mi género”, recalcó la francesa en un encuentro con medios antes de la última Eurocopa.
Con ese recorrido, a pocos les sorprendió que Frappart estuviera entre las primeras árbitras en participar en una Copa del Mundo masculina.
“Un Mundial es lo máximo, la mayor competición del mundo”, reconoció la francesa en septiembre en una rueda de prensa en Clairefontaine, tras ser nombrada como parte del cuerpo arbitral.
“Ha hecho docenas de competiciones internacionales. Sabe perfectamente cómo gestionar un evento intercontinental”, la alabó Clement Turpin, el otro árbitro francés presente en Doha.
En su camino hacia el partido del jueves, Frappart cumplió con todos los pasos desde sus comienzos en el arbitraje en 1996.
“Al principio era una pasión. Yo no tenía la vista puesta en la Ligue 1 ni en ninguna otra competición”, recuerda.
Antigua jugadora del AS Herblay, en la región parisina, Frappart arbitra desde los 13 años y pasó cinco temporadas en la segunda división.
En la Ligue 1 no tardó en ganarse elogios unánimes tanto de jugadores como de entrenadores.
“Tiene mucha diplomacia. Y cuando eres entrenador, hombre, y estás bajo presión, nos enojamos... Pero solo hace falta que ella te mire, te sonría, un gesto... y se acaba”, dijo de ella en 2019 Christophe Galtier, actual entrenador del París Saint-Germain y entonces del Lille.
“Es una mujer con una calma y serenidad impresionante, es difícil desestabilizarla, tiene una madurez increíble”, señaló el presidente de la comisión federal de árbitros francesa, Eric Borghini.
“Ya forma parte del paisaje” para los jugadores, acostumbrados a verla con el silbato, apuntó. “Pienso que la consideran igual que un hombre, si pueden engañarla, no dudarán en hacerlo”.
Jürgen Klopp también alabó su forma de arbitrar, diplomática y serena, después de la final de la Supercopa de Europa de 2019 que el Liverpool ganó en penales al Chelsea.
“Le dije al equipo arbitral después del partido que si hubiéramos jugado como ellas pitan, habríamos ganado 6-0″, dijo Klopp. “Esa fue mi opinión absolutamente. Han hecho un partido brillante”.
Desde su aparición en la élite, a Frappart le suelen preguntar sobre su recorrido en el fútbol masculino y sus respuestas son, como su forma de arbitrar, diplomáticas pero firmes.
“Siempre he hecho campaña para que se nos tenga en cuenta por nuestras capacidades y no necesariamente por nuestro género. Si las mujeres tienen cualidades, también hay que darles la oportunidad de llegar”, recalcó.
“Desde 2019, hemos dado un gran paso adelante. Ahora no es una sorpresa ver a mujeres arbitrando a hombres, sin importar el continente o el país”, explicó en setiembre.
A la jueza, oriunda de Val-d’Oise (al norte de la capital), tampoco le preocupa que su estreno ocurra en Qatar, un país especialmente cuestionado por los derechos de la mujer desde su nominación como sede mundialista, donde dijo que fue “siempre bien recibida”.
“Esto es también una fuerte señal de las instancias (deportivas) de que hay mujeres en este país”, afirmó.
“No soy una portavoz feminista, pero sí puede ayudar a las cosas... Sé que a menudo desempeñamos un papel, especialmente en el deporte”.