Filadelfia, Estados Unidos
Mantener el cuerpo hidratado es una premisa para cualquier persona, pero más si se trata de deportistas y si estos están expuestos a altas temperaturas, como sucede en la Selección Nacional.
La condición del tiempo es un factor a tomar en cuenta durante la Copa Oro, pues influye directamente en el rendimiento de los futbolistas, por lo que en el equipo patrio debe tomar precauciones.
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Por esa razón, en la Tricolor aumentaron las cantidades de líquido para este torneo, y en promedio, se gastan 100 botellas de agua y 100 de hidratante por día.
Esto sin tomar en cuenta otro tipo de bebidas, como jugos naturales, café o leche.
La nutricionista de la Sele, Alhelí Mateos, afirma que el calor y la humedad influyen en esa necesidad de consumir más bebidas de este tipo para reponer lo perdido durante los entrenamientos o partidos.
"En Houston teníamos una humedad arriba del 70% y eso hace que los jugadores suden mucho más de la cuenta", explicó Mateos.
Cuando se disputan encuentros, el cuerpo se ve más exigido, por lo que la tasa de sudoración aumenta.
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La especialista asegura que por cada juego, los futbolistas pierden un mínimo de litro y medio de agua. Siempre haciendo la excepción de que cada cuerpo reacciona diferente y la tasa de sudoración cambia.
"(...) Estamos hablando de que pueden perder dos kilos o más por partido. Obviamente esto solamente es agua, y apenas se hidraten, recuperan, pero es mucho", señaló Mateos.
Durante el día también se debe cuidar este aspecto y no solo cuando los jugadores están en ejercicio físico. Por ejemplo, en las comidas tienen a su disposición variedad de frescos y aguas saborizadas, para que mantengan una ingesta lo más constante posible, explicó la nutricionista.
Alimentación. Las comidas del día también son fundamentales para mantener en la mejor forma posible a cada futbolista.
Determinar qué comerá cada uno durante 15 o más días es una tarea que Mateos planea con al menos dos meses de anticipación.
"El menú que preparé para esta copa lo mandé en mayo, se envía a los posibles hoteles para que lo vayan estudiando, vean el presupuesto y se acomoden", comentó.
Aunado a eso hay un menú base de la Concacaf, algo de lo que Alhelí se enteró a pocos días de que se iniciara el certamen.
"Hay que jugar con lo que se tiene. Se supone que uno tiene que basar la alimentación de los jugadores en ese menú, pero lamentablemente es muy austero y entonces hay que agregarle varias cosas".
Ella aclara que no es un menú malo, "pero después de una semana de comer lo mismo, aunque sea comida saludable y balanceada, uno termina aburriéndose".
Las comidas "fuertes" son las mismas para cualquier persona: desayuno, almuerzo y cena.
En la primera comida del día no puede faltar el gallo pinto y, hasta ahora, Mateos asegura que la calidad ha sido casi tan parecida como consumirlo en Costa Rica.
"Se manda un contacto para el chef y se habla con él para describir cómo es la preparación del gallo pinto, incluso mando videos porque es más fácil que vean cómo se hace. Y la salsa Lizano la cargo todos los días en mi maleta; hasta ahora nos ha ido bien", añadió.
En los almuerzos y cenas ingieren variedad de carnes: res, cerdo, pollo, pescado o incluso un día comieron salmón. Igualmente cambian los carbohidratos, en algunas oportunidad hay arroz y en otras pasta o verduras harinosas, como la papa. Eso queda a la imaginación de Mateos.
Entre esas comidas hay dos meriendas, una entre el almuerzo y cena y otra post partido o entrenamiento. Esta última es pequeña, pero muy importante.
"(...) Se necesita inmediatamente después para que los muchachos recuperen antes de llegar a la próxima comida. Incluye un carbohidrato (galleta o barrita); la parte más importante es la proteína; por lo general trato de buscar batidos o yogurts, que tengan poca grasa y lo cierro con una fruta para que tengan algo fresco y que los hidrata además del agua y la bebida deportiva", explicó.
Finalmente está la merienda nocturna; sin embargo, esta no la necesitan todos. Según Mateos, solo a quienes les dé hambre entre 10 u 11 de la noche.
De igual forma, la maleta de provisiones siempre está lista en la habitación de la especialista en nutrición, ante la necesidad de algún futbolista en cualquier momento.