Alexandra Pinell corrió 50 metros como si estuviera compitiendo, en su cara las lágrimas eran notorias, mientras que José Catoya, DT de Costa Rica, gritó con todo la anotación. El banquillo patrio vivió una locura y volaron paños, botellas de agua y sobraron los abrazos. También las graderías del Estadio Nacional rugieron... El escenario, en el inicio del Mundial Sub-20 Femenino del cual el país es sede, fue de ensueño.
La Selección Nacional inició el torneo con un golazo de Pinell que llevó la ilusión al máximo, un derechazo de unos 20 metros que sorprendió a todos y se coló en el ángulo izquierdo del marco rival. No obstante, los propios errores del conjunto tico también fueron los que se trajeron abajo ese brillo y provocaron un sinsabor en el plantel, además de un silencio profundo en la ‘Joya de La Sabana’. Al final, el equipo patrio perdió 3 a 1.
Costa Rica comenzó con buen ritmo el compromiso, las ticas corrieron, metieron el pie fuerte y no se arrugaron pese a la clara diferencia física con las australianas. Futbolistas como Yerling Ovares, María Paula Salas, Pinell, María Paula Arce y Celeste Jiménez demostraron que aunque físicamente se note una mejor contextura de parte del rival, ellas con ganas consiguieron luchar.
Las constantes subidas de Ovares y la buena visión de Arce y Pinell fueron las armas de un plantel costarricense que mostró un buen comportamiento ofensivo, pero errores defensivos que son imperdonables de un mundial.
La primera celebración australiana llegó luego de un señalamiento de penal por una clara mano de Abigaíl Sancho; la lateral derecha nunca escondió sus extremedidades superiores cuando buscó bloquear un balón, eso costó un lanzamiento desde los once pasos que no fue desaprovechado.
El golpe de recibir una diana en contra fue tal que dos minutos después de ese gol llegó el segundo de las australianas. Nuevamente Sancho se quedó en zona defensiva, habilitó a las adversarias, ellas no desaprovecharon y montaron una contra que terminó en el marco tico también porque la arquera nacional no pudo interceptar efectivamente el centro.
Costa Rica recibió esos dos golpes y quedó como atontada en el campo; no supo recuperar la posesión de la pelota, tampoco supo digerir el empuje de la gente y más bien empezó a notarse un equipo inseguro en el campo.
El complemento dejó a un cuadro patrio imponiendo su orgullo, de esta forma se acercó al marco de Australia, pero sin generar un peligro real. La desazón terminó de invadir la Sele cuando en un tiro de esquina la portera Génesis Pérez salió a nada por un balón y Bryleeh Henry solamente empujó con su cabeza la pelota.
El esfuerzo no se puede poner en duda en las ticas, al punto que no pudieron terminar físicamente bien el encuentro. María Paula Salas y Alexandra Pinell, dos de las figuras sobresalientes, se tiraron al césped del Nacional y pidieron asistencia médica, pese a que faltaban siete minutos de juego.
Costa Rica se ilusionó, se alegró, vibró, pero sus mismas falencias la llevaron a caerse, golpearse y quedar con la amargura de la derrota en el primer partido de la Copa del Mundo... Ahora quedan los dos rivales más pintados en el panorama: España y Brasil. Con ellos competir será trascendental, sobre todo para un equipo que terminó exhausto y con evidentes problemas musculares.