Los egos y las creencias emocionales suelen nublar realidades que sí son verdaderamente importantes para conseguir los resultados deportivos, especialmente en la Selección, tan dependiente del buen momento de los futbolistas en sus clubes.
Por ejemplo, ¿cómo pretende Costa Rica aspirar a una Copa América si el único jugador de ataque con un rendimiento comprobado con la camiseta de la Sele no está en las condiciones físicas adecuadas para mantener una intensidad durante 90 minutos?
No es un dato menor, pero es sencillo de confirmar. En la última eliminatoria la Sele dependió en exceso de las habilidades de Joel Campbell lo que, a la postre, le permitió a la Mayor avanzar a la Copa del Mundo de Catar.
Hoy en día, hay jóvenes con talento en ofensiva, pero aún ‘a prueba’ en la Tricolor, pues sus desempeños evidencian inestabilidad. O simplemente no acumularon la experiencia suficiente en las selecciones menores y todavía les falta el millaje necesario para trasladar su capacidad a la Sele, una tarea que ya de por sí no logra cualquiera.
Antes de puntualizar en mi hipótesis sobre el urgente encuentro entre el técnico de la Nacional, Gustavo Alfaro, y el estratega rojinegro, Andrés Carevic, voy a mencionar a un buen número de futbolistas de ataque de buen suceso en clubes, pero que aún no alcanzan su máximo desempeño en la Mayor, como sí sucedió con Campbell.
Brandon Aguilera (Bristol Rovers), Álvaro Zamora (Aris, Grecia), Carlos Mora (Alajuelense), Warren Madrigal (Saprissa), Elías Aguilar (Herediano), Jewison Bennette (Aris, Grecia), Rándall Leal (Nashville), Kenneth Vargas (Hearth, Escocia), Manfred Ugalde (Spartak Moscú) y Anthony Contreras (Pafos, Chipre).
Todos estos jugadores tienen, hasta cierto, atributos interesantes y algunos han confirmado su talento con actuaciones excelentes en sus equipos, pero todavía no han demostrado que pueden cargar con el peso de la Tricolor Absoluta.
Encuentro Alfaro - Carevic
Es posible que este grupo de muchachos que recién mencioné alcancen con el tiempo y durante los próximos dos años el ‘colmillo’ necesario para asumir un peso y un rendimiento sostenido en la Sele, pero a la vista hay un objetivo demasiado tentador como para pensar únicamente en el mediano o largo plazo: La Copa América.
Es evidente que para el partido único del 23 de marzo frente a Honduras, en el que estará en juego la clasificación al certamen continental, la Nacional necesita de Joel Campbell al máximo de sus condiciones físicas y mentales.
Se vuelve aún más necesario cuando se analiza el contexto completo. Gustavo Alfaro recién comienza su proyecto y es poco probable que pueda ejecutar todas sus ideas de aquí a marzo, cuando al mismo tiempo debe liderar un relevo generacional.
Quizás, por eso el seleccionador hizo tanto énfasis en la necesidad de elevar el rendimiento de Joel en los próximos dos meses:
“Yo le decía: ‘Podés jugar, pero si arrancás, es muy difícil que con alta intensidad en un partido de intensidad, puedas cumplir los 90 minutos en intensidad. Hoy estás más con este estado de forma para entrar de suplente y aportar soluciones que para un partido largo. Yo te necesito de arranque y para eso necesito la mejor versión tuya”.
La única manera de conseguir este objetivo es a través del trabajo en equipo y que, en este caso la Liga, se ponga a disposición de la Selección Nacional.
Sé que Alajuelense ya tiene sus propios problemas y que es probable que a Carevic le importe poco si Alfaro brilla o no. Sin embargo, en este caso hay un “bien mayor” que supera a la Liga y al propio técnico patrio, y es la Copa América.
Una especie de “mini-mundial” que podría pulir al grupo de jóvenes que empieza a levantar la mano y darles el rodaje necesario para afrontar la ruta mundialista.
Entonces, ¿es tan difícil pensar en que la la Liga y la Sele se puedan unir para desarrollar un plan físico en conjunto que permita que Joel llegue al 100% al duelo ante Honduras? Básicamente, trabajo en equipo por el bien del país.
Un plan ‘sin egos’, en el que nadie se crea mejor que nadie y simplemente compartan ideas, las consoliden a través del diálogo y determinen la ruta física correcta para elevar la ‘puesta a punto’ de Joel para el inédito juego frente a Honduras.
Desde mi perspectiva, este tipo de colaboraciones son un fiel reflejo del crecimiento emocional de un club y de un entrenador, al punto de que pueden sentarse a recibir opiniones concretas con el fin de lograr un objetivo que, a la larga, favorece a todos.