París. El estadounidense Pete Sampras abandonó de nuevo, cabizbajo y con la derrota bajo el brazo el torneo de Roland Garros, el único grande que falta en su historial y en el que parece condenado al infortunio, pero del que no reniega, pues anunció que volverá a intentarlo.
El italiano Andrea Gaudenzi, número uno del mundo júnior hace diez temporadas, acabó con el quizás mejor jugador de la historia por 3-6, 6-4, 6-2 y 7-6 (7-3) en tres horas y tres minutos, y Sampras se despidió del público parisino levantando tímidamente la mano derecha, sin atreverse a mirarles.
De un golpe y sin apenas reacción, Sampras perdió todas sus opciones. Cuando su volea de revés no alcanzó la pista en el último punto del partido, de pronto todo su proyectos se derrumbaron.
A pesar de haber contratado en abril al español José Higueras, dos veces semifinalista en París, como entrenador, en la última tentativa para triunfar en el Grand Slam de tierra, Sampras, triunfador en 13 de ellos, con siete Wimbledon en su carrera, ha vuelto a reencontrarse con la más dura de sus pesadillas.
"Soy creyente pero no puedo hacer milagros", había declarado Higueras ante las expectativas del americano en la tierra de París, consciente de las limitaciones que su juego de ataque ofrece ante los especialistas y sobre todo en duelos al mejor de cinco sets.
"Será más fácil que yo me retire que Sampras gane Roland Garros", dijo la pasada semana su compatriota Martina Navratilova en Madrid de una forma premonitoria. No se equivocó la jugadora de origen checo, pues con la de hoy Sampras ha encajado la tercer derrota en primera ronda en París, en un torneo en el que ha participado en 12 ocasiones, y en el que llegó a las semifinales en 1996, como mejor resultado, pero allí le detuvo el ruso Yevgueny Kafelnikov, a la postre ganador del torneo.
El americano había preparado Roland Garros este año en la Copa del Mundo por equipos de Dusseldorf. Allí ganó sus dos primeros partidos en tierra de la temporada, frente al argentino Guillermo Cañas y al sueco Thomas Johansson, vencedor del Abierto de Australia, pero sabía que en París la batalla sería más dura. Pese a todo, adelantó que no se retiraría de la competición y que todavía le quedaban dos años mas.
Hoy, Gaudenzi, le despertó de nuevo del sueño de ganar en la capital francesa, y en un día desapacible, gris, con lluvia y granizo, y con dos interrupciones, despidió al que fue durante seis años consecutivos número uno del mundo.
"Me gustaría volver el próximo año, pero ahora no estoy pensando en nada, ni en Wimbledon ni en nada, solo pienso en todo lo que he dedicado para preparar este torneo, los próximos días van a ser difíciles para mi", dijo Sampras con tristeza.
"Las cosas no salen, en el pasado funcionaron mejor pero en mi carrera París siempre fue un torneo muy difícil y esta es una nueva decepción", admitió.
"La cuestión es que no consigo jugar bien en este torneo y esta es una oportunidad perdida. Había dedicado mucho a este Grand Slam y nada ha funcionado. Pero tengo que intentarlo de nuevo y por eso quiero volver el próximo año", apuntó.
Edición periodística: Gerardo González y Juan Fernando Lara . Fuente: agencias.