No es el capitán del Barco Pirata, pero sí quien maneja los hilos del ataque helénico. Georgios Samaras es el jugador más destacado de la selección de Grecia que ayer hizo historia al pasar a los octavos.
El delantero del Celtic de Glasgow es quien más llama la atención en un equipo cuyo credo es el juego de conjunto y que carece de figuras de peso o que destaquen en los mejores clubes de Europa.
Con 1,97 m. de altura, Samaras debería ser hombre de área, de esos grandotes que hacen vida de finiquitar el trabajo de otros.
Pero en ésta Grecia se le exige ser quien maneje los hilos de la ofensiva, posicionado casi siempre atrás del frente de ataque para intentar ejercer de contacto con la mediacancha helénica.
También, es quien carga con la voluntad del equipo. Inquebrantable ayer cuando le tocó, en el tiempo de reposición, marcar de penal el gol más importante en la historia mundialista de su país.
“¿Qué sentí en ese momento? Nada en lo absoluto. Tomé la pelota, la puse en el punto. Yo contra el portero. Mente clara, mantener el enfoque y tratar de ponerla en la red. Lo he hecho miles de veces”, contó el griego al sitio de la FIFA.
Con 29 años, Samaras es figura del equipo pero anda lejos de ser el tipo de más veteranía, eso a pesar de que tiene 77 partidos oficiales con su selección. Grecia tiene a otros tres jugadores con más partidos, encabezados por el capitán Giorgos Karagounis y el volante Kostas Katsouranis, los dos únicos que jugaron aquella victoriosa Eurocopa de Portugal 2004.
También, destaca Kostas Katsouranis, defensa de 25 años del Borussia Dortmund, elegido entre el once ideal de la temporada pasada en la Bundesliga.