Limón. Su agresividad dentro de la cancha contrasta por completo con la pasividad y carácter tranquilo que mostró en sus inicios con el equipo de Talentos del Caribe.
De voz pausada, forma de ser noble y luchadora, Waylon Francis abandonó su natal Limón para cumplir su anhelado sueño de jugar en Primera División, paso que hoy lo tiene a las puertas de su primera Copa del Mundo.
Al hablar con sus familiares y hermanos uno se da cuenta de que poco cambió del lateral izquierdo mundialista a aquel chiquillo que se escapaba por las ventanas cuando su mamá, doña Sandy Francis, no lo dejaba ir a mejenguear.
“Ahh –narra entre risas– , pero eso fue solo una vez que lo había castigado por alguna torta que había hecho”, lo defendió doña Sandy, pese a que sus hermanos insistieron en que lo hizo más de una vez.

Waylon creció en Barrio Roosevelt de Limón y según cuenta su mamá “todo lo pateaba”, de ahí su amor por el fútbol.
Según afirman tanto su papá Joel Francis, como doña Sandy, las travesuras no eran muchas pues en ese apartado siempre ganó su hermano menor Andrey, quien es volante ofensivo con el Herediano.
Lo que más molestaba a la mamá era cuando Waylon llegaba con todo su uniforme de la escuela lleno de barro por las mejengas.
“De travesuras solo hizo lo normal, quebrar cosas en la casa con la bola o así”, añadió su mamá.
“Él era muy calmado, salía con los amigos e iba a la playa, pero muy tranquilo. El más terrible fue Andrey, eso sí”, mencionó don Joel.
Los dos hermanos (hoy son de las pocas parejas de futbolistas profesionales en el país) compartieron mucho durante su infancia pese que ambos son hermanos solo por parte de su padre.
Sin embargo, cuando ambos empezaron en el fútbol con el equipo Talentos del Caribe los confundían con gemelos, por su forma parecida de jugar.
“Siempre nos defendíamos cuando alguien se metía con nosotros, incluso Luis Pérez –quien ahora juega en Uruguay de Coronado– vivió muchas aventuras durante la infancia”, indicó su hermano Andrey, a quien le lleva seis meses de diferencia.

Comparsa y Playstation. Según comenta su hermano mayor Michael, Waylon es muy alegre y amante de la música reggae, además lo cataloga como “el mejor bailarín” de los tres hermanos que se criaron juntos en el centro de Limón.
Tal vez ese amor por la música lo llevó a probar suerte brevemente tocando tambor con la comparsa limonense Los Brasileiros.
“Él estuvo ensayando como dos meses antes de los carnavales, pero al final no salió en ningún desfile. En lo que sí salió fue en un grupo de danza en el que yo estaba, ahí tocaba el caracol”, explicó su mamá entre risas.
En lo que no resaltó , según confesaron sus dos hermanos, fue en los juegos de Playstation , pues pese a ser muy fiebre, siempre perdía.
Como dato curioso destaca que Waylon se destacó en liga menor como goleador e incluso competía con Andrey por ver quién lograba más anotaciones.
“Nosotros tuvimos a Waylon más o menos desde 1997 en una Copa Zurquí y la ganamos. De hecho ahí él fue el goleador y comenzamos a definir proyecciones. Desde entonces ellos siempre fueron aportando lo que tienen hasta hoy”, indicó Marcos Hernández Salas, su primer entrenador en el equipo Talentos del Caribe.
“Waylon era muy delgadito, de muy buen comportamiento, muy habilidoso y jugaba en varias posiciones, aunque destacaba más como delantero”, recuerda Martín Solano, otro de sus entrenadores de infancia.
Doña Sandy aún recuerda con humor la anécdota ocurrida durante una prueba con Saprissa.
“Nunca se me olvida que a los 11 años tenía una prueba en San José y veníamos desde Limón. Casi llegando a la capital me dice: ‘Uuuy se me olvidaron los tacos’... tuvimos que correr a buscar tacos e incluso un novio mío buscó unos en la vecindad y ninguno le quedó, al final fue otro chiquito que le prestó en la misma práctica”, rememoró.
Waylon pasó la prueba con el cuadro morado, pero duró poco ahí, así que buscó un mejor rumbo con Brujas FC, donde finalmente puliría su talento como futbolista.