Triunfo de doble tracción

Con el antiguo hipódromo de El Tejar de El Guarco, en Cartago, como escenario, esta nueva actividad empezó con el pie derecho: tuvo la participación de 33 competidores, convocó a miles de personas que abarrotaron el lugar –quienes empezaron a llegar a las 5:30 a. m. y la actividad empezó a las 9 a. m.– y ofreció un espectáculo que arrancó muchos gritos, suspiros y aplausos.

Según Manrique Mata, de RPM TV –organizador de la actividad–, este Desafío 4x4 fue la solución a una necesidad. "En el último año y medio ha crecido ëla fiebreí por las competencias de carros doble tracción", explicó él.

Con pericia, pilotos y copilotos trataron de atravesar en poco tiempo los seis obstáculos: la balanza, la zanja, el Chirripó, las tucas, el tanque y el codo. Eso sí, debían hacerlo antes de un tiempo límite, pues de lo contrario eran descalificados.

Frente a un gentío compuesto principalmente por familias, las 33 tripulaciones se enfrentaron primero a la balanza, una prueba en que los pilotos debían mantener una rampa con el vehículo encima en posición horizontal durante más de cinco segundos.

Fueron poquísimos los que lograron pasar este obstáculo, a los cuales el público recompensó con un fuerte chaparrón de aplausos y los jueces bonificaron con un minuto menos.

En la zanja, los tripulantes tuvieron que poner unos tablones para poder pasar un hueco de 1,20 metros de profundidad y casi dos de ancho, el cual estaba lleno de agua.

Esta prueba que tiró al agua a copilotos y estresó a pilotos, hizo gozar de lo lindo al público, en especial cuando un vehículo no lograba superarla y terminaba con la trompa en el agua.

Quizás la prueba más emocionante fue el Chirripó. Allí, los vehículos debían atravesar un camino lleno de piedras de unos 50 centímetros de alto.

En este obstáculo se vio de todo, desde vehículos como el 03 de Luis Cartín, quien participa en el Campeonato Nacional de kartismo, y el 28 de Andrés Montalto que prácticamente volaban sobre las rocas, hasta uno que se le dañó la dirección en un golpe.

Todos los equipos cuentan con mucha experiencia pues hacen paseos por terrenos difíciles nacionales –como ríos, lagos de barro y sectores llenos de troncos– como entretenimiento.

Más agua

Después de un receso de media hora, llegó el momento de las tres pruebas mojadas: las tucas, el tanque y el codo, las cuales obligaron a los diferentes equipos a poner cadenas a las llantas y cuidar sus sistemas eléctricos.

Se esperaba que fueran las más complicadas, pero parece que los pilotos son diestros en terrenos mojados.

En las tucas, los vehículos pasaron de brinco en brinco sobre tucas de madera y caían al barro. Hubo alguno que se pegó, se le venció el tiempo y debió ser remolcado por un tractor.

El tanque, una prueba llena de agua, barro y unas 1.500 llantas en el fondo, fue la más temida y la más extraña de todas. Aunque fue complicada, la técnica y experiencia hicieron que las tripulaciones salieran con rapidez de ella.

El codo fue una prueba que se realizó en una larga curva llena de barro, donde varios vehículos se atascaron en algunos sectores. Entre los favoritos para convertirse en el mejor 4x4 de la competencia estuvo el vehículo 28, a cargo de Andrés Montalto y su copiloto José Fabio Castillo.

No obstante, al cierre de esta edición los organizadores no habían comunicado quién fue el gran ganador ni los triunfadores de las categorías A, B y C –dependiendo del diámetro de las llantas–.

Montalto, de 37 años y con más de 15 de practicar en vehículos doble tracción, espera que esta actividad se realice a menudo. Mata comentó que después de este éxito, Desafío 4x4 se planea realizar cada año.