Roberto Morales
Irdning (Austria), 1 ago (EFE).- El comportamiento del "indomable Thomas Gravesen" acabó provocando la primera pelea en un entrenamiento del Real Madrid, en los que diariamente el técnico Fabio Capello corrige al danés por sus continuas salidas de tono.
La simpatía con la que Gravesen entró en el Real Madrid se ha ido transformando con el paso del tiempo en mal genio, hasta llegar a una situación insostenible.
Su comportamiento le ha ido creando animadversiones dentro de un vestuario, que está cansado de los gritos, las patadas y el carácter del danés. En Austria comenzó "maltratando" a los representantes de la cantera y hoy se enemistó con el clan de los brasileños, tras una pelea con Robinho.
Capello está cansado de corregir a Gravesen. Los intimidatorios gritos del técnico italiano, no cambian el comportamiento de un jugador, que cada día recibe llamadas de atención de su jefe que asume agachando la cabeza, como el niño que recibe una reprimenda de su padre consciente de que ha hecho algo malo.
Gravesen grita sin parar a sus compañeros, pega pelotazos cuando no debe, tira a portería en momentos en los que está prohibido, insulta a un fotógrafo cuando le retrata sufriendo en series de carrera, protesta cualquier decisión de cualquier miembro del cuerpo técnico que actúa de colegiado y, en los últimos días, hasta se ha atrevido a responder a Capello, que ha tardado en enseñarle el camino de los vestuarios.
Fue uno de los primeros días en Irdning cuando Fabio tuvo que avisar a Gravesen, "aquí mando yo y si no estas de acuerdo vete a la ducha", le dijo ante la satisfacción del resto de jugadores que comenzaba a estar cansados de la actitud del danés.
Pero el paso de los días ha ido tensando la cuerda y Capello ya está cansado. Hablará con el director deportivo, Pedja Mijatovic, y buscarán soluciones para, quizás, terminar concediendo a Gravesen lo que busca con ansia, la carta de libertad para marcharse a otro equipo en el que se sienta valorado.
Su día de hoy fue completo. Por la mañana recibió las quejas de Rubén De la Red, cansado de ser la víctima preferida del danés en cada entrenamiento. Aún recuerda aquel susurro al oído, "si te quejas por esta patada, más dura será la próxima", pero hoy el canterano no aguantó más y se encaró.
La escena se endureció por la tarde. Probaba Capello con dos equipos, conceptos tácticos, cuando Robinho se enfadó con Gravesen y Pablo García tras dos entradas duras. El uruguayo da y recibe sin rechistar, pero Gravesen sigue malmetiendo cada segundo.
La paciencia de Robinho se acabó y cuando la jugada seguía en otra parte del campo, sorprendió a Gravesen por la espalda para golpearle con un puñetazo directo. En décimas de segundo reaccionó el danés al que esquivó el brasileño y, con el rostro desencajado y ganas de bronca, fue placado con contundencia por Baptista.
Robinho ni esperó al gesto de Capello mandándoles a los vestuarios. Desesperado, se marchó llevándose un dedo a la cabeza simulando el gesto de estar loco refiriéndose a Gravesen, a quien los numerosos aficionados abuchearon en su retirada.
Todos estaban con Robinho. Hasta sus compañeros que intentaron arrancarle una sonrisa cuando el resto se había retirado y Beckham con Roberto Carlos y Cicinho simulaban sobre el césped el puñetazo.
Gravesen está viviendo sus últimos días como jugador del Real Madrid. A su llegada a España fue apodado "Shreck", para desagrado suyo, por su parecido con el personaje de ficción. Con el tiempo, se ha convertido en un auténtico ogro. EFE
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