Dallas, Texas. Si la ciudad de Miami celebró con cautela que los Heat conquistaran el boleto a la final de la NBA, la de Dallas devino en un jolgorio, con miles de fanáticos celebrando en las calles y bares porque los Mavericks también arribaron a esa instancia.
Mavericks y Heat inician desde mañana una serie al mejor de siete partidos por el título de la NBA, un trofeo largamente esperado por aficionados y dirigentes de ambas franquicias.
Camino a su primera final, Miami derrotó a los Bulls 4-2 en primera ronda de la Conferencia Este, repitió con Nets 4-1 en semifinales y le arrebató a los Pistons el título del Este al vencerlos 4-2.
Fue una venganza muy dulce para el equipo del técnico Pat Riley, que el pasado año vió desde su posición de ejecutivo cómo el equipo quedaba en la orilla del Este al perder contra los Pistons.
"De aquella derrota sacamos varias experiencias. Para este año hicimos cambios, conseguimos algunas piezas claves y le dimos al equipo las herramientas para ganar", recuerda Riley, coach del Heat.
Riley maniobró inteligentemente para llevar a Miami a veteranos como Antoine Walker, Gary Payton y Jason Williams, valiosas ayudas para sus estrellas Shaquille O'Neal y Dwane Wade.
El otro cambio clave fue a principios de temporada, cuando salió de su retiro voluntario para asumir las riendas del quinteto, que había tenido un mal arranque con el entrenador Stan Van Gundy.
En la década de los 80 Riley conquistó tres títulos con los Lakers. Unos años más tarde guió a la final a los Knicks, con los que no tuvo tanta fortuna.
Dallas, de su lado, consiguió el boleto finalista tras eliminar en primera instancia a los Grizzlies 4-0, en segunda ronda dispuso de los excampeones Spurs por 4-2 y en la final de la Conferencia Oeste desplazó a los Suns por 4-2.
"Hace mucho que esperábamos esto. Firmé para ganar un campeonato. Estoy encantado con lo que he conseguido, pero aún no estoy satisfecho", expresó el técnico de Dallas, el exjugador Avery Johnson.
Así como Riley supo distinguir que su principal escollo en el Este eran los Pistons, Johnson asimiló en carne propia la pasada campaña que el obstáculo para conseguir sus objetivos se llamaba Spurs, un equipo con el que consiguió un anillo de campeón y del que fue jugador referente.
"El haber enfrentado primero a San Antonio nos permitió superar la oposición de Phoenix, que jugó con mucha garra", reconoció Johnson, quien no duda en regañar a sus jugadores cuando están haciendo las cosas mal.