
El empate 0-0 entre Bolivia y Uruguay clasificó a Argentina de manera anticipada al Mundial de México, Estados Unidos y Canadá 2026, pero ese partido dejó unas imágenes que pusieron a pensar a más de uno.
Los jugadores de la Celeste tuvieron que echar mano de mascarillas de oxígeno para contrarrestar esa falta de aire que sentían en el Estadio Municipal El Alto, que se encuentra a 4.150 metros sobre el nivel del mar.
Transcurría el minuto 33 y las cámaras de la televisión se posaron sobre el defensor central José María Giménez mientras en pleno partido tomaba oxígeno “artificial”.
A esa altitud, la presión de oxígeno es considerablemente menor que a nivel del mar, lo que puede afectar el rendimiento de los futbolistas y generar síntomas como fatiga más rápida, dificultad para respirar y dolores de cabeza, especialmente en equipos que no están acostumbrados a jugar en esas condiciones.
Si un equipo de una zona baja juega ahí sin aclimatarse, es probable que sienta los efectos de la altitud desde los primeros minutos.
Durante esta eliminatoria en particular, se han recibido múltiples quejas por ese estadio, en el que las demás selecciones suramericanas consideran es que inhumano jugar.
Esto no es folklore ni ventaja climática, es trampa. Algún día habrá justicia. pic.twitter.com/nMkcXRraPU
— Rafalejov (@rafalejov) March 25, 2025
Imágenes que nos deja la eliminatoria en Conmebol
— Omar Zeron (@omarzeron) March 25, 2025
José Ma Giménez toma oxígeno en pleno partido
Uruguay está empatando 0-0 vs Bolivia a más de 4,000 mts de altura pic.twitter.com/ddCWLSGsHh
Brillante Rochet. Brillantes los médicos ingresando con mascarillas de oxígeno. Kike Olivera, Josema y alguno más aprovechó el momento para oxigenarse. pic.twitter.com/7Zkqaff91Q
— Rodri Vázquez (@RodriVazquez95) March 25, 2025
Los jugadores de la selección uruguaya eran conscientes de que, más que fútbol, el partido ante Bolivia demandaría hacerle frente a la altura y tenían que cuidarse física y mentalmente ante cada esfuerzo para soportar los 90 minutos del partido.
Sobre la media hora del primer tiempo, el arquero Sergio Rochet se dejó caer al suelo antes de un tiro de esquina, sentía una molestia en su rodilla, y eso sirvió para que el médico Enrique Ramos ingresara al terreno de juego para atenderlo. De esta situación se aprovecharon dos jugadores de Uruguay.
Enseguida que entró el médico, José María Giménez se acercó al bolso del profesional y sacó uno de los tubos de oxígeno. El zaguero de la Celeste se administró oxígeno en tres ocasiones y solo transcurrían 35 minutos.
Cristian Olivera, que solo jugó el primer tiempo, también tuvo que oxigenarse y Josema, cerca del final del partido, repitió la medida luego de una jugada peligrosa de Bolivia. A diferencia de un inhalador para el asma, que tiene medicación para abrir los bronquios, lo que utilizaron los jugadores de la Celeste fue un inhalador oxigeno para compensar la falta de aire de tener que hacer un esfuerzo físico tan grande a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
“Es una locura jugar acá. No solo la falta de oxígeno si no cómo se mueve la pelota. El esfuerzo que han hecho mis compañeros es meritorio por partida doble”, declaró José María Giménez una vez finalizado el partido.
