Serena, primera cabeza de serie, y Venus Williams, segunda favorita, disputarán su quinta final de un torneo de Grand Slam, tras vencer respectivamente ayer en Melbourne a las belgas Kim Clijsters y Justine Henin, en semifinales del Abierto de Australia.
Otro que visó su boleto a la decisiva instancia fue el también norteamericano Andre Agassi, quien no tuvo piedad con el surafricano Wayne Ferreira, al que batió por undécima vez en 11 partidos, por 6-2, 6-2, 6-3, en 1 hora y 28 minutos.
En la final del domingo, se enfrentará al vencedor del partido que disputarán hoy el estadounidense Andy Roddick y el alemán Werner Schuttler.
Gran juego
La belga Clijsters, cuarta cabeza de serie, perdió por 4-6, 6-3, 7-5, en 2 horas y 13 minutos ante Serena Williams, aunque iba ganando por 5-1 en el último set y tuvo dos bolas de partido con su servicio con un 5-2 a favor.
En la otra semifinal, Venus ganó con más facilidad a Justine Henin, por 6-3, 6-3, en 1 hora y 14 minutos.
Serena estaba encantada al final del partido con lo sucedido en el último set ante Clijsters. “Fue una batalla increíble. Quise luchar. Pensé: no quiero perder por 6-1 y después me dije: no quiero caer por 6-2. Por ello seguí luchando y cuando me quise dar cuenta ya estábamos empatadas”, indicó.
“Siempre he sido una luchadora. No sé de dónde viene esa virtud, es innata”, explicó.
Serena, que ya ganó en Roland Garros, Wimbledon y “US Open” el pasado año, puede ahora acariciar el sueño de lograr el Grand Slam a caballo entre dos temporadas.
Venus ganó la primera de las cuatro finales de torneos del Grand Slam que han disputado las hermanas Williams entre ellas, en el “US Open” en 2001, pero perdió las otras tres el año pasado: en Roland-Garros, en Wimbledon y en el “US Open”.
Venus afirmó que no le pondrá las cosas fáciles a su hermana para ganar el Grand Slam. “En la pista soy una competidora y no me importa contra quién juegue; odio perder. Fuera de la pista, somos de nuevo hermanas. Si ella se torciera el tobillo en la cancha, por supuesto que me sentiría preocupada, pero una vez pasado el susto, seguiría pegando la bola fuerte. Así son las cosas”, dijo.