¿Quién necesita manuales? Cuando adquiero un artículo, arranco el envoltorio y empiezo a jugar con sus componentes hasta que todo encaje perfectamente. Damián se vuelve loco cada vez que me ve hacerlo y me recuerda que ese coso viene con un pequeño librito lleno de letras microscópicas (mentiras, a veces es de tamaño normal, pero en mi cabeza siempre es microscópico) que podría leer para descubrir su funcionamiento... pero francamente, no me agrada, lo detesto y me causa estrés. Disfruto de la emoción de explorar y sorprenderme al descubrir lo que mi nuevo aparato es capaz de hacer 😄✨.
La misma historia se repite con las recetas. Preferiría mil veces enfrentarme a la muerte antes que sentarme a ver un video con indicaciones mientras cocino. Si el video avanza demasiado rápido, tengo que pausarlo; y si quiero retroceder, tengo que lidiar con las manos llenas de ingredientes... el celular, la computadora o cualquier otro dispositivo acabaría lleno de manchas 😫💻.
Podría seguir una receta, siempre y cuando esté escrita, pero si me encuentro con algún ingrediente que no tengo a mano o incluso una simple cuchara para medir o algún artilugio de cocina especializado... ¡entro en colapso! 😱📝🔧
No, no, no, eso definitivamente no va conmigo. No pretendo ser una experta en la cocina... más bien me considero alguien capaz de salir del paso con una cebolla, unos dientes de ajo, sal, perejil (y sí, el perejil no es mera decoración) y pimienta... ¡y voilà! Si tengo antojo de algo dulce, el pan de plátano hecho en la licuadora es mi as bajo la manga; y si quiero ser un poco más sofisticada, le añado un poco de crema de maní. 🧅🧄🧂🌿🌶️🍌🍞🥜
No es que no disfrute cocinar, pero tampoco es que me apasione. Lo hago principalmente por las personas a las que quiero mucho; y, en lo más profundo de mi corazón, sé que cuando elogian el sabor de mis creaciones, no es del todo cierto... simplemente se dan cuenta de que fueron hechas con amor, y eso es lo que realmente valoran. ❤️🍽️
Lea más en el blog ¿Qué comemos?
Por qué siempre sigo las recetas paso a paso: mis argumentos
Wong’s kitchen: un restaurante donde se comparte pasión y la educación desde la cocina
¿Por qué no me gusta la comida peruana?
Ramen Saki: Un viaje de sabores y libertad
Café Retro Ruta 66: El encanto de una experiencia ‘vintage’ en Montes de Oca