En la página 126 del libro Actas del Ayuntamiento de Cartago, de 1821, justo donde inicia el acta número 57, se encuentra el documento más importante de la historia de Costa Rica.
Es un documento que se firmó el 29 de octubre de 1821 y es el que hasta la fecha conocemos como Acta de Independencia.
Pues sí, el certificado de nacimiento de Costa Rica, el mismo que permitió que el país dejara de ser una provincia y pasara a ser un Estado independiente de la corona española no es precisamente del 15 de setiembre, fecha en la que celebramos nuestra independencia.
Podrán ser solo tres páginas amarillentas por los años y sin ningún tipo de gracia, sin embargo, son las que 200 años después mantienen vivo el debate sobre la verdadera fecha de la independencia de nuestro país.
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Historiadores, escritores, abogados, investigadores y especialistas en la época colonial han llegado a la conclusión, a partir de documentación, de que el país siempre ha celebrado de forma errónea su independencia y están dispuestos a corregir el error histórico cometido por los antepasados.
Sin embargo, este no es un descubrimiento reciente, pues desde hace varios años atrás expertos han insistido en que el 15 de setiembre fue solamente la independencia de Guatemala y que, por ende, en estos dos siglos Costa Rica realmente no ha festejado su propia vida independiente.
Ahora, con vehemencia, los expertos están promoviendo que el 29 de octubre se celebre como se debe y se le dé el valor que hasta ahora no se le ha dado.
Tienen detractores y les han dicho que dejen de insistir; incluso, uno de ellos recuerda cuando una vez lo abuchearon durante un desfile. No obstante, también se han encontrado con muchas personas -entre ellos, muchos profesores de Estudios Sociales- interesadas en conocer más a detalle sus planteamientos y aprender sobre lo ocurrido aquel 29 de octubre de 1821, cuando se celebró un decisivo cabildo abierto en la ciudad de Cartago, antigua capital tica.
“En las actas de las Provincias Unidas dice claramente que a pesar de que el 15 de setiembre es una imposición para Costa Rica, que cada provincia celebre el día que decretó la independencia para sí misma. Es decir, él que no quiere ver es porque no quiere aceptar la realidad”.
— Historiador Miguel Rojas
El detonante
Para entender las razones por las que este grupo insiste en que la independencia es el 29 de octubre, es importante tener claro que Costa Rica dejó de pertenecer a la Capitanía General de Guatemala desde antes de la fecha de independencia.
Según los historiadores, fue en 1812 cuando la Constitución de Cádiz dividió a Centroamérica y determinó que la diputación de Guatemala iba a estar conformada por Guatemala, Honduras y El Salvador; mientras que la diputación de León iba a estar conformada por Nicaragua, Nicoya y por la provincia de Costa Rica.
Es decir, Guatemala ya no tendría injerencia sobre León y León no tendría injerencia sobre Guatemala. De todas formas, Guatemala envió a León el anuncio de su independencia del 15 de setiembre.
“Cuando llegan a León esas noticias de lo que está pasando en Guatemala, León manda un comunicado que es la famosa Acta de los Nublados y que eran sólo dos artículos recordándole a Guatemala que nosotros no pertenecíamos a ella; y en cuanto a la independencia, decía que había que esperar a que se aclararan los nublados del día”, explica el historiador Franco Fernández.
Esa acta llegó a Costa Rica el 13 de octubre y fue entonces cuando “empezó el movimiento de nuestra independencia”.
Costa Rica comenzó a convocar a los delegados de sus ayuntamientos de San José, Alajuela, Heredia, Barva y Ujarrás para reunirse en la capital, en Cartago, el 25 de octubre de 1821 y tomar la decisión de suspender el vínculo con León.
Tres días después, el 28 de octubre, llegó otro comunicado a Costa Rica que decía que la Diputación Provincial de León había aceptado la independencia de España.
“Eso produce un movimiento muy interesante en Cartago. En la madrugada del 29 de octubre, encabezados por José Santos Lombardo, un grupo de costarricenses toma el cuartel de los españoles, les quitan las armas y se convoca a un cabildo abierto para ese mismo día en la mañana, en el que van a estar todas las autoridades civiles y militares”, explica Fernández.
En ese cabildo estuvieron presentes los delegados de los ayuntamientos y el pueblo de Cartago como tal. Allí se redactó la famosa Acta de Independencia, que fue firmada y aceptada por Juan Manuel de Cañas, gobernador de España en el país.
En esa misma acta los costarricenses señalaban la posibilidad de agregarse a México aceptando las condiciones que se estaban dando en el imperio mexicano, tal y como ya lo había hecho el resto de Centroamérica. Algo que nunca pasó.
“Ante la duda de si Costa Rica estaba anexada al imperio mexicano o no, se reúne un congreso provincial en Costa Rica en 1823. Estaban allí la máxima autoridad política con representación de todos los ayuntamientos, con todos los representantes, ratificando que Costa Rica nunca estuvo anexada a México y que siempre estuvo en pleno goce de su soberanía para decidir su futuro o lo que quisiera”, comenta el historiador Miguel Rojas.
¿Y el 15 de setiembre?
Tal y como se conoce, el 15 de setiembre fue firmada el Acta de Independencia de Guatemala. Según el historiador Franco Fernández este es un documento que ni siquiera menciona a Costa Rica, de allí que no tiene nada que ver con el país, ya que ni siquiera estaba regido por la Capitanía General de Guatemala.
Con esa acta, Guatemala también invitó a Costa Rica a un congreso en 1822, en el que se le pedía enviar delegados que participarán en dichas reuniones para tomar una decisión final de la independencia de toda la región.
“Ahí terminamos nosotros constituyendo las Provincias Unidas de Centroamérica y luego la República Federal Centroamericana, tratando de mantener la misma unidad política que habíamos tenido antes de la independencia, sólo que ahora cada provincia tenía una fuerza independiente territorial pequeña. Antes éramos las provincias pegadas a Guatemala y lo que se disponía en Guatemala se hacía”, detalla el historiador Vladimir de la Cruz.
“Seguiremos dando la lucha para que la gente conozca la verdad y allá los demás que no piensan así. Eso no tiene que ser obligado, tiene que ser consensuado, que la gente nos brinde la oportunidad para que conozca la verdad”.
— Historiador Franco Fernández.
De acuerdo con información recopilada por Fernández, el 29 de octubre de 1822, de 1823 y de 1824, en Costa Rica se celebró la independencia. Sin embargo, todo cambió con la conformación de la República Federal Centroamericana, a finales de 1824.
Como parte de esa conformación, que para 1838 ya se había disuelto y que es considerada por los historiadores como un fracaso, Guatemala propuso que el 15 de setiembre fuera celebrado como la fecha de independencia de la región. Una propuesta que fue aceptada por los demás países.
“El error viene justamente de aceptar la fecha guatemalteca, que viene como primer decreto de la Federación Centroamericana de las antiguas provincias centroamericanas y del antiguo reino de Guatemala. Sin embargo, eso del reino ya no existía cuando Guatemala impuso la fecha, así es que no debió haber sido vinculante, porque nosotros no debíamos acatar lo que estaba ordenando Guatemala. Es una decisión viciada y es un error que se repite históricamente pero que hay que corregir”, insiste el historiador Arnaldo Moya.
Según afirma el historiador Miguel Rojas, el problema radica en que hay quienes defienden el 15 de setiembre como fecha de independencia por una sola razón: “quedar bien” con los demás países de Centroamérica.
“Hay quienes dicen que hay que ser solidarios con el resto de Centroamérica para que no nos vean mal, porque como nosotros nos sentimos superiores y ellos tienen esa tirria histórica con nosotros, pues hay que ser hermanos y pensar en el futuro. Dicen que hay que unirnos, pero ya esas son otras cosas.
“De lo que se trataba era de independizarse de España sí o no y crear un gobierno propio; eso lo hizo Costa Rica el 29 de octubre de 1821 duela a quien le duela. Esa es nuestra acta y todos los procesos políticos devienen del 29 de octubre”, asegura Rojas.
Un nombre que sale a relucir en esta discusión es el de José María Castro Madriz, a quien se le achaca también parte del “error histórico” de celebrar la independencia el 15 de setiembre.
Fue Castro Madriz el último jefe de Estado y quien decretó a Costa Rica como República. El mandatario estableció en la Ley número 140, promulgada el 11 de setiembre de 1848, que se declarara el 15 de setiembre como efeméride.
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“La gente no entiende qué es lo que se celebra, ¿por qué? porque tomaron una fecha ignorando y sepultando toda la historia anterior. Inclusive, el primer grito de independencia para toda América lo dio un costarricense. No fue un mexicano, no fue Simón Bolívar, no fue un guatemalteco, ni un salvadoreño, fue un costarricense y lo hemos tenido marginado. El primer prócer de la independencia fue Pablo Alvarado.
”En las actas de las Provincias Unidas dice claramente que a pesar de que el 15 de setiembre es una imposición para Costa Rica, que cada provincia celebre el día que decretó la independencia para sí misma. Es decir, él que no quiere ver, no es ciego, es que no quiere aceptar esa realidad que está documentada como parte de un proceso histórico muy bien definido”, añade el historiador.
De hecho, Rojas agrega que ninguna de las celebraciones en torno al 15 de setiembre es alusiva a la independencia de Costa Rica y llevamos “200 años de estar enajenados”.
De acuerdo con el historiador, a lo largo de dos siglos se ha celebrado “una tradición montada sobre verdades falsas y sobre yerros históricos terribles”.
“Se enseñan barbaridades, cosas espeluznantes, y simplemente lo que la gente quiere es no complicarse la vida: que los chiquitos vayan a los desfiles tocando el tambor y las chiquitas salgan de bastoneras. La verdad es que todo eso es falso, nada de eso tiene que ver con Costa Rica. Ninguna antorcha de la libertad vino de Guatemala ni cosa por el estilo, eso es un invento de 1962. Los faroles tampoco tienen nada que ver con el periodo de la independencia de Costa Rica, todo eso es montado”, asegura Rojas.
Un movimiento
Ante los hechos; historiadores, abogados y escritores, entre otros profesionales -que por años han estado investigando sobre el tema y documentando material que han encontrado-, se han ido integrando a las diferentes asociaciones defensoras del 29 de octubre como efeméride de la independencia.
Su objetivo es dar a conocer el significado que tiene para Costa Rica esa fecha, contando un lado de la historia que no es el que se enseña en las escuelas y colegios.
“Nosotros estamos concientizando a las fuerzas vivas y seguiremos dando la lucha para que la gente conozca la verdad. Eso no tiene que ser obligado, tiene que ser consensuado, que la gente nos brinde la oportunidad para que conozca la verdad y los documentos de nuestra historia, que es bellísima e increíble”, comenta el historiador Franco Fernández.
Se trata de un movimiento que ha venido tomando fuerza en los últimos años, pero lo cierto es que desde el siglo pasado historiadores y especialistas en la época colonial han intentado llevar el verdadero significado de la fecha a la sociedad costarricense.
Pero más allá de ello, ¿qué se debe hacer con la celebración?
En este punto los criterios son divididos. Hay quienes consideran que se debe dejar de celebrar el 15 de setiembre; aunque hay otros que no tienen problema con que se siga festejando esa tradicional fecha, pues al fin y al cabo fue el punto de partida para intensificar los movimientos independentistas de aquella época en la región.
Sin embargo, todos coinciden en que el 29 de octubre tiene que celebrarse por todo lo alto.
“El objetivo es corregir fechas, no se deben dejar las dos (15 de setiembre y 29 de octubre), no se puede sino conmemorar la fecha correcta con toda la pompa y circunstancia que le corresponde y darle el protagonismo que se merece a la ciudad de Cartago en el proceso de independencia”, asegura el historiador Arnaldo Moya.
En ese sentido, el historiador Vladimir de la Cruz es enfático en que: “si no celebramos el 29 de octubre, es como si no nos hubiera llegado la noticia de la independencia, ni tampoco hubiéramos declarado la independencia de Costa Rica. De ahí que tiene importancia celebrar el 29 octubre, porque es la manifestación costarricense de esa independencia”.
Por su parte, el historiador Fernández insiste en la necesidad de resaltar a los próceres de la independencia.
“Hay que corregir fechas, no se deben dejar las dos, no se puede sino conmemorar la fecha correcta con toda la pompa y circunstancia que le corresponde y darle protagonismo que se merece la ciudad de Cartago en el proceso de independencia”
— Historiador Arnaldo Moya.
Además, concuerdan en que desde las escuelas y colegios se debe impulsar la celebración de esta fecha. No obstante, también tienen claro que para ello debe haber voluntad política y seguir los pasos del expresidente Daniel Oduber y la exministra de Cultura y Educación, Carmen Naranjo.
Tanto Oduber como Naranjo firmaron el decreto 5303-E el 23 de octubre de 1975 que dice textual: “confirma, reafirma y declara el 29 de octubre como la fecha única de la independencia de Costa Rica”.
“Hay que abolir el decreto de 1848 de José María Castro Madriz y poner a funcionar el decreto de Daniel Oduber. Yo creo que se puede lograr y eso lo puede hacer la Asamblea Legislativa, siempre y cuando tengamos una Asamblea Legislativa informada y dispuesta a legislar a favor de la nación. Nosotros estamos completamente dispuestos a instruir a los legisladores y llevarlos para mostrar los hitos históricos que nos permite conmemorar el 29 de octubre y no el 15 de setiembre”, dice el historiador Arnaldo Moya.
Sin embargo, los impulsores del 29 de octubre tienen claro que no será en este gobierno que se logre tal enmienda, pues aseguran que el presidente de la República, Carlos Alvarado; la ministra de Cultura y Juventud, Sylvie Durán; y la ministra de Educación Pública, Giselle Cruz, han restado importancia a la celebración de la fecha.
“En el mundo, Costa Rica es el único país que yo recuerde que no tiene próceres de independencia propios, que no tiene símbolos, que no tiene estatuaria y que no tiene nada porque lo quisieron matar. Todo es superficialidad, discursos de poca monta que no sirven para nada, que no dicen nada, empezando por el presidente de la República, por la ministra de Cultura y la ministra de Educación”, afirma el historiador Rojas..
Vladimir de la Cruz respalda esa posición crítica contra el gobierno actual.
“El gobierno debería hacerlo, es el más indicado porque dirige el país y de alguna manera debe velar por las fechas patrias. Pero este gobierno en particular no ha hecho nada en favor del 29 octubre, ha devaluado la fecha e incluso el presidente de la República ha actuado con indiferencia (...). Demuestra la muy poca calidad cultural de este gobierno en la figura del señor presidente”, dice.
Lo cierto es que a pesar de sus detractores, los estudiosos a profundidad del tema tienen claro que no van a dejar de insistir. Seguirán llevando su mensaje a través de libros, charlas, actividades culturales y en todas las plataformas que tengan a la mano para tratar de reivindicar el 29 de octubre y a los próceres de la independencia de Costa Rica.
En ese sentido, el historiador Miguel Rojas está convencido de que, como toda insurrección, ya tiraron la primera piedra al ventanal.