Julie Lisi y su esposo, Michael Lisi son amantes de las tiendas de segunda mano. Para la pareja, estos lugares guardan grandes tesoros y por ello, cada vez que pueden, van de compras.
Sin embargo, nunca imaginaron lo que encontrarían en su última visita a una de estas tiendas en Jupiter, Florida, la cual se ubica a 30 minutos de distancia de su residencia.
Cuando los esposos entraron a la tienda, de la que muchas veces salen con las manos vacías, pudieron ver sobre una vitrina un guante de béisbol con el nombre Christopher Lisi, escrito a mano con un marcador negro.
De inmediato, la madre reaccionó y no podía creer que lo que estaba viendo era un guante con el nombre de su hijo, y que se había perdido 40 años atrás.
“Pude ver el nombre de Christopher Lisi escrito (…). Fue entonces cuando pensé que era suyo, pero realmente no parecía posible”, contó la madre en una entrevista telefónica con el diario The New York Times.
En 1978, Christopher jugaba en un equipo de Willoughby, Ohio (lugar en el que vivía la familia) y durante el juego final de la temporada, su equipo bateó dos jonrones y ganaron. Pero durante la celebración, el guante desapareció.
“Pensé: 'No puede ser', pero siempre puedes distinguir las marcas en las cosas de tus hijos”, añadió.
De inmediato, los padres le enviaron un mensaje de texto a su hijo, quien actualmente trabaja como profesor de matemáticas y entrenador de fútbol en una escuela secundaria en Ohio.
Christopher, de 52 años, no tardó en responder con un “cómpralo”.
Julie y Michael pagaron $1,49 para recuperar el guante y llevárselo a su hijo, quien nunca antes les había dicho a sus padres que en aquella celebración había perdido su guante.
“Estaba emocionado, estaba saltando de arriba abajo. Él solo dijo: 'Mamá, tráelo a casa'”, detalló la mujer en la entrevista con el periódico estadounidense.
Para la familia Lisi, los guantes de béisbol tienen un significado especial, ya que Michael, de 81 años, es un gran fanático de ese deporte y atesora un guante que utilizó hace 70 años, cuando también jugaba.
Cuando los esposos entraron a la tienda, de la que muchas veces salen con las manos vacías, pudieron ver sobre una vitrina un guante de béisbol con el nombre Christopher Lisi, escrito a mano con un marcador negro.