En el exuberante jardín que circunda la casa de don José Fabio Ovares Jenkins, en El Rodeo de Mora, crece un enorme guapinol: sus ramas se extienden poderosas y sus raíces profundas para sostener el árbol gigante que se eleva hacia el cielo.
Se calcula que el guapinol tiene como 350 años, aunque no se sabe a ciencia cierta; de lo que sí podemos estar seguros es de la edad de don José Fabio, nació el 16 de marzo de 1921. La comparación es inevitable: don José Fabio es árbol, es rama, es raíz.
Afortunadamente, la edad no “se le vino encima”. Es una persona mayor que vive lo que los expertos denominan envejecimiento saludable o exitoso.
Para la Fundación Partir con Dignidad (www.partircondignidad.org) es una inagotable fuente de inspiración, no solo porque es el abuelo de su fundador, el geriatra y paliativista Ernesto Picado Ovares, sino porque su experiencia de vida resume las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para envejecer saludablemente.
Tener amor, familia, dar afecto, disfrutar la naturaleza, hacer ejercicio, alimentarse bien mirarse en su descendencia, dejar un legado espiritual para las nuevas generaciones… Todo eso y más hace de don José Fabio Ovares un modelo a imitar.
Sigue tan enamorado de su esposa, doña Flora Ramírez Rojas, como cuando se conocieron hace 75 años. Él da gracias a la vida porque “la belleza del Obelisco”, un emblemático monumento de San José, le dio el sí a aquel muchacho de la rural Atenas.
Ella, una hermosa josefina vecina del Paseo Colón, era admirada por propios y extraños y hasta la renombrada revista Selecciones Reader´s Digest la colocó dos veces en portada, con reportajes sobre Costa Rica y Guatemala. Hoy, a los 94 años, aquella estudiante de Bellas Artes que impresionó al fotógrafo de Selecciones sigue tan linda como siempre, de la mano de su esposo y rodeada de sus propios cuadros y esculturas.
Allí en El Rodeo, a 22 kilómetros del centro de San José, donde el verde naturaleza es generoso y en uno de los mejores climas de Costa Rica -similar al de su natal Atenas, donde la longevidad de los habitantes es característica-, don José Fabio disfruta de su numerosa prole: 5 hijos - cuatro mujeres y un varón-, 16 nietos y 21 bisnietos.
¡Qué privilegio! Hace años, las familias del clan fueron abandonando el centro capitalino y construyendo sus casas sin tapias ni cercas al pie de un hermoso bosque primario, santuario de venados cola blanca, dantas, monos y todo tipo de aves.
Los nietos y nietas, adultos ya, acompañan al abuelo, disfrutan con él de un partido de fútbol o le llevan una película para verla juntos. Las hijas también están muy presentes, cada día alguna almuerza con sus papás, y los fines de semana están con ellos para dar al menos un pequeño paseo en auto.
Por las noches, el matrimonio cuenta con el cuido de un abnegado enfermero, Óscar Pérez, y una vez por semana una fisioterapeuta visita a don José Fabio. Ese día es especial: levantarse temprano, ponerse una camisa bonita y esperar a Daniela Arguedas con ilusión para reír, divertirse y hacer ejercicios de estiramiento y respiración y poner en movimiento las neuronas:
--¿20 menos 5? ¡15!
--¿15 más 6? ¡21!
--¿18 entre 6? ¡3!
“Es que yo siempre fui el mejor de mi clase en matemática”, afirma con orgullo.
Capacidad para reinventarse
Don José Fabio ha escrito cuatro libros. ¡El último lo publicó a los 95 años! Como si presintiera que más tarde la memoria le haría jugarretas, allá por el año 2000 empezó a escribir cuentos de familia e historias de infancia.
Muchos de sus relatos transpiran amor por el fútbol, afición que heredó a sus nietos. Recuerda con precisión fechas, marcadores y alineaciones, muy especialmente si se trata del Saprissa, la Sele o el Barça, aclara su hija la periodista Isabel Ovares.
Sorprende en él su capacidad para reinventarse y su decisión de no dejarse vencer ni por los años ni las dificultades.
Su hija mayor, Flora, explica que a los 85 años don José Fabio pasaba un momento difícil y la escritura le permitió superarlo. “Fue un proceso en el que tomó conciencia de su capacidad de expresión, del manejo aprendido de la lengua materna a lo largo de los años y de la lectura”, añade la laureada filóloga.
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Decidirse a escribir no fue su primera reinvención. Cuando ya sus hijos estaban en el colegio, se impuso terminar los estudios universitarios de Farmacia. Como los había suspendido muchos años antes, al reingresar a las aulas tuvo que hacer un importante esfuerzo porque todo era nuevo, ¡habían cambiado los programas!
Inspirador
Siendo aún estudiante de medicina, el joven Ernesto llevó al abuelo al médico. A mitad del examen, don José Fabio le preguntó a su médico: “¿Doctor, usted cree que este muchacho sirva para geriatra?”. “Nada más esto le voy a responder –dijo el especialista-. Esta es la primera vez que veo que un nieto acompaña al abuelo a una cita con el geriatra”.
Y hace siete años, ya con unos cuantos años de ejercicio de la geriatría, Picado Ovares ideó la Fundación Partir con Dignidad con el propósito de dar apoyo en cuidados paliativos a personas adultas mayores en situación de vulnerabilidad, así como para fomentar el envejecimiento exitoso, pues en Costa Rica la población adulta mayor crece a pasos agigantados desafiando al sistema de salud y seguridad social.
La calidad de vida de su abuelo la quería el Dr. Picado para los pacientes que cada día atendía en los servicios de cuidados paliativos del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología Doctor Raúl Blanco Cervantes. En la visita casa por casa comprobaba las necesidades enormes de las personas con enfermedades terminales, las penurias de las familias y el desgaste de las personas cuidadoras. La fundación le daría oportunidad de brindar apoyo más allá del horario de hospital y proveer beneficios complementarios a los que brinda la Caja Costarricense de Seguro Social.
Una hermosa frase escrita por la madre del Dr. Picado Ovares recoge ese fuerte sentimiento que toma vida en la Fundación Partir con Dignidad, inspira sus acciones e impregna su compromiso:
“Mírame con tus ojos buenos, cargados de pasado. Déjame tomar esa mano que condujo mis primeros pasos. Apoya en mi hombro tu cuerpo cansado para que caminemos juntos mientras cae la tarde”.
¿Qué es la Fundación 'Morir con Dignidad?
Mientras Costa Rica envejece, morir con dignidad se convierte en un enorme reto: en el 2050, los adultos mayores serán la quinta parte de la población.
La Fundación tiene un nombre hermoso, “Partir con Dignidad”. Es algo a lo que, sin distingos de ninguna clase, todos aspiramos y, lo que es más importante, todos merecemos. No es necesario darle mucha vuelta. Morir dignamente no es más que una cama limpia y cómoda, ojalá ubicada en nuestra propia casa y no en un hospital, que no haya dolor sino paz, tener a alguien que nos de la mano y nos acompañe en ese momento misterioso en el que damos un salto al vacío y nos dejamos ir hacia el desconocido más allá.
Sencillo, ¿no?, pero a veces una muerte digna es pedirle demasiado a la vida.
Precisamente por eso nació, hace siete años, la Fundación Partir con Dignidad. Fue creada por un grupo de profesionales de la salud, estrechamente ligados al Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, Doctor Blanco Cervantes, y en especial a su servicio de atención comunitaria.
Los acompañaron abogados y empresarios, como Carlos Joaquín Ventura y Alberto Dent, todos bajo el liderazgo inspirador del doctor Ernesto Picado Ovares, geriatra paliativista. Los fundadores son un grupo ciertamente diverso pero unido por hilos de solidaridad y de compromiso por ir un paso más allá de lo que puede brindar en nuestro país la seguridad social.
Partir con dignidad
La muerte indigna ofende, es obscena, acecha en las barriadas más pobres, deteriora los vínculos familiares, mina física y emocionalmente a la persona cuidadora.
Esa es la realidad cruda con la que se encuentran médicos, enfermeros y psicólogos cuando abandonan las paredes hospitalarias, a fin de adentrarse en busca de un enfermo en algún barrio “complejo”, en un cantón populoso de Costa Rica.
Esa visita médica a la casa del paciente pone al descubierto el drama de quien padece una enfermedad terminal, su familia y sus cuidadores en situación de vulnerabilidad.
Y aunque en nuestro país la Caja Costarricense de Seguro Social ofrece cobertura universal de excelente calidad, hay un campo vasto que escapa y puede ser llenado por una Fundación como esta, con servicios tales como donación de certificados de defunción, préstamo de camas de hospital, donación de pañales, ambulancia para el traslado de pacientes y capacitación.
Contar con pañales, por ejemplo, significa un cambio de la noche a la mañana para un familiar o una persona cuidadora. Y así con los otros servicios que da la Fundación y complementan la seguridad social.
Costa Rica envejecida
A todos, y sobre todo a los jóvenes --insiste el geriatra Picado Ovares-- debería preocuparnos el tema de la vejez y el fenómeno demográfico que estamos presenciando de un crecimiento acelerado de la población adulta mayor.
Las cifras son elocuentes: en diez años, de 2008 a 2018, la población adulta mayor creció en un 59 %. Las estadísticas oficiales indican que Costa Rica tiene hoy 430.275 personas adultas mayores: el 8,5 % de la población.
Y para el año 2050 la población adulta mayor será de 1.262.253 personas, lo que equivaldrá a 20,7% de los costarricenses.
En 2018, había 12.682 pacientes que requerían cuidados paliativos. En el 2050, 40 mil adultos mayores necesitarán cuidados paliativos.
El 88% de cuidadores son los familiares del paciente y carecen de apoyo, con alto riesgo para el cuidador y la persona adulta mayor. El 78% de los cuidadores son mujeres.
La Fundación ha trabajado hasta ahora con una estructura mínima, basada únicamente en la Junta Directiva y algunos colaboradores externos que donan su tiempo y sus conocimientos, sin embargo, se está iniciando una nueva etapa a partir de un análisis de INCAE.
“Necesitamos fortalecernos para atender las necesidades crecientes de una población adulta mayor que crece de manera acelerada como consecuencia de la reducción de la mortalidad y de la tasa de fecundidad”, añade Picado Ovares.
Recientemente --gracias a las gestiones de destacados costarricenses--, el INCAE conformó un grupo de estudiantes de la Maestría en Administración de Negocios con el fin de desarrollar un proyecto de consultoría para la Fundación. Los estudiantes provenían de varios países centroamericanos.
A partir de su informe, la Fundación ha definido sus objetivos estratégicos y sus planes de acción, para la cual cuenta con lo que INCAE denomina un mapa estratégico que contempla cuatro grandes dimensiones: finanzas, marketing, operaciones y recurso humano.
Entre las metas destaca la atención 24/7 de un mayor número de pacientes de cuidados paliativos y sus familiares, que pasó de 190 en 2021 a 1.783 en el 2022
Asimismo, en 20 cantones y en alianza con las municipalidades se ofrecerá capacitación en cuidados paliativos para personas adultas mayores, buscando complementar y fortalecer la estrategia de comunidades amistosas impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para alcanzar sus metas, la Fundación iniciará en breve una campaña de donaciones.
En el sitio web www.partircondignidad.org está la información para hacer donaciones, que pueden realizarse por Sinpe Móvil o en las cuentas del Banco de Costa Rica que están en el sitio web; se agradecen donaciones tanto en efectivo como de activos.
Para mayor información puede escribir al correo info@partircondignidad.org o visitar la página de Facebook @partircondignidad.