Para Irene O’Shea la edad nunca ha sido una limitante para hacer lo que le apasiona, más aún si la práctica conlleva adrenalina y es por una buena causa.
Ella tiene 102 años y recientemente saltó en paracaídas desde un avión a más de 4.000 metros de altura sobre la ciudad de Langhorne Creek, ubicada en el sur de Australia.
Pero la hazaña de la valiente bisabuelita tuvo un motivo especial, ya que ella buscaba llamar la atención para recaudar fondos para la Asociación de Enfermedades de Neuronas Motoras de Australia Meridional (MNDSA).
Su hija falleció en el 2008 a los 67 años producto de la enfermedad de la neurona motora y ahora la centenaria mujer busca contribuir para encontrar una cura para ese padecimiento y otros trastornos neurodegenerativos.
“Una mujer increíble, logrando cosas increíbles”, dijo SA Skydiving, empresa organizadora del salto.
Durante el salto, la mujer estuvo acompañada por el instructor de paracaidismo Jed Smith, quien se lanzó con ella y cuidó de su integridad.
Con esto O’Shea se estaría convirtiendo en la paracaidista más vieja del mundo y, de acuerdo con CNN, ahora la organización del Record Guinness está realizando una investigación para corroborar si Irene es la nueva dueña de la marca.
Esta no fue la primera vez que la centenaria bisabuelita saltó en paracaídas, ya que en el 2016 celebró su cumpleaños número 100 haciendo paracaidismo en las afueras de Adelaide, también en el sur de Australia.
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Sin embargo, en el 2017 fue la primera vez que hizo ese deporte extremo con la intención de recolectar fondos para la Asociación de Enfermedades de Neuronas Motoras de Australia Meridional.
Según el sitio 20 Minutos de España en esta tercera ocasión, la señora decidió saltar ante la presencia de aproximadamente 50 familiares y amigos, incluidos sus nietos y bisnietos.