En el 2012, luego de dos reñidos intentos, la atleta estadounidense Allyson Felix por fin tocó la añorada gloria olímpica. Ese año, durante las justas deportivas realizadas en Londres, conquistó la medalla de oro en la prueba de 200 metros libres.
Ya había estado a punto de lograrlo en Atenas 2004 y en Beijing 2008, pero en ambas ocasiones quedó a milésimas de segundo del primer lugar y tuvo que conformarse con la no menos codiciada medalla de plata.
Eso nunca la detuvo. Por el contrario esta hija de un ministro religioso y una profesora de primaria empezó a entrenar de inmediato con la mirada en el oro olímpico. Su fe se convirtió en su gran motor. Felix considera que su talento es un regalo de Dios y por eso está obligada a dar el máximo de sí misma para honrar el don concedido.
Felix, de 35 años, es una de las atletas estadounidenses más condecoradas de su país, ya que además posee otras cinco medallas de oro olímpicas en pruebas de relevo, así como múltiples títulos alcanzados en campeonatos internacionales.
Con la gloria olímpica le llegaron los contratos publicitarios. Sin duda, su imagen era un imán para las marcas deportivas que la buscaron para convertirla en su vocera y fuente de inspiración para deportistas alrededor del mundo.
Una de esas marcas fue Nike, firma especializada en ropa deportiva, que logró ficharla en el 2010 como uno de sus más emblemáticos rostros.
No había duda de que la historia de éxito de Felix podría motivar a cientos de jóvenes a seguir su ejemplo y, de paso, convencerles de comprar las prendas que lucía en los anuncios.
Su exitoso contrato con Nike venció en diciembre del 2017 y mientras negociaba una extensión del mismo con la compañía, a inicios del 2018, se dio cuenta que estaba embarazada de su primera hija. Uno de los momentos más felices de su vida personal pronto se convirtió en un obstáculo para su carrera profesional.
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Felix denunció en 2019, en un artículo editorial publicado en The New York Times, que Nike le ofreció reducir su pago en un 70% y que tampoco se comprometió explícitamente a cumplir con las protecciones por maternidad que ella solicitó en la renegociación.
Fue un movimiento valiente, ya que Felix se arriesgó no solo a quedarse sin su principal fuente de ingresos sino que además la incluyeran en una lista negra por su denuncia.
Como si esto fuera poco, según el relato de la deportista, agrega que la marca la contactó para participar en un anuncio sobre empoderamiento femenino, justo cuando ella se encontraba negociando por obtener beneficios de maternidad como parte de la renovación de su contrato. Asegura que sintió que se le revolvía el estómago.
“Me pareció que eso iba más allá del irrespeto y de hacerse los sordos”, dijo la deportista durante una entrevista con la revista Time. La ruptura era inevitable y Felix decidió poner fin a su ligamen de siete años con la marca.
No estaba dispuesta a aceptar esa regla permanente en torno a la maternidad. Le pedí a Nike que garantizara por contrato que no sería castigada si no me desempeñaba de la mejor manera en los meses que rodean el parto. Quería establecer un nuevo estándar. Si yo, una de las atletas más comercializadas de Nike, no pudiera asegurar estas protecciones, ¿quién podría hacerlo?.
— Allyson Felix, en su artículo editorial para 'The New York Times'.
“Ellos sienten que una no va a encontrar más opciones. Y que por eso pueden salirse con la suya porque, ¿a dónde vas a ir? Y creo que así siempre me percibieron: ‘Ella nunca va a decir nada. Ella nunca va a hablar”, dijo Felix en la entrevista.
Ante este panorama, la atleta decidió buscar un nuevo rumbo y firmó con otra marca llamada Athleta, que se especializa en prendas deportivas para mujeres. Además creó su propio negocio de zapatos deportivos y de estilo de vida llamado Saysh.
A los meses los reclamos de Felix tuvieron eco, pues Nike había quedado en evidencia. Desde los alegatos de la velocista y luego de algunas protestas públicas, la marca deportiva anunció una nueva política de maternidad, que incluye la expansión de sus coberturas pagas para las mujeres embarazadas y nuevas madres.
“Regularmente tenemos conversaciones con nuestros atletas sobre las muchas iniciativas que tenemos alrededor del mundo. Nike ha apoyado a miles de mujeres atletas por décadas. Hemos aprendido y crecido en cómo mejorar nuestro apoyo a las atletas femeninas”, aseguró Nike en la mencionada publicación.
La compañía, además, anunció que renunciaría a las reducciones de pago por desempeño durante un año para las atletas que tengan hijos, así como la garantía de pago y bonos durante los 18 meses alrededor del embarazo. Otras compañías siguieron el ejemplo de Nike y también añadieron protección por maternidad para sus atletas patrocinadas.
Embarazo difícil
Acostumbrada a realizar esfuerzos que parecen sobrehumanos, Allyson Felix jamás imaginó la difícil prueba que enfrentaría con el embarazo de su primera hija, Camryn.
Felix desarrolló preeclampsia, una afección caracterizada por presión arterial alta y resultados adversos del parto, que es más frecuente en las mujeres afroamericanas. Esa condición contribuyó al peligroso parto prematuro de su hija, que nació por cesárea.
La medallista recuerda como si fuera ayer estar sentada en la sala de una unidad de cuidados intensivos para neonatales escuchando el llanto de su hija, quien trataba de aferrarse a la vida. La pequeña Camryn estaba conectada a monitores que alertaban a los médicos cuando debían estimular su respiración.
Al final, todo salió bien, pero Allyson recuerda las historias de otras mujeres que no tuvieron el mismo desenlace.
Tan solo diez meses después del nacimiento de su hija, la atleta regresó a las pistas y demostró el material del que está hecha. En octubre del 2019 obtuvo su medalla número doce en un campeonato mundial de atletismo rompiendo la marca sostenida hasta entonces por Usain Bolt, con once preseas.
Como si fuera poco, Felix logró clasificar a sus quintos Juegos Olímpicos, donde aspira a ganar dos medallas más en la máxima competencia deportiva global y, en especial, dejar claro que la maternidad no significa el final del camino para las atletas de élite.
Hoy, con dos años de edad, la pequeña Camryn está saludable y traviesa como toda niña. Incluso desveló a Felix muchas noches antes de sus entrenamientos con miras a las Olimpiadas. Pero eso no es nada malo, esta madre y estrella del deporte no podría estar más feliz.
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La estadounidense está a un paso de hacer historia. Sus nueve medallas olímpicas actuales la colocan en un empate con la jamaiquina Merlene Ottey como la mujer con más preseas en este tipo de justas. Una más y Felix se consagrará como la atleta femenina más premiada de la historia en unas Olimpiadas.
Mi decepción no es solo con Nike, sino con la forma en que la industria de la indumentaria deportiva en general trata a las atletas. No se trata solo de un embarazo. Podemos apoyar las marcas que respaldamos, pero también debemos hacerlas responsables cuando nos comercializan para atraer a la próxima generación de atletas y consumidores.
— Allyson Felix, en su artículo editorial para 'The New York Times'
Pero sus aspiraciones no terminan ahí, ya que Felix también formará parte del equipo estadounidense que es uno de los favoritos a ganar el oro en la competencia de 4x400 metros. De obtener también medalla en esta prueba, Allyson superaría la marca establecida por su compatriota Carl Lewis, quien posee diez preseas obtenidas en Juegos Olímpicos.
El miércoles 4 de agosto, Felix dio su primer paso para reescribir su nombre en la historia olímpica al clasificar de segunda en su heat rumbo a la final de los 400 metros individuales. No la tendrá fácil ya que deberá enfrentarse, entre otras, a la jamaiquina Stephanie McPherson, quien la venció en la semifinal. Sin embargo, fácil es una palabra que no aparece en el diccionario de Allyson Felix, quien este viernes 6 de agosto llegará con todo por la medalla.
Hablar o morir
Al desnudar al gigante de la ropa deportiva, Felix intentó exponer cómo algunas marcas de alto perfil se hacen pasar por partidarios de las mujeres atletas que deciden tener hijos, pero intentó visibilizar cómo detrás de cámaras el panorama es distinto ya que no solo las hacen firmar acuerdos de confidencialidad sino que además les reducen su paga.
“Yo quería ser una atleta profesional y una madre. Y de alguna forma, eso era un sueño loco. Decidí iniciar mi familia en el 2018 sabiendo que un embarazo puede ser ‘el beso de la muerte’ en mi industria”, escribió durante un ensayo que publicó en The New York Times, en 2019.
Al utilizar esa expresión, Allyson hizo referencia al caso de la corredora Phoebe Wright, quien también había externado sus críticas en contra de Nike en lo que calificó como políticas discriminatorias en contra de las madres atletas. “Quedar embarazada es el beso de la muerte para las atletas. De ninguna forma le hubiera dicho a Nike que estaba embarazada”, le dijo Wright al periódico.
Otro caso similar fue el de Alysia Montaño, quien captó la atención del mundo al correr en el Campeonato de Estados Unidos del 2014 cuando tenía ocho meses de embarazo.
De acuerdo con The New York Times, cuando Montaño le informó a Nike que planeaba quedar embarazada, la compañía puso en pausa su contrato de patrocinio y dejó de pagarle.
Por esta razón, Montano firmó con la marca rival Asics, la cual, según la publicación, no le pagó durante el período de recuperación posparto.
Las mujeres que participan en disciplinas deportivas individuales, como el atletismo, no reciben un salario fijo, como sí sucede con sus colegas de deportes colectivos, por lo que sus ingresos dependen de los premios -si es que los ganan- durante las competencias y, además, de los contratos de patrocinio que logren con reconocidas marcas.
Asimismo, las firmas deportivas suelen reducir los pagos si el rendimiento de las atletas disminuye como consecuencia del embarazo, según publicó Insider, por lo que esta realidad hace que las mujeres que se dedican al atletismo de alto nivel se vean presionadas a retrasar su maternidad o a regresar a competir lo antes posible después del parto.
Tal fue el caso de Montaño, quien sufrió la separación de sus músculos abdominales pero se sintió forzada a regresar a las competencias tan pronto le fue posible. Incluso se envolvió los abdominales con cinta adhesiva.
Estas mujeres rompieron barreras en las pistas de atletismo para luego enfrentarse a nuevos obstáculos en su anhelo de convertirse en mamás. Sin embargo, escogieron luchar hasta causar un cambio.
“Hablar fue aterrador, se sintió como un riesgo. Pero no podía sentarme en silencio y hacerme al margen. Entonces, estar en el lugar en el que estoy ahora y sentirme totalmente apoyada, es una sensación increíble”, concluyó Felix durante una entrevista con Fast Company.