Ángela siempre lo tuvo muy claro, sabía que quería convertirse en la mujer que se sentía por dentro. Hace cuatro años lo logró con un tratamiento de cambio de género y la semana pasada se condecoró como la ganadora del concurso Miss Universo España.
Sí, un trasexual se convirtió en la mujer más hermosa de su país, al cual representará en la gala de Miss Universo. Un hecho que desafía las mismísimas convenciones de la historia.
Su nombre es Ángela Ponce, tiene 27 años y es oriunda de Pilas, un pueblo al centro de Sevilla. Tenía una medida de infarto que apela a los cánones de la belleza contemporánea – 90-61-90–. Es modelo profesional y mesera en el restaurante de sus padres, además, asegura que quiere llegar a la universidad para aprender idiomas.
Desde su coronación, el rostro de Ponce ha figurado en, prácticamente, todos los medios de comunicación españoles. La primera reina transgénero ha explicado el camino recorrido: de lo difícil que fue ser aceptada en la escuela, del apoyo incondicional a sus padres y de cómo la mujer más bonita de España, alguna vez fue hombre.
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Ponce reconoce que gran parte de su ascenso y seguridad se la debe a sus padres, quienes la criaron sin prejuicios y con orgullo de aceptar su verdadera forma de ser.
“La base de todo es que mi familia me apoyara. Cuando era pequeña íbamos con mi hermano a comprar a una gran superficie y mis padres me decían que podía coger un juguete. Yo recuerdo irme para las muñecas y coger la muñeca Barbie y decirles: esto es lo que yo quiero. Nunca me dijeron no, los niños juegan con balones y coches y las niñas con muñecas. Mi padre cogía la Barbie y montaba la muñeca conmigo. Por eso dentro de lo malo he sido muy afortunada”, destacó en una emotiva entrevista realizada por el diario El País.
Ángela recuerda que hizo la Primera Comunión vestida de almirante y “feliz” ya que no sabía que podría llegar a ser mujer. En el cuarto no habían carros de miniatura ni balones de fútbol; los estantes estaban abarrotados con muñecas . Además, le gustaba ponerse los vestidos de su mamá y bailar como las niñas.
En la escuela cuando los maestros le preguntaban a los niños que querían ser cuando crezcan, muchos respondían astronauta, policía, bombero; sin embargo Ángela solo decía mujer.
“Ya cuando fui más mayor le dije a mi mamá que no quería usar ropa de niño, yo deseaba usar ropa unisex y se me permitió. Al final fui poco a poco subiendo escalones, hasta que le dije a mi mamá que no me quería desarrollar como un chico, ella me apoyo”, comentó la modelo en la emisora colombiana La FM.
Ángela admite que fue discriminada y el blanco de burlas en el colegio por su manera de ser.
El colegio es complicado para casi todo el mundo y cuando yo era pequeña no existía educación para la diversidad; los que eran diversos se consideraba que restábamos en lugar de sumar y nos hacían sentir aún más ese rechazo. He vivido momentos muy duros pero afortunadamente siempre he tenido una personalidad fuerte. Si se reían porque ponía una diadema, mañana me ponía una corona, sin importarme lo que dijese la gente. Esa es la leña de la que me he alimentado toda la vida.
Sin embargo, los insultos y las bromas pesadas no mermaron el ímpetu de la andaluz. A los 11 años cuando este chico empezó a investigar y a descubrir la transexualidad y a partir de ahí se dijo así misma que lucharía por ser “quien realmente soy”.
Los cambios fueron paulatinos. El pelo largo, el uso de maquillaje, empezar a usar ropa más unisex. Ángel rememora que fue a los 16 que tomó la decisión de conversar con su madre sobre que quería cambiarse de sexo. A los 22 tomó la decisión de hacerse la operación, el momento más feliz de su vida.
“Comencé a madurar. Siempre me he tomado la vida como un ensayo hasta el día en que me operé. Me sentí completa, llena. Fue el día más feliz de mi vida. Se me fueron los complejos: antes me maquillaba muchísimo para compensar esa desigualdad, cuando antes me miraba alguien pensaba si se me notaría algo”
Después de la operación, Ponce incursionó en el mundo de la moda. Empezó a asistir a pasarelas y poco a poco fue captando la atención de los diseñadores. Se mudó a Madrid y, ahí, empezó que podía llegar a los más alto.
En el 2015 compitió en el concurso de belleza Miss Cadiz y ganó. Sin embargo, no pudo llegar a Miss Mundo porque este certamen internacional no admite mujeres transgénero. Fue en ese momento, que Ángela empezó su propia cruzada para concientizar e informar a la población sobre la diversidad.
Mi caso tuvo repercusión y comencé a trabajar como modelo y activista en la fundación Daniela, que ofrece ayuda a menores transexuales y formación en los colegios. La gente no sabe qué es la transexualidad, todavía se sigue confundiendo con travestismo”.
El sueño de Ángela es que historias como la suya lleguen a normalizarse y que la sociedad acepte la diversidad que ya existe en ella.
Ponce aseguró que al en última instancia sus derechos no son otra cosa que derechos humanos. De igual manera destacó a España como un referente en tolerancia, porque en esa nación la persona transgénero está más amparada por la ley. Sin embargo, advirtió que aún hay muchas cosas por mejorar y “prejuicios por eliminar”.
“Quiero decir: aquí estoy yo y no soy rara, solo tengo una historia diferente. Una mujer a la que la vida le vino de otra manera pero soy una mujer”, enfatiza, la mujer más bonita de España.
Para muchos puede ser un concurso de belleza pero esta coronación manda un mensaje contundente a todo el mundo: los tiempos cambian gracias a personas como Ángela.