Las vacunas y el agua potable son reconocidas como los métodos más eficaces para disminuir enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que vacunarse evita entre dos y tres millones de muertes cada año. Eso sí, otros dos millones de personas pueden morir a causa de males que pudieron prevenirse en los lugares a los que no llegan estas inmunizaciones.
Científicamente se ha demostrado que las vacunas son un avance que literalmente puede salvar vidas. Sin embargo, en el mundo existen grupos que están en contra de ellas, los llamados antivacunas, quienes alegan, principalmente, que los fármacos generan efectos secundarios a los que “prefieren no exponerse ni exponer a sus niños”.
Durante los últimos años, medios de comunicación mundiales han abundado en informaciones relacionadas con antivacunas, una corriente que ha sido altamente condenada y que ha tomado fuerza en algunos países del continente europeo donde la vacunación no es obligatoria. En Costa Rica ese tema se percibía lejano.
Recientemente la OMS incluyó a la corriente antivacunas en la lista de las principales amenazas para la salud. En el grupo también están la contaminación, el cambio climático y algunas enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
Antivacunas de cerca
Según datos del Ministerio de Salud, Costa Rica alcanza una cobertura de vacunación de un 95%, esto porque desde 1973 las vacunas son obligatorias. El 21 de febrero la realidad antivacunas se manifestó en el país: tres franceses ingresaron con un brote de sarampión, entre ellos un niño de cinco años.
La noticia trascendió en América y Europa porque desde el 2014 en Costa Rica no se presentaba un caso importado de esta enfermedad. En 2006 se registró el último enfermo de sarampión autóctono.
En Francia, la vacuna contra el sarampión se volvió obligatoria para niños nacidos después de enero del 2018, informó el medio inglés The Telegraph; este diario confirmó que el menor de cinco años que llegó infectado a Costa Rica no había sido vacunado.
En agosto del 2017, el diario francés Le Monde dio a conocer que, desde el 2008 se registraron más de 24.000 casos de sarampión en Francia; durante este período 10 menores perdieron la vida. Informaciones de Le Monde, replicadas por el Mundo.es, indicaron que en ese momento (en el 2017) 41% de los franceses dudaban de la seguridad de las vacunas y que un 23% de los ciudadanos con edad para estar vacunados, no lo estaban.
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También hay costarricenses que no vacunan a sus hijos, como lo muestra a continuación el testimonio de una costarricense que reside en Europa y no ha vacunado a sus hijos; ella no se cataloga antivacunas, sino “pro información”. Otras posiciones que se exponen en este reportaje son el relato de una mujer tica que dejó de vacunar a sus hijos cuando ellos estaban en la escuela; la posición de la pediatra María Luisa Ávila, reconocida defensora de la aplicación de las vacunas, y el líder de Pfizer para Asia de Asuntos Científicos en Vacunas, Adriano Arguedas Mohs; así como varios datos que brinda el Ministerio de Salud en defensa de estas inmunizaciones.
“No he vacunado a mis hijos”
Relato de una costarricense que vive en un país de Europa en el que la vacunación no es obligatoria. Ella prefirió proteger su identidad debido a los ataques que podría recibir al exponer su opinión, pues no vacunar a los niños es muy criticado por la población general.
“No soy antivacunas, soy ‘pro información’, esto quiere decir investigar los componentes y efectos secundarios de cada vacuna, quiere decir abrir un diálogo y aceptar que no todas las vacunas son saludables para todas las personas, aceptar que ha habido muchos efectos secundarios en bebés menores de tres años, que han sido letales o han dejado repercusiones severas. No he vacunado a mis hijos porque recién nacidos no se ha sentido como algo correcto y hemos decidido esperar hasta después de los tres años, cuando su sistema inmune esté maduro.
"Personalmente, cuando tocaban las vacunas para un niño de dos o tres meses, no se sintió lo correcto porque ellos están tan recién nacidos. Su sistema inmune es tan débil que no lo sentimos correcto (vacunar). Decidimos esperar tres años para poner las vacunas que sean necesarias. Ese es otro tema que consideramos importante: pensamos que hay muchas vacunas que no son necesarias. Claro, sabemos que las vacunas han erradicado muchas enfermedades. Pero por ejemplo, para que a una persona le dé tuberculosis tiene que estar en los regazos de alguien con tuberculosis y que le tosa en la cara. Entonces sentimos que sería debilitar el sistema inmunológico poner una vacuna a tan temprana edad. Creo que todas (las vacunas) podrían ser retardadas.
"Eso es lo que sostenemos. En el país en el que vivimos todo es muy diferente. Tenemos pediatra antroposófica (medicina alternativa) y pudimos hablar con la pediatra en la cita de los seis meses, ella nos dijo que no había epidemia en ese momento, si llegaba a haber recomendaba una vacuna, si no, pues todo bien. Hubo soporte médico, no fuimos únicamente nosotros decidiendo.
"En la parte de investigación es muy difícil porque uno encuentra de todo. Para mi esposo y para mí es más (dejarse llevar por) intuición.
"Y sé que puede ser debatible porque la mayoría de personas no están conectadas con su intuición y no podemos usarlo como un parámetro para la sociedad. (…). Yo solo sentí que debíamos fortalecer más el sistema inmune de mi hijo mayor (antes de vacunarlo).
"En el círculo en el que nos rodeamos mi hijo menor tiene siete amigos de su edad, el mayor también. De esos 15 niños ninguno ha sido vacunado. Acá son mínimas las personas que conozco (que vacunan a sus niños). En este país está más normalizado y no tan satanizado (no vacunar).
"La verdad es que no pensamos poner el esquema de vacunas, pero en caso de que haya alguna epidemia o algo similar sí lo pondríamos. Esto es más como estar abiertos a vacunar en caso de ser necesario. Si viajamos a India les pondríamos la vacuna contra el polio. Hasta el momento no hemos sentido que sea necesario.
"Conozco gente en Costa Rica y es complicado (que hablen) porque allá la vacunación es obligatoria, en el país de Europa en el que vivo no, por eso la decisión queda en cada padre.
"Sé que en Costa Rica el tema se maneja muy por debajo de la mesa porque hay un doctor, o un par de doctores que son los únicos que creen en esta corriente (de que las vacunas no son buenas) y llenan el carné de vacunas (haciendo creer que el niño fue vacunado). Entonces yo creo que por no afectar a este doctor ellos no quieran hablar.
"Tengo amigos que sostienen preferir que se les pegue el sarampión y luego encontrar una cura a poner una vacuna y que los niños ‘tengan un efecto secundario de por vida’. Otros consideran que muchas de las vacunas del protocolo son innecesarias y demasiadas, muchos creen en el vínculo entre las vacunas y el autismo (lea más adelante acerca del estudio que comprueba que no hay relación entre vacunas y autismo), en el vínculo de vacunas con alergias, asma o enfermedades crónicas relacionadas. La mayoría sostiene creer que es nociva la cantidad de químicos que tiene cada vacuna y que en efecto debilita el sistema. Hay algunos de mis amigos que sí son antivacunas y otros pro información y pro investigación; hay otros padres ‘intuitivos’ que tienen varios hijos y sienten como unos necesitan tal vacuna y otros no, porque por intuición o conexión sienten cómo el sistema inmunológico de uno es más fuerte o más débil que el del otro, por ejemplo.
"Cuando visitamos Costa Rica nunca nos han pedido carné de vacunas”.
“Dejé de vacunarlos cuando estaban en la escuela”
Xinia es madre de dos hijos de 13 y 19 años. Esta mujer costarricense prefiere proteger su identidad para “no recibir ataques” por pensar diferente en cuanto a temas de vacunación. Además, en Costa Rica las vacunas son obligatorias para los menores de edad. Si un padre o encargado legal se niega a aplicarlas, el Ministerio de Salud puede intervenir con apoyo de la Fuerza Pública y del Patronato Nacional de la Infancia (PANI). Ella contó brevemente las razones por las que no cree en las vacunas.
“Dejé de vacunar a mis hijos cuando estaban en la escuela. Tomé la decisión porque empecé a leer sobre los efectos secundarios, a corto y largo plazo, de las vacunas en los humanos.
Soy mamá de una mujer de 19 años y de un varón de 13. Investigué que las vacunas no son 100% eficaces, bloquean el brillo de los ojos natural en los niños.
A no ser que haya una epidemia, pienso que no es necesario poner un virus extra en el cuerpo. Si (los niños) llevan una dieta balanceada y no se contactan con personas enfermas no tienen por qué enfermarse.
(Para evitar la vacunación obligatoria que llegaba a la escuela) siempre les decía que tenía que pensarlo y que avisaba después. En realidad nunca me preguntaron más luego de que acabara ‘la campaña de vacunación obligatoria’.
Realmente nunca había pensado (denominarme) en una corriente antivacunas, pero creo que sí hay que llamarlo de alguna manera, entonces sí.
Creo que deberían de hacer un reportaje sobre los efectos reales en personas reales después de las vacunas. Por ejemplo con las personas que se están diagnosticando con el síndrome de Guillain-Barré (es un padecimiento autoinmune en el cual los músculos no obedecen las órdenes cerebrales) en los últimos meses después de vacunarse contra la gripe". (En octubre 2016, La Nación informó que una mujer sufrió Guillain-Barré asociado a vacuna contra la gripe, la enfermedad es un efecto secundario que afecta a uno o dos personas por millón. En esa única ocasión, el Ministerio de Salud relacionó el síndrome con la aplicación de la vacuna contra la influeza).
¿Es cierto que las vacunas causan autismo?
Uno de los argumentos de los antivacunas en el mundo es que “algunas vacunas causan autismo”, y justamente hay grupos en redes sociales que hacen alusión directa con ese supuesto “efecto secundario”.
Esta creencia se diseminó a partir de 1998, cuando el médico inglés Andrew Wakefield afirmó que 12 niños sanos presentaron autismo tras ser vacunados contra sarampión, rubéola y paperas (SRP). En el 2011 se comprobó que el artículo publicado por Wakefield estaba lleno de inexactitudes, por decir lo menos. La revista British Medical Journal publicó una investigación en la que se desmentían sus aseveraciones.
Esta semana fue publicado un estudio, realizado con más de 650.00 daneses nacidos entre 1999 y 2010, y seguidos hasta el 2013, en el que se reafirma que la vacuna contra sarampión, rubéola y paperas no aumenta el riesgo de autismo, tampoco “activa” el autismo en niños susceptibles y no está asociada con “encapsular” un autismo que pueda liberarse años después de la vacunación, informó La Nación.
¿Por qué vacunar?
En el contexto de los antivacunas y de los franceses que visitaron Costa Rica estando enfermos de sarampión, la doctora María Luisa Ávila, especialista en infectología pediátrica, se refirió a la importancia de las vacunas y desmintió algunas creencias colectivas.
“Quince de los 30 años de esperanza de vida de más que tenemos los seres humanos, se deben a las vacunas. Las vacunas evitan discapacidad: un niño con meningitis puede sobrevivir, pero sobrevive con secuelas: hidrocefalia, convulsiones, retardo mental, como sordera. Esto se puede prevenir con las vacunas.
"Todas las vacunas tienen un papel importante: la de neumococo, que este año en Costa Rica cumple 10 años de que se introdujo, evita meningitis y neumonía. Antes de la vacuna a los pacientes de neumonía por neumococo, había que quitarles un pedazo de pulmón porque estaba necrosado.
"En el caso de la tosferina, algunos niños, especialmente recién nacidos, han fallecido porque a la mamá no le aplicaron una vacuna en el embarazo. Un par de niños han muerto en el último año por eso. La tosferina es una enfermedad mortal. En Costa Rica se está con bastante buena cobertura y por lo tanto no tenemos casos. Son consideraciones que hay que tomar a la hora de recomendar las vacunas”, afirma la exministra de salud y quien es claramente defensora de las vacunas.
Hablando del sarampión, la especialista hizo énfasis en que en Estados Unidos, Brasil y países europeos actualmente hay una epidemia de esta enfermedad infecciosa. Resalta la importancia de vacunarse pues recuperarse del mal no asegura librarse de complicaciones en un futuro.
“Vemos que será un problema que se tendrá adelante porque el sarampión se asocia a una enfermedad neurodegenerativa que puede aparecer al mes o muchos años después de haberle dado sarampión. El hecho de no vacunar y que la persona se recupere, no quiere decir que si sobrevivió no vaya a tener más adelante un problema.
"Otra cosa que se dice es que la vacuna contra del virus del papiloma humano (VPH) puede estar asociada a una enfermedad neurodegenerativa y los estudios han demostrado que si se toma una población de mujeres de la misma edad que no fueron vacunadas, la incidencia de estas enfermedades neurodegenerativas es igual. Porque lo que pasa dependiendo de la edad, usted va a tener riesgo de enfermedades de este tipo que son sumamente raras en primer lugar y afortunadamente. Y segundo que si usted se puso una vacuna van a decir que fue por eso. Es como que yo diga que me dio dolor de oído por hablar por teléfono. No hay asociación”, aseveró.
La pediatra señala que los pensamientos de los antivacunas pueden ser “muy peligrosos” para los padres que deciden no vacunar a sus hijos porque “podrían morir”.
“En 2004 un niño de padres migrantes que vivían en Costa Rica murió en cuidados intensivos por meningitis. Creo que perder un hijo es la peor consecuencia que pueden vivir los antivacunas por tener actitud negativa ante las prevenciones de salud.
"Lo segundo y que es serio es que estas personas que no vacunan pueden contribuir a que otros niños a los que por edad no les tocan las vacunas y a quienes sus padres sí quieren vacunarlos, también se enfermen. Esto es lo que se llama inmunidad colectiva. Si yo estoy protegida, protejo a quienes están alrededor mío. Tenemos niños con cáncer, con leucemia, prematuros que se pueden enfermar indirectamente”, dijo.
Ante la creencia de no vacunar bebés en sus primeros meses porque su sistema inmune “no es suficientemente fuerte”, la infectóloga asegura que él está capacitado para ser estimulado por una gran cantidad de antígenos. Agrega que las vacunas están siendo cada vez más purificadas.
"Sus hijos recibirán vacunas con menos antígenos de los que recibió cuando la vacunaron a usted. Antes la vacuna de la tosferina era de células enteras, ahora ponemos la tosferina acelular que tiene muy pocos antígenos. Da menos reacción pero produce la misma protección.
"Ahora son muchas vacunas pero con menos cantidad de antígenos. Ahora son mejor hechas y mucho más dirigidas a lo que se quiere proteger”, dice Ávila. La especialista añade que es importante informarse en sitios de internet confiables.
El infectólogo, Adriano Arguedas Mohs, quien actualmente trabaja para Pfizer como el Líder para Asia de Asuntos Científicos en Vacunas, también se refirió al tema de los efectos secundarios a los que aluden algunas personas para no vacunarse ni hacerlo con sus hijos.
“La mayoría de los efectos adversos secundarios a la vacunación son leves a moderados y desaparecen tres días después de la vacunación. El porcentaje de efectos adversos severos es muy bajo y estudios que miden el costo-beneficio de las vacunas han demostrado la importancia de la vacunación. La vacunación no es una únicamente responsabilidad individual sino que es un deber del individuo para con la comunidad. Grupos poblacionales con altos porcentajes de vacunación representan una muralla que evita brotes de enfermedades prevenibles”, recalcó.
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Arguedas Mohs también se refirió a los grupos que no confían en las vacunas. El médico considera que el principal recelo se debe a “falta de información”.
“Creo que esto pasa porque las vacunas han sido tan exitosas que las nuevas generaciones dichosamente nunca vieron casos de polio, difteria, tetano, rubéola congénita o las altas tasas de meningitis por H. influenzae o S. pneumoniae. Esta desinformación desgraciadamente ha acompañado grupos de personas que por diversos motivos o estilos de vida se oponen al uso de vacunas que han probado ser seguras y eficaces en la prevención de enfermedades que en muchos casos son mortales o que se asocian a secuelas importantes. Considero que son campañas basadas en teorías fantasiosas, falsas o en ocasiones malintencionadas. Uno de los estudios que estas personas utilizaron en contra de las vacunas fue la supuesta asociación entre la vacunación contra el sarampión y el desarrollo de autismo”, afirmó.
Vacunas en Costa Rica
Daniel Salas (DS), ministro de Salud y Roberto Arroba (RA), coordinador de la comisión nacional de vacunas del Ministerio de Salud, evacuaron algunas de las dudas más frecuentes relacionadas con el tema de vacunas y de la corriente antivacunas.
¿Han topado con corriente antivacunas en Costa Rica?
(DS) Nos ha pasado. Tenemos grupos aislados, sabemos de personas que han estado en Guanacaste y que el niño ha nacido en un hospital de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y los padres se han negado a la vacunación. Si eso sucede, los compañeros de la CCSS activan un protocolo, nos informan y a través del PANI se logra vacunar a estos niños.
También hace como 10 o 15 años un grupo de extremistas se negaba a la vacunación de sus hijos. El Ministerio de Salud fue con la Fuerza Pública y se logró vacunar a toda la población. Esos son los casos que tenemos.
Se dice que grupos antivacunas de Costa Rica cuentan con el apoyo de especialistas médicos que les ayudan a llenar los carné de vacunas de sus hijos para demostrar que les aplicaron vacunas, cuando en realidad nunca fue así. ¿Saben de algo al respecto?
(RA) Nosotros sabemos de casos, de hecho se ha ido a la fiscalía del Colegio de Médicos y se han puesto las denuncias.
El tema es que como es un papá o mamá quien lleva al niño, tienen que ir a verificar si esto ocurre o no, en el Colegio de Médicos dicen que no se ha logrado demostrar nada. Pero sería interesante hablar con la fiscalía del Colegio de Médicos para ver los casos que se tienen de esto.
Denuncia formal a nivel del Organismo de Investigación Judicial no conocemos el caso.
(Ante la consulta, la fiscalía del Colegio de Médicos afirmó que actualmente no ha recibido denuncias contra médicos por llenar el carné de vacunas de pacientes cuando en realidad no procedieron con la vacunación).
¿Entre los menores de edad, la cobertura del programa de vacunas es de casi un 100%?
(DS) Esto lo hacemos por vacunas en específico. Para el año 2018, las coberturas andan entre el 92 y el 95%. La del sarampión estaba en un 90% (esta semana alcanzó el 95% en niños entre 15 meses y 10 años). Siempre tratamos de lograr coberturas del 95% o más. Las vacunas que tenemos a nivel país superan el 95%
¿Qué pasa con el otro 5%?
(RA) En algunos casos el organismo no produce anticuerpos y no protege. Por eso son importantes las campañas de vacunación como esta del sarampión (que se extenderá hasta finales de marzo) o por eso se da segunda o tercer dosis para que suban anticuerpos. Hay un porcentaje que puede ser que no levante defensas.
(DA) Ese 5% es porque por alguna circunstancia no se logró vacunar al niño. Y hay un porcentaje mucho menor que es el que no responde con los anticuerpos necesarios a la vacuna para desarrollar un nivel de defensa adecuado. Cuesta que se alcance el 100% sostenido en todos los programas de vacunación y por eso justamente hay que hacer estas campañas para poner al día a esos niños que no lograron ser vacunados.
En Costa Rica, ¿cuánto se invierte en vacunas?
(RA) La inversión país en vacunas anda entre 20 y 22 millones de dólares al año.
¿Por qué no se pide carné de vacunas a los extranjeros que visitan Costa Rica?
Cuando se dictaminó el reglamento sanitario internacional, la Asamblea Mundial de la Salud pidió que la única vacuna que fuera obligatoria, por su letalidad, fuera la de la fiebre amarilla.
Según el reglamento sanitario internacional no se puede pedir como requisito internacional ninguna vacuna porque eso traería reducción en el turismo.
En comparación con países de primer mundo, Costa Rica es una nación altamente educada en temas de vacunación…
(DS) (…) Se ha considerado que el programa de educación es un baluarte y está posicionado en los costarricenses porque han entendido la repercusión que tiene el hecho de no vacunar a los niños. Es una oportunidad, en muchos países tienen que ir y sacar del bolsillo el costo de vacunación. Costa Rica no lo tiene gratis porque todos los costarricenses estamos financiando el programa de vacunación que es de elevada la inversión.
Tenemos acceso a vacunas de altísimo nivel. Costa Rica siempre está planteándose cómo podemos incorporar nuevas vacunas, e incluso ampliar la vacunación que ya tenemos para ciertos grupos, ampliarlas a ciertos grupos de riesgo. En este momento vamos a aplicar vacunas contra el papiloma humano a todas las niñas de 10 años y estamos pensando en cómo vacunar incluso a los hombres.
(RA) Es importante. Costa Rica tiene uno de los mejores esquemas de vacunación de América y quizás del mundo. Hemos sido pioneros y hemos introducido vacunas nuevas que al día de hoy en muchos países de América no tienen como la de la varicela, la de polio intramuscular, la Tdap que se unsa en embarazadas, en estudiantes de salud y en personal sanitario.
Ya tenemos un esquema prácticamente de los mejores del mundo.
Actualmente están en campaña para vacunar contra el virus del papiloma humano (VPH) a niñas de 10 años. En redes sociales circulan mensajes que dicen que “esta vacuna tiene serios efectos secundarios, tales como la parálisis del cuerpo”. ¿Qué pueden decir a los padres que están dudando llevar a vacunar a sus niñas?
(DS) Para que una vacuna se incorpore como parte de un esquema y se empiece a comercializar ha pasado por múltiples pruebas de seguridad. En este momento se han aplicado más de 100 millones de dosis de la vacuna contra el papiloma humano.
Siento que grupos están buscando algún pretexto para no aplicar una vacuna que es altamente segura, de las pocas vacunas que previene el cáncer, esta podría ser una de esas.
La relación directa del VPH como causante de cáncer de cérvix se da en un 80% de todos los casos.
El hecho de que un padre no le ponga la vacuna a la niña en este momento y que a los 20 o 30 años llegue a tener una lesión cancerosa que tiene que ser abordada de manera agresiva, imagínese el nivel de arrepentimiento que puede tener ese padre por no haber aprovechado esa oportunidad. Un país pone un esquema de vacunación ultramoderno y no vacunan solamente por miedo de un efecto que no está demostrado. La vacuna es sumamente segura.
El Ministerio de Salud y la CCSS dicen que es una vacuna segura, que protege del cáncer. A nivel de masas esta vacuna va a producir una disminución en uno de los cáncer más prevalentes en Costa Rica como lo es el cáncer de cérvix.