El paradero de la aviadora Amelia Earhart es uno de los grandes misterios de la historia de la aviación.
La famosa piloto desapareció en algún lugar del Océano Pacífico durante un intento de vuelo alrededor del mundo, en 1937. Earhart, su avión y su navegante, Fred Noonan, nunca fueron encontrados y su historia ha causado fascinación hasta hoy.
81 años después, el enigma podría haberse resuelto: un experto en biología esquelética, Richard Jantz, de la Universidad de Tennessee, cree haber resuelto el caso.
Jantz asegura que unos huesos hallados en una isla del Pacífico en 1940 son “probablemente” los de Earhart.
Según el artículo, publicado en la revista académica Forensic Anthropology, las probabilidades de coincidencia entre los huesos y los datos de Earhart son de 99%. El estudio, titulado “Amelia Earhart y los huesos de Nikumaroro”, fue publicado por la Universidad de Florida y fue dirigido por el profesor Richard Jantz.
Tres años después de que el mundo perdiera a la aviadora, se descubrieron unos huesos en la isla Gardner, ahora llamada Nikumaroro, ubicada a 400 millas al sur de la escala prevista de Earhart en la isla Howland.
En un principio, un equipo británico que exploró la isla para ser habitada encontró un cráneo humano, un zapato de mujer, una herramienta de la armada utilizada por su navegante Fred Noonan y una botella de licor de hierbas Benedictine (algo que Earhart llevaba con frecuencia).
“Hubo sospecha en ese momento de que los huesos podrían ser los restos de Amelia Earhart”, escribió el Dr. Jantz en el estudio.
El grupo encontró 13 huesos. Todos fueron enviados a Fiji para ser analizados por el Dr. David Winn Hoodless, quien concluyó que los huesos pertenecían a un hombre.
Jantz tiene otra versión. Asegura que cuando el Hoodless analizó los huesos, la osteología forense todavía estaba en sus etapas iniciales, por lo que pudo haber llegado a conclusiones equivocadas.
“La antropología forense no estaba bien desarrollada a principios del siglo XX”, afirma el documento, según un reportaje de la BBC.
Los huesos, desafortunadamente, se perdieron con el tiempo, por lo que Jantz tuvo que escarbar con más cuidado lo que los huesos revelaron.
Lo que esconden los huesos
El Dr. Hoodless tomó medidas antes de que los huesos se perdieran.
Ahora, usando esas medidas, Jantz utilizó un moderno programa informático (Fordisc) utilizado por los antropólogos forenses para comparar medidas con estatura y proporciones corporales. Utilizando fotografías, así como sus licencias de piloto, el equipo liderado por el estadounidense determinó que las proporciones del cuerpo de Earhart coinciden con los restos esqueléticos.
Según la BBC, también se consultó a una “costurera histórica” para analizar su vestimenta, incluyendo “la longitud de la entrepierna y la circunferencia de la cintura de los pantalones de Earhart”.
“Este análisis revela que Earhart es más similar a los huesos de Nikumaroro que el 99% de los individuos en una gran muestra de referencia”, dijo el informe, según el medio británico.
“Nos dimos cuenta de que había algunas formas en que podíamos obtener más información sobre las dimensiones de Amelia Earhart que se podía comparar directamente con los huesos”, dijo Jantz en una entrevista publicada por el Daily Mail. “Pudimos medir su longitud de húmero y el radio de una foto que tenía un objeto escalable”.
“También tuvimos una buena estimación de la longitud de su tibia que obtuvimos de la longitud de su entrepierna y de su estatura”, añadió. “Pudimos comparar las tres longitudes de hueso de la isla Nikumaroro con Amelia Earhart. El resultado es que son muy similares y es poco probable que una persona cualquiera sea tan similar”.
La investigación descubrió también que los restos pertenecían a una mujer de ascendencia europea más alta que el promedio, como lo fue Earhart.
“Hasta que se presente evidencia definitiva de que los restos no son los de Amelia Earhart, el argumento más convincente es que son de ella”, escribe el Dr. Jantz en el documento.
¿Cómo desapareció?
Desde su desaparición, Earhart se convirtió en un ícono. La legendaria aviadora, primera mujer que había sobrevolado el Atlántico y cuya fama iba encaminada a eclipsar el legado de Charles Lindbergh desapareció sin dejar abundantes rastros.
La última vez que se vio a Earhart con vida fue el 2 de julio de 1937, al despegar con su Lockheed Electra bimotor del aeródromo de Lae, en Papúa Nueva Guinea.
La aventurera de 39 años se dispuso a completar un recorrido de 4.000 kilòmetros hasta la isla Howland, entre Australia y Hawái.
Veinte horas después de alzar vuelo, envió su último mensaje: “Vamos en línea norte-sur”. No se supo más.
Tres teorías principales sobre su desaparición han sido discutidas a lo largo de los años.
La primera es que Earhart y su navegante se quedaron sin combustible y se estrellaron en el océano Pacífico: explicación oficial ofrecida por el gobierno de Estados Unidos, que parece dar peso a la noción de que Hoodless, probablemente, no pensó que estaba frente a huesos de una gran importancia histórica.
Otra más dice que el avión que volaban se estrelló en o cerca de la isla de Nikumaroro, probablemente como resultado de un error de navegación.
Teorías que calzan
Esta última teoría no solo la maneja el Dr. Jantz. El Grupo Internacional para la Recuperación Histórica de Aeronaves (TIGHAR) ha estado investigando la teoría de que Earhart aterrizó en Nikumaroro desde la década de 1980.
Según el Daily Mail, Richard Gillespie, director ejecutivo del grupo, afirma que se han encontrado otros artefactos en la isla que respaldan la teoría de que Earhart se estrelló ahí, vivió como náufrago y murió.
“Hemos estado haciendo esto durante 29 años y hemos encontrado una gran cantidad de evidencia que respalda esta hipótesis de que Earhart aterrizó y murió en esta isla”, le dijo al medio inglés. “Hay muchos, muchos hilos diferentes de evidencia que todos llegan a la misma conclusión y realmente no hay evidencia de que algo más haya sucedido”.
Para Gillespie, los artefactos en la isla muestran que una mujer estadounidense de la década de 1930 estuvo allí y no hay otra explicación posible sobre cómo fue que llegaron ahí.
TIGHAR encontró una navaja de bolsillo que dice que es del mismo tipo que estaba a bordo del avión de Earhart, según el inventario.
“Sabemos que tenía un cuchillo como este”, le dijo Gillespie al Daily Mail. “Está roto y destrozado, probablemente con una piedra, para sacar las cuchillas. Si eres un náufrago y necesitas hacer una lanza, es posible que necesites las cuchillas y no puedas usarlas sin sacarlas. Tiene sentido, es un compor- tamiento de náufrago”.
Gillespie cree que Earhart pudo haber sobrevivido en la isla durante algunas semanas, incluso meses.
“Puede haber muerto de sed, puede haber muerto de hambre”, aseguró. Es posible entrar en una situación en la que se gasta más calorías para obtener la comida que la que proporciona la comida en sí”.
“Además, (la isla) es un atolón de coral y si caes sobre el coral, lo cual es muy fácil de hacer, puedes contagiarte una infección y si no tienes acceso a antibióticos eventualmente vas a morir de envenenamiento de la sangre”.
Esta nueva hipótesis parece acercarse como nunca al final del misterio. El mismo antropólogo admite a El País el camino que sigue: “Esto no ha terminado, muchos no van a reconocer mis hallazgos y van tratar de negarlos”.
Si bien es una teoría más, es la que más ha estado cerca de la verdad.