Un grupo de estudiantes voluntarios de arqueología realizó un sorprendente hallazgo el 16 de setiembre, mientras excavaba en un yacimiento arqueológico ubicado en los acantilados del norte de Francia, cerca de Dieppe. Durante las labores, encontraron una pequeña botella de vidrio de aproximadamente 200 años de antigüedad que contenía una nota escrita por un arqueólogo del siglo XIX.
El equipo de arqueología, bajo la dirección de Guillaume Blondel, responsable del servicio arqueológico de la ciudad de Eu, descubrió la botella dentro de una olla de barro enterrada en el sitio. Este lugar, conocido como la Cité de Limes o Campo de César, sufrió una significativa erosión debido a su proximidad a los acantilados, lo que ha causado la pérdida de partes del antiguo asentamiento.
Blondel comentó al medio BBC News que fue un descubrimiento inesperado: “Sabíamos de excavaciones anteriores, pero encontrar un mensaje de hace dos siglos fue algo sorprendente”.
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Un mensaje desde el siglo XIX
La botella contenía una nota escrita por PJ Féret, un arqueólogo oriundo de Dieppe, que investigó en la zona en enero de 1825. El mensaje, cuidadosamente enrollado y atado con una cuerda, permaneció en buen estado gracias al frasco de vidrio. Este recipiente es similar a los que las mujeres del siglo XIX utilizaban para almacenar sales aromáticas.
El contenido de la nota decía: “PJ Féret, nativo de Dieppe, miembro de varias sociedades intelectuales, realizó excavaciones aquí en enero de 1825. Continúa sus investigaciones en esta vasta área conocida como la Cité de Limes o el Campo de César”.
Blondel explicó que este tipo de descubrimientos son inusuales en la arqueología y comparó la experiencia con el hallazgo de una cápsula del tiempo. “Es como si el pasado quisiera comunicarse directamente con nosotros”, agregó.
¿Quién fue PJ Féret?
PJ Féret, autor del mensaje, fue un destacado miembro de diversas sociedades científicas y un apasionado arqueólogo. Según los registros históricos de Dieppe, Féret realizó varias investigaciones en la región, centradas en descubrir los secretos de los antiguos pueblos galos que habitaron la zona. A pesar de la falta de tecnología moderna, arqueólogos como Féret utilizaban métodos rudimentarios para estudiar los asentamientos.
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El yacimiento, donde se hizo el hallazgo, es un antiguo oppidum o pueblo fortificado que data de hace 2.000 años. Aunque la erosión ha destruido parte del asentamiento, las investigaciones recuperaron fragmentos de cerámica y otros artefactos de la época. A pesar de estos avances, Blondel comentó que aún quedan muchas preguntas por resolver: “Sabíamos que era un pueblo galo, pero no sabemos su importancia exacta”.
Además de la botella con la nota, los arqueólogos encontraron numerosos objetos del período galo. Entre los hallazgos destacan fragmentos de cerámica utilizados en la vida cotidiana y dos pequeñas monedas, lo que sugiere que la zona podría haber sido un importante centro comercial.
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