Si usted tiene más de 30 años, posiblemente en la escuela y el colegio le enseñaron que Costa Rica tenía tres símbolos nacionales (la bandera, el escudo y el himno) y seis emblemas nacionales (la guaria morada, la carreta, el árbol de Guanacaste, el yigüirro, el venado cola blanca y la marimba). En total eran nueve y por muchos años fue así. Y todo bien con eso.
Sin embargo, esa lista no es ni la mitad de símbolos y emblemas patrios que se tienen que aprender los estudiantes de primaria y secundaria hoy en día, pues la ‘Familia” se duplicó en cuestión de poco más de una década.
¿Que desató este entusiasmo por la iconografía patria? Es difícil tener una respuesta certera, pero lo que sí es cierto es que con la llegada del nuevo milenio una avalancha de emblemas se ha aprobado en la Asamblea Legislativa, bajo el tratamiento de símbolos nacionales.
Por ejemplo, en el 2005 se aprobó la declaratoria para la antorcha de la Independencia; en el 2011, se hizo lo mismo con los crestones del Chirripó; en el 2014, el manatí fue incluido en la lista, al igual que las esferas indígenas de piedra; mientras que en el 2018 se hizo lo propio con el Teatro Nacional.
Pero la lista no termina ahí, pues tan solo en los últimos cuatro años los diputados oficializaron seis “símbolos patrios” más: el café (proyecto de Wagner Jiménez, del Partido Liberación Nacional), en el 2020; el perezoso de dos dedos (proyecto de Yorleny León, del Partido Liberación Nacional), en 2021; el boyeo (proyecto del diputado Luis Ramón Carranza, del PAC), las mascaradas (proyecto de la diputada Sylvia Villegas, del Partido Integración Nacional) y la mariposa morpho (proyecto de la diputada Carmen Chan, del Partido Restauración Nacional), todos en el 2022. Y desde el 27 de febrero de este 2024 la lista también incluye al colibrí (proyecto de la diputada Kattia Cambronero Aguiluz, del Partido Liberal Progresista), que también tiene tratamiento de símbolo nacional.
LEA MÁS: Niños indígenas de Talamanca cumplirán su sueño: Tendrán su primer desfile de Independencia
Como si fuera poco, en la corriente legislativa hay siete proyectos de ley más que buscan aprobar otros tantos nuevos símbolos patrios.
Símbolos y Emblemas: no es lo mismo
Si bien en los nuevos proyectos de ley se indica que buscan aprobar nuevos “símbolos nacionales”, la realidad es que estos son emblemas, o bien, deberían ser llamados símbolos nacionales menores.
De acuerdo con los expertos, la bandera, el escudo y el himno no se pueden comparar con el yigüirro, la carreta o el árbol de Guanacaste. Esto se debe a que los símbolos nacionales representan a todo una nación y la caracterizan, es decir, hacen que un país pueda distinguirse ante el mundo.
LEA MÁS: Teatro Nacional es declarado símbolo patrio
“En esos símbolos se plasma la idiosincrasia, los momentos históricos de la formación nacional costarricense, en ellos se exaltan hechos importantes e identifican los valores más destacados de la sociedad costarricense, por eso los consideramos sagrados. La bandera quizá es el símbolo más distinguido y preciado de la dignidad y soberanía nacional, pues expresa la esencia de la unidad del pueblo, el patriotismo y la soberanía”, explica el historiador Vladimir de la Cruz.
Según De la Cruz, los símbolos “son sagrados, verdaderos, tangibles y de cierta manera se pueden tocar y oír”.
De hecho, la bandera representa elementos como honor y fuerza y ante ella es que se juramentan las autoridades públicas. Además, los ciudadanos que deben rendir juramento, lo hacen ante la bandera y cuando un deportista sale al extranjero lleva la bandera.
“La gente es capaz de matar por la bandera. En los escenarios de guerra se llevan banderas y la bandera no puede caer. Siempre hay un soldado encargado de mantener esa bandera en alto y cuando cae es porque ha caído el ejército que tiene esa bandera, o se ha rendido y entonces la depositan en el suelo. La bandera es la que más provoca esa sensación de expresión nacional y de unidad y de protección, y además es el símbolo de la soberanía nacional”, detalla el historiador.
Símbolos Patrios de Costa Rica
Desde 1848 hasta este mes de setiembre del 2024 se han aprobado un total de 20 símbolos diferentes en el país.
|| INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Frente a la bandera, los ciudadanos deben quitarse gorras y sombreros; los extranjeros deben colocarse de pie; la bandera no puede tocar el suelo, ni puede exhibirse deshilachada o rota. Si se va a destruir una bandera hay que hacerlo en una ceremonia especial.
Por su parte, el escudo es un cuerpo independiente, pero que también representa a Costa Rica ante el mundo. Desde su promulgación, en 1848, se le han hecho varios cambios. En 1906, por ejemplo, se le quitaron todos los elementos militares que tenía.
“Ha habido muchos escudos y banderas a lo largo de la historia de Costa Rica; sin embargo, ahora tenemos símbolos sólidos que, cuando se integran en uno solo, constituyen el Pabellón Nacional, un símbolo que solo pueden usar ciertos funcionarios públicos, como los presidentes de los Supremos Poderes de la República y los embajadores de Costa Rica”, detalla De la Cruz.
De esta forma, los símbolos nacionales representan a todo el pueblo costarricense, todo lo que está contemplado entre los límites nacionales y todos los valores que nos distinguen como nación. Y es justo allí donde se marcan las diferencias con los emblemas nacionales, que si bien sí son importantes, no pueden estar en la misma categoría que la bandera, el escudo y el himno.
De hecho, los símbolos mayores se saludan con la mano puesta en el pecho, generalmente la mano derecha, y se coloca al lado del corazón. Esto significa que el ciudadano está dispuesto a “arrancarse el corazón” por la patria. Mientras que los emblemas destacan algún aspecto sobresaliente de Costa Rica, ya sea en la geografía, la biodiversidad o la cultura, y por eso es que hay aves, flores, árboles, animales, carretas y marimbas.
“El emblema es algo que se hace para identificar, pero fuera de un contexto simbólico. Si usted ve nuestra historia, primero se crearon los tres grandes símbolos nacionales y luego se le dio un carácter emblemático a la guardia morada, en 1939, pero no se declaró símbolo nacional, se declaró flor nacional. Lo mismo pasó con el árbol de Guanacaste, que fue declarado árbol nacional en 1959; y hasta el mismo yigüirro, que fue declarado en 1976 como ave nacional, o sea, ninguno se creó como símbolo y hasta ahí íbamos ordenados”, detalla el historiador Óscar Aguilar Bulgarelli.
Para explicarlo mejor, el también exdiputado pone de ejemplo el himno nacional, pues cuando este suena las personas automáticamente saben que deben levantarse y colocarse firmes con la mano en el corazón, a diferencia de cuando se ve un emblema: “usted no saluda la guaria morada cada vez que la ve en el patio de su casa”.
¿Desconocimiento, ignorancia o intereses?
Aunque hasta hace algunos años las diferencias entre símbolos y emblemas, así como la importancia de cada cual, parecía estar suficientemente clara, la realidad actualmente es otra.
Para entenderlo mejor, como mencionamos al inicio de este reportaje, hasta inicios del presente siglo en Costa Rica había tres símbolos nacionales: el escudo y la bandera (ambos declarados desde el 29 de setiembre de 1848) y el himno nacional (desde el 15 de junio de 1949). Además, había seis emblemas: la guaria morada (desde el 15 de junio de 1939) el árbol de Guanacaste (desde el 24 de agosto de 1959), el yigüirro (desde el 14 de enero de 1977), la carreta (desde el 11 de julio de 1988), el venado cola blanca (desde el 8 de junio de 1995) y la marimba (3 de setiembre de 1996).
El encargado de declarar símbolos nacionales y emblemas, en la actualidad, es el Poder Legislativo, es decir, esta decisión recae en los diputados. Sin embargo, en las últimas legislaturas, los congresistas se han dedicado a declarar más y más símbolos nacionales, sin hacer diferencia con los emblemas.
De esta forma, al lado de la bandera, el escudo y el himno, en los últimos años los congresistas han oficializado a las mascaradas, el colibrí y la mariposa morpho, por ejemplo, dándoles el mismo tratamiento de símbolos nacionales.
Los historiadores coinciden en que esto se puede deber principalmente al desconocimiento de los diputados.
“Símbolos son solo tres. Yo le digo que este es un problema de confusión de términos de cultura y no saber el idioma; y mire es muy fácil: los diccionarios resuelven cualquier duda en cuestión de 30 segundos, entonces si no sabe qué significa una palabra, búsquela que ahí está. Lo que pasa es que ahora toman cualquier palabra como si fuera sinónimo de otra cosa que no tiene nada que ver. Entonces, esta confusión ha venido en primer lugar por no saber cuál es realmente el significado de cada uno de estos términos”, afirma Aguilar.
En ese sentido, agrega que los diputados “han pervertido el concepto” de símbolos nacionales “por ignorancia. Es una perversión del concepto llevado por el desconocimiento que hay de lo que son los valores históricos”.
Por su parte, Vladimir de la Cruz es vehemente al señalar que el que los diputados no sepan distinguir entre símbolos y emblemas, lo que denota es “ignorancia... absoluta ignorancia. También mala educación cívica, mala educación histórica, poca comprensión de la historia nacional. Ignorancia no es la estupidez, es la falta de conocimiento y lo de ellos es una ausencia total de conocimiento”.
LEA MÁS: Casas de adobe y bahareque serían declaradas símbolos nacionales
Los dos veteranos políticos coinciden en que no solo es un hecho que los diputados de las últimas legislaturas no han podido distinguir entre símbolos y emblemas, sino que ahora los proclaman con una alarmante frecuencia. Prueba de ello es que en cuestión de 150 años (entre 1848 y el 2000) en Costa Rica se declararon tres símbolos y seis emblemas; cifra que fue superada en tan solo una década, es decir, entre el 2014 y el 2024, años en los que se han aprobado 10 “símbolos nacionales”.
Como si fuera poco, vienen siete proyectos de ley más en camino, que incluye propuestas de declaratorias, por ejemplo, para las casas de adobe, la campana de la independencia y el pez vela.
“Ahora que los diputados tienen tantos asesores, lo mínimo que podrían tener es alguien en el campo de la historia, de la antropología, que asesora en este tipo de temas a la Asamblea Legislativa, para que dejen de cometer los errores profundos que cometen. La Academia Costarricense que Geografía e Historia, cuando ve que los diputados están a punto de comenzar estos errores, debería pronunciarse. Me parece que han fallado las escuelas de historia de las universidades, que también deberían pronunciarse cuando ven que se van a cometer estas atrocidades”, sugiere Aguilar Bulgarelli.
El exdiputado alega que el problema es que “estamos cayendo en el mundo de que es mejor no hablar para no comprarme un enemigo. La gente no habla, no lo dice”.
Para ambos historiadores, el problema de que se declaren y se declaren “símbolos patrios” es que la gente no sienta el mismo arraigo que vivía antes por el patrimonio de su país. Los expertos lo comparan incluso como una fiesta con piñata y confeti.
“Poquito a poco estamos perdiendo esos valores que son nuestro patrimonio y no nos damos cuenta. Todos los días nos quitan un pedacito de patrimonio y decimos: ‘Ah, qué importa’, y como dice el dicho: ‘no nos damos cuenta que a pellizcos se mata un burro’. Tenemos que sentirnos arraigados a esos valores, a esta tierra”, afirma Aguilar.
Vladimir de la Cruz, por su parte, asegura que los símbolos no han perdido sentido y que más bien “los que han perdido sentido son los diputados”, pues buscan aprobar “símbolos” por temas ajenos a la representación del país y los intereses políticos y económicos entran a la discusión.
“Me parece que los diputados han entrado en una carrera estúpida por ver cómo ponen un símbolo más para quedar bien con una comunidad o con un grupo particular de interés y para ellos mismos exaltarse pensando que fueron promotores de un símbolo nacional. Me parece que no podemos caer o que no debemos caer en una piñata de símbolos y que los símbolos deben tener contenido y respeto y deben estar asociados a eso y no desde el punto de vista comercial o turístico, como es el caso del pez vela”, dice el exembajador.
Símbolos nacionales por la libre
Actualmente, no existe una ley para regular los símbolos nacionales y según explica el diputado del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), Manuel Morales, ni siquiera hay un órgano que se encargue de archivarlos, darles seguimiento o que vigile su adecuada representación. Por el contrario, estos solo se aprueban y se envían directo a los planes de estudio de las escuelas y colegios del Ministerio de Educación Pública (MEP).
Ante ello, el legislador oficialista presentó un proyecto de ley que busca crear filtros para que no todo aquello que se le ocurra a los diputados pueda ser considerado un símbolo nacional.
Así lo dice el proyecto número 24.129, cuyo objetivo es “establecer un marco normativo que regule el proceso y requisitos de declaración de símbolos nacionales en Costa Rica, con el fin de preservar y promover la identidad cultural y patriótica del país”.
“El país tiene muchas otras prioridades como para estar discutiendo temas de creación de símbolos. Por esa razón fue que pensé que tiene que haber requisitos mínimos para nombrar algo como símbolo nacional: que tengan relevancia cultural, biológica, económica, social o que represente la identidad costarricense. Con eso lo que queremos es que el mismo promueva una representación de diversidad étnica, cultural o geográfica de Costa Rica”, explica el legislador.
La idea del diputado es que la propuesta cumpla con al menos tres de esas características y que sea el Ministerio de Educación Pública la institución encargada de elaborar un registro de los símbolos nacionales declarados, así como de promover su conocimiento, informar sus valores culturales y su preservación.
Además, el proyecto establece que al Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) le corresponde velar por la conservación adecuada de las poblaciones de especies declaradas como símbolo nacional en el territorio costarricense y procurar por la debida protección del hábitat natural de las mismas.
“El Consejo Superior de Educación, en coordinación con el MEP, incluirá en sus programas educativos y de sensibilización la protección de las especies declaradas como símbolo nacional y su hábitat natural. A tal efecto, podrá hacerse asesorar por el Minae y sus órganos desconcentrados, y sus departamentos institucionales. Las demás instituciones de gobierno, organizaciones no gubernamentales, empresas públicas y privadas podrán desarrollar también iniciativas que impulsen la conservación de dichas especies y su hábitat”, se lee.
Para el diputado Morales es urgente que esta iniciativa avance en el Congreso, pues existen siete proyectos de declaratoria de símbolos nacionales que están en fila en la Asamblea Legislativa esperando su discusión y eventual aprobación.
El legislador puso como ejemplo el caso del colibrí. Según explicó, la declaratoria de esta ave como símbolo patrio “no va a hacer que más turistas vengan a Costa Rica porque es símbolo”, pues además, “no se le da seguimiento, no hay nadie que se pregunte: ¿en qué se va a beneficiar que el colibrí sea símbolo nacional?, ¿se va a proteger más, se le va a ayudar a reproducirse, se le van a dar plantitas para que recolecte el néctar del polen? La respuesta es no”.
Morales hizo referencia en específico a un proyecto de ley que busca convertir al pez vela en uno de los nuevos símbolos.
“El mismo proyecto quiere que se le dé tratamiento turístico al pez vela para que se pueda pescar, entonces, ¿cómo vamos a andar pescando un símbolo nacional? Eso es como que cacemos los perezosos o los metamos en una jaula. Son puras ocurrencias que lo único que hacen es convertirse en una carga académica para los niños”, aseveró.
Según él, en la actualidad cualquier proyecto de ley para declarar un nuevo símbolo nacional siempre cuenta con el voto afirmativo de los demás diputados “por compañerismo” y que la defensa que muchos dan es “¿qué tiene de malo un símbolo nacional?”.
“Para mí lo que tiene de malo aprobar símbolo nacional es que va perdiendo honor e importancia. Nosotros en este cuatrienio ya tenemos siete proyectos de este tipo, pero luego vendrán más diputados y presentar nuevos proyectos en ese sentido y ahí vamos a seguir. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Y, de nuevo, a todos se les da el mismo nivel de importancia y creo que no todos lo tienen”, comentó.
Morales considera que esta insistencia en aprobar más símbolos nacionales no se debe al desconocimiento, sino a intereses particulares de los legisladores e incluso a que para algunos diputados esta es la única propuesta de ley que les podrían aprobar durante su legislatura.
El proyecto para regular los símbolos nacionales se encuentra en la Comisión de Jurídicos, de la Asamblea Legislativa.
Los futuros símbolos nacionales que están en fila
Estos son los siete proyectos de ley que se encuentran actualmente en trámite en la Asamblea Legislativa para declaratorias de nuevos símbolos nacionales. De aprobarse todos, los escolares tendrán que ingeniárselas para incluir 27 imágenes en sus exposiciones de cívica.
Expediente 22.810: Declaratoria del Pilón como Símbolo Nacional. Proyecto del exdiputado Gustavo Viales Villegas (PLN).
Expediente 23.337: Declaratoria de la Campana de la Libertad como Símbolo Nacional. Proyecto de la diputada Paola Nájera Abarca (PPSD).
Expediente 23.338: Declaración del Acta de Independencia como Símbolo Nacional. Proyecto de la diputada Paola Nájera Abarca (PPSD).
Expediente 23.481: Declaratoria de la Casa de Adobes y Bahareques como Símbolo Nacional. Proyecto del diputado Luis Fernando Mendoza Jiménez (PLN).
Expediente 23.643: Declaratoria del Pez Vela como Símbolo Nacional. Proyecto del diputado Eliécer Feinzaig Mintz (PLP).
Expediente 23.797: Declaratoria de la Lapa Roja como Símbolo Nacional. Proyecto del diputado Alejandro Pacheco Castro (PUSC).
Expediente: 24.101: Declaratoria del Caballo Costarricense de Paso como Símbolo Nacional. Proyecto del diputado Alejandro Pacheco Castro (PUSC).