Sentarse a conversar con don Manuel ‘Lico’ Font es subirse a una cápsula del tiempo, donde los recuerdos, las anécdotas y las historias que guarda en su afilada memoria inevitablemente constituyen una suerte de viaje al pasado.
La ruta es intensa y abrumadora. El primer golpe de recuerdos lo puede dejar a uno bien atontado, pero siempre deseoso de saber más. Por eso, no es nada extraño que ese niño inquieto y creativo que a los 10 años decidió ser un ventrílocuo, siga con sus travesuras hoy, a los 76 años.
Don Lico no ha perdido ni una pizca de esa energía que lo llevó a crear a uno de los personajes más icónicos de la idiosincrasia costarricense y que le abrió las puertas para entrar a la televisión nacional: el famoso e irreverente Chiricuto. Su eslogan: “¡No sea bruto vote por Chiricuto!” aún permanece en el recuerdo de muchos costarricenses.
Aunque don Lico asegura que fue uno de los primeros ventrílocuos del país, y para nadie es un secreto que tiene esa maravillosa habilidad de cambiar de voz casi sin mover los labios, lo que mucha gente no sabe es que tiene otro extraño poder en su mano derecha: cuando sujeta a uno de sus muñecos por detrás, este adquiere vida de inmediato. ¡Yo fui testigo cuando sacó a Chiricuto de su caja!
LEA MÁS: Chiricuto: recargado
Pero eso no me iba a disuadir de mi objetivo final: aunque sabía que Chiricuto se iba a colar en la conversación, quería sentarme a conocer a don Lico sin muñecos de por medio. Así que a regañadientes dejamos a Chiricuto con el fotógrafo, mientras comenzamos el viaje por la vida del queridísimo Lico Font.
Energía contagiosa
“Yo soy demasiado inquieto”, advierte don Manuel Lico Font cuando comienza a escarbar en sus recuerdos. Para quienes lo conocen, saben que mantenerlo quieto y concentrado es una tarea titánica aunque no imposible… ¿Lo logré? Aún lo dudo.
Desde muy pequeño tenía una rara habilidad para crear cosas con sus manos sumado a un gran ingenio: uno de sus primeros inventos fue un jabón con olor a limón que dejaba en las pulperías cuando iba camino a la escuela. Al regreso, recogía la plata de las ventas. “Tenía 14 años cuando comencé con una fábrica de jabón y candelas. Se llamaba jabón Candado”, explica.
Aunque el negocio no prosperó porque le fue imposible competir con el lanzamiento de Punto Rojo, a don Lico poco le importó, pues unos años atrás ya había descubierto su pasión: el ventrilocuismo.
Así lo cuenta don Lico: “De 10 años fui a la carpa Gambrinus, que quedaba en la plazoleta de La Artillería, en donde está hoy el Banco Central. Ahí llegaban todas las carpas y circos a Costa Rica. Y llegó Paco Miller, que era una ventrílocuo ecuatoriano, pero vivía en México y fue el que descubrió a Cantinflas, Clavillazo y Resortes. Él se dedicó a manejar un grupo de artistas y tenía un muñeco que se llamaba don Roque”.
Lo que sería un divertido paseo al circo con su abuelo, le cambió la vida al pequeño Lico: “¿cómo es posible que un muñequillo cante y hable solo?”, se preguntó.
En tres años don Lico no solo respondió esa pregunta, también aprovechó para estudiar lo que era ser un ventrílocuo y fabricó con sus propias manos su primer muñeco: así nació Chilicuto, que luego pasó a llamarse Chiricuto.
Con 13 años entretenía a los chiquillos en las fiestas familiares y fue uno de sus sobrinos más traviesos el que le propuso ponerle ese primer nombre al muñequillo.
LEA MÁS: ¡No sea bruto!
Ya luego evolucionó a Chiricuto, cuando el ingenio de don Lico le inventó a su personaje una mamá llamaba doña Chira y un papá de nombre Cuto. Sume los nombres y verá.
Pero dejemos a Chiricuto aún guardado en el cajón. Aunque insiste en robarse el show durante la conversación, aún quedan muchas historias por conocer del famoso don Lico.
Gran oportunidad
Pero, ¿quién fue la responsable de que se difundiera entre los costarricenses el talento de don Lico? Pues nada más y nada menos que una talentosísima artista y difusora de la cultura popular nacional: la actriz y comediante Carmen Granados.
Es precisamente a ella a quien le tenemos que dar las gracias por darle esa primera oportunidad a don Lico Font en la radio.
En los comienzos de la década de los 60, cuando don Lico apenas tenía 17 años, doña Carmen vio de casualidad al joven Lico imitando a don Tranquilino, un personaje que ella había creado para una comedia que producía en ese momento en radio Columbia: El matrimonio ideal.
Casualmente, doña Carmen estaba desesperada buscando a un actor que le ayudara a interpretarlo en la radio, pues el actor que lo hacía, Ademar Ramírez, había renunciado.
Dos días después, don Lico estaba en la radio haciendo de las suyas como don Tranquilino, un viejo verde que se peleaba con su esposa doña Chona.
En ese momento el programa se hacía sin guion y a pura improvisación, lo que influiría mucho en su manera de trabajar años después.
Ese primer trabajo duró poco porque don Lico, y contra todos los pronósticos, decidió dejar de lado sus imitaciones para estudiar Derecho en la Universidad de Costa Rica.
Al menos eso fue lo que imaginó hasta que en la misma facultad lo invitaron a hacer sus presentaciones para divertir a los profesores y alumnos de la universidad.
“En ese entonces existía el paraninfo, donde están actualmente los Tribunales de Justicia. Era un auditorio de la Universidad de Costa Rica donde se hacían audiencias, pero también presentaciones de teatro. Yo hacía shows y preparábamos la velada universitaria. ¡Y todo era inventado también!”, cuenta.
La relación con las leyes no prosperó y, al final, su ingenio y creatividad le ganaron la partida al Derecho: el destino lo llevó a trabajar en diferentes agencias de publicidad donde hacía de todo: dibujaba, era el creativo y hasta atendía a los clientes, siempre acompañado de Chiricuto y sus demás muñecos.
“A mí me contrataban de dibujante; me contrataban de creativo para inventar el anuncio; me contrataban de ejecutivo de cuenta para visitar, atender y crearles las campañas publicitarias a los clientes. Yo comencé en Publicidad Norte y luego en Publicitaria Moderna con Manuel Gavilán. Incluso, hasta me contrataron con el muñeco para presentarles a los clientes las campañas. ¡Fijate vos!”, recuerda entre risas.
En esa travesía por las agencias de publicidad del país también fue contratado por Publicentro y H Garnier.
En ese ir y venir, don Lico se casó con su primera esposa Ana Cecilia Benavides Andreoli, tuvo cuatro hijos y aprovechó sus habilidades para representar en el país la marca de pinturas Nazdar; años después creó su propia marca de pinturas y hasta se las ingenió para integrar grupos musicales, el último con Paco Navarrete.
Todo ese polvorín de compromisos y tareas los hacía sin dejar de lado sus presentaciones con Chiricuto y sus otros muñecos.
Salto a la TV
Su paso a la televisión era cuestión de tiempo. Entre tanta agencia de publicidad era inevitable que su talento pasara inadvertido y llegó la hora de que un público masivo conociera su destreza para improvisar y crear todo tipo de voces.
Sus primeras apariciones fueron esporádicas. En un gran álbum, que don Lico lleva bajo el brazo cada vez que habla de su pasado y muestra con orgullo, hay fotografías y recortes de periódico que cuentan su trayectoria por la televisión nacional.
Es como su disco duro, donde hay, por ejemplo, imágenes del espectáculo que montó cuando don René Picado Esquivel inauguró Teletica canal 7 allá en Barrio Cuba, en 1960. Ese día, incluso, actuó junto al actor norteamericano Rick Jason, gran estrella de Hollywood invitado por la familia Picado.
Uno de sus mayores éxitos televisivos fue con el programa El clan infantil de Renato, en canal 6, donde no solo hacía las voces de sus muñecos, sino que también los creaba. Años después, en canal 13, trabajó junto a Caifás (Fernando López Fallas) en el espacio Hoy es fiesta.
Sin embargo, fue en canal 2, en el programa deportivo Acción en vivo, donde Chiricuto se convirtió en un fenómeno social que aún hoy mucha gente recuerda. Como bien lo dice don Lico: “Ahí fue cuando sobresalió Chiricuto y agarró más fama”.
Todos los domingos, de 4 a 7 p. m., Pilo Obando, Luis Humberto Ramírez, Hernán Morales y el irreverente y saprissista a muerte Chiricuto, comentaban el acontecer deportivo nacional.
Ramón Coll, gerente de canal 2 cuando don Lico trabajó en Acción en vivo, recuerda lo exitoso que fue Chiricuto. “Fue monstruoso. En ese tiempo se pedían los ratings cada 15 días y arrastraba montones de audiencia”, afirma.
“El personaje era muy simpático y Lico nunca escribió nada, no era de guion. Lico se sentaba, abría la boca y el entorno les daba temas, como si había perdido la Liga o había ganado Saprissa. Aunque había un elenco muy bueno, de lo mejor de esa época, el personaje detrás del gran éxito de Acción en vivo era Chiricuto. Lico logró partir la calle por el centro (...). Era el que llevaba las riendas de todo y el que provocaba el rating”, cuenta Coll.
Del montón de locuras que hizo Chiricuto en ese programa, hay una que caló mucho en la audiencia: el día en el que Chiricuto decidió lanzarse como candidato a la presidencia de Costa Rica. Fue tal el movimiento que generó que, incluso, el Tribunal Supremo de Elecciones les jaló el aire y, tuvieron que “dejar de payasear”, recuerda Coll.
Otro que recuerda con gran cariño a don Lico es Norval Calvo, porque le tendió la mano o, mejor dicho, a Chiricuto cuando más lo necesitaba.
“Yo estoy profundamente agradecido con Lico Font, porque lo que hizo él conmigo hace 31 años, no lo hacía cualquier persona. Cuando yo iba para la final de La dulce vida, que era donde estaba en juego el carro y el primer lugar, una de las voces que yo imitaba era la de Chiricuto.
“A mí se me ocurrió, en vista de que era vecino de Pavas y que éramos de alguna forma conocidos, preguntarle: ‘Voy para la final de La dulce vida, será que vos me podés ayudar y me prestas al muñeco Chiricuto. Y me dice Lico Font: ‘Nunca lo he hecho porque Chiricuto para mí es como un hijo, nunca lo he prestado y el único que lo maneja soy yo. Pero por ser usted se lo voy a prestar. ¡Cuídemelo por favor!”, relató Norval.
Norval no solo se llevó a Chiricuto a la final, sino que conquistó el primer lugar. Sin duda, el tener de “invitado” a Chiricuto le sumó puntos a su presentación y le ayudó a ganar el programa.
Tanto Calvo como Coll reconocen que don Lico es un gran artista: es músico, crea sus propios muñecos y es un excelente ser humano siempre dispuesto a tener la mano para ayudar a sus colegas.
¿Y Chiricuto?
Sin duda, Chiricuto es y siempre será una parte importantísima en la vida de don Lico Font. No solo es uno de sus “hijos”, sino que también es un personaje infaltable dentro del entorno familiar. Por eso, a don Lico nunca le ha preocupado que Chiricuto lo opaque.
Hasta su actual esposa, Laura María Ortiz Barrionuevo, se acostumbró a topárselo en los rincones de su casa. “Vieras los sustos que me pegaba Chiricuto cuando me despertaba en las mañanas y lo veía viéndome al salir del cuarto”, afirma.
La personalidad del Chiricuto que conocemos hoy no se dio de la noche a la mañana; la psicología de su personaje se fue modificando conforme se involucró más con los deportes y le comenzó a interesar la realidad política nacional de esa época.
Fue precisamente con Óscar Arias, cuando se lanzó por primera vez en 1985, cuando Chiricuto comenzó a criticar el entorno político.
Sin embargo, la relación de don Lico con Arias data de años atrás, cuando ambos fueron compañeros de facultad y Lico asistió a su boda con Margarita Penón.
Según cuenta don Lico Font, para las elecciones de 1986 nadie sabía por quién votar, porque Óscar Arias esa muy “jovencillo”. Fue ahí donde se le ocurrió la famosa frase que aún hoy cala en la población: ¡No sea bruto vote por Chiricuto! “Ahí comenzó toda la carajada”, asegura.
Se volvió tan famoso a finales de los años 80 que dentro de la jerga del pueblo era común escuchar frases como: “¡Ya hizo una ‘chiricuteada’!” o “Estoy ‘chiricuteando’” un “verbo” que significaba molestar o hacer tonterías.
Aunque Chiricuto está retirado de las canchas políticas, de vez en cuando se dedica a realizar algunas presentaciones privadas junto a don Lico Font.
“Antes era más fácil tener un criterio. Ahora es un arroz con mango esta vaina. Nadie sabe nada”, explica don Lico del por qué Chiricuto se calla cuando le preguntan del entorno político actual.
Para todo lo demás Chiricuto es el mismo: se queja porque lo tienen encerrado y empolvado en una caja, le reclama a don Lico porque lo sienta en un clavo para que no se caiga y siempre tiene salidas fuera de serie: la de ese día la protagonizó el fotógrafo de este trabajo, Álbert Marín, quien ya había tenía a Chiricuto de modelo años atrás.
Al verlo, el muñeco lo recordó: “Diay panzoncito, qué se había hecho usted. Parece que se tragó tres cámaras”.
“¡No estoy tan gordo!”, le reclamó un sorprendido Albert para luego decirle a carcajadas: “Bueno, me comí tres cámaras con todo y lente”.
¡No podría ser de otra manera! Ese es nuestro Chiricuto en manos de don Lico Font.
¿Quiere verlo en vivo?
- Don Lico Font realiza “chivos” para quienes deseen contratar sus servicios junto a Chiricuto y compañía. Cuenta que es muy popular en los cumpleaños de los adultos mayores, en las bodas de oro o en cualquier fiesta que quiera un protagonista único, irreverente e inolvidable. Chiricuto con sus salidas y don Lico con su órgano se encargarán de hacerlos reír y bailar. Si desea más información, lo pueden contactar al 2222-2210.