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Charles Mattocks Marley se ríe. Sabe que la pregunta es habitual, pero entiende que no puede faltar cuando se conversa con él.
—¿Cómo es andar por el mundo con el apellido Marley a cuestas?
Su sonrisa es amplia. Con calma, dice: “me recuerda en que debo ser humilde”.
—¿En qué sentido?
—Yo pienso en mi tío, siempre como una persona humilde. Yo quiero ser parte de su legado.
Aunque no sea con la música, Charles no se equivoca. A sus 43 años, es una figura respetada como productor y cineasta y, precisamente, ha encontrado en Costa Rica un impulso para sus sueños.
Charles se encuentra en suelo tico porque, desde hace años, quiere usar al país como telón de fondo para una de sus tantas creaciones audiovisuales.
Actualmente él dirige el show de Discovery Channel titulado ReverseD, una de las primeras series documentales en reflejar cómo es la vida con diabetes. La serie empezó en el 2017 contando la historia de cinco personas que padecen la enfermedad y Mattocks vino a Costa Rica para rodar la tercera temporada aquí, rodeado de la naturaleza de Atenas y el ambiente “tranquilo” (como él mismo dice en español) que hace que tanto le fascine este país.
“El camino me ha traído a Costa Rica con la esperanza de seguir cambiando personas”, cuenta, emocionado por el programa, ya que él también está diagnosticado con diabetes. “Desde que supe que podía dedicar mi vida a hacer cosas buenas por la gente y enseñarles que uno puede tener calidad de vida aún con una enfermedad así, vivo feliz”, asegura.
Siempre buenas vibras
Constance, hermana de Bob Marley, se llevó a su familia a Estados Unidos cuando Charles apenas era un niño. Jamaica, su país natal, pasaba una crisis económica y se mudaron al norte en búsqueda del idealizado sueño americano.
En ese país, Charles creció rodeado de cultura y fijado con alguien en especial: Morgan Freeman. El legendario actor aparecía constantemente en la televisión y en las vallas publicitarias e hizo que a Charles le creciera la espinita de dedicarse a la industria de la producción audiovisual.
Por supuesto, la espinita de ser músico lo picó —la vena artística Marley está en su sangre— y colaboró rapeando en una grabación de LL Cool J, pero sus intereses en la industria del cine le ganaron.
Charles dejó atrás la música y se cambió a la actuación. Así fue como logró el rol protagónico en El verano de Ben Tyler, un drama de 1996 que fue nominado al Globo de Oro por mejor actor (su compañero James Wood alcanzo la nominación).
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En esos mismos años, Charles tuvo a su primer hijo y, con su llegada, decidió dar una vuelta en su vida. Así fue como quiso convertirse en cocinero.
En el 2008, bajo el nombre de The Poor Chef, lanzó un segmento televisivo en NBC donde ayudaba a las personas a aprender cómo preparar comidas saludables y sabrosas que fueran económicas.
Su popularidad estalló y Charles comenzó a aparecer en programas como Today, Martha Stewart, CNN y Dr. Oz. Incluso se hizo escritor y publicó en el 2009 el libro Eat Cheap but Eat Well (Come barato pero come bien), lanzado con el mismo propósito de fomentar una sana alimentación.
Desde entonces, se fijó una meta: ser un agente del bien. Estudió sobre la cocina y la salud con pasión, al punto de dedicar sus semanas enteras a producir programas afines a su interés.
El problema fue que, en medio de esa emoción, una noticia médica le llegó.
Su vida cambió en el 2011, cuando tenía 31 años y le diagnosticaron diabetes. Recibir un diagnóstico así, o de cualquier condición crónica, puede ser devastador y requiere acompañamiento, no solo para lo físico, sino también para lo mental.
“Pensé que me iba a morir”, cuenta Charles, en retrospectiva. “Sé que puede parecer extremo, pero no sabía nada sobre la diabetes. Estaba en estado de shock y tenía miedo”.
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Para acrecentar el golpe, Charles no contó con el mejor médico de cabecera para calmar sus dudas. El doctor que lo atendió no supo explicarle el diagnóstico y Charles, desesperado, recurrió a Google para hacer búsquedas “a lo loco” y enlistar las peores formas en que podía quedar su cuerpo.
Tras varios días de digerir la noticia, Charles supo que debía calmarse. Buscó información de nutricionistas y testimonios de otras personas en internet que hablaban sobre diabetes y empezó a entender.
Cuando supo cómo cuidarse, se le encendió un bombillo: “supe que debía ser un canal para darle esta información a la gente que padece diabetes”.
En el 2014, Charles se animó a crear el documental titulado The Diabetic You para narrar su búsqueda para aprender sobre la diabetes. “Únase a nosotros mientras charlamos sobre la diabetes tipo 1 y tipo 2 y cómo puede cambiar su mente, cuerpo y espíritu para ‘revertir’ sus temores sobre la enfermedad para cambiar su vida y su destino”, era el logo con el que se vendía el documental.
Desde entonces, Mattocks no ha hecho más que interesarse en producir retratos sobre enfermedades y la vida de las personas que las padecen. “Pueden ser un mensaje muy positivo”, cuenta.
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Consolidar la idea
En el 2015, tras la buena recepción que tuvo The Diabetic You, Charles tuvo una idea para crear otro documental, uno que le resultaría también muy cercano.
Mattocks produjo Trial of Fire (“Prueba de fuego”), una película que hoy se considera como referente en el cine testimonial sobre enfermedades.
Constance, la madre de Mattocks, fue diagnosticada con RSD/CRPS (síndrome de dolor regional complejo). Charles fue testigo en primera fila del dolor que provoca esta condición y de cómo, ante el desconocimiento de la enfermedad, muchos tratamientos médicos no dan el manejo adecuado para aliviar el sufrimiento.
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Este síndrome suele afectar brazos y piernas después de una lesión, una cirugía, un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco.
Charles se volvió más decidido a investigar y obtener el tratamiento médico que tanto necesitaba su madre para darle una mejor calidad de vida.
En el documental registra esa búsqueda y, además, hace consciencia sobre esta condición que afecta a más de 2 millones de personas, solo en Estados Unidos.
Eso sí: Charles nunca quiere satanizar la institucionalidad médica. En la película hay momentos inolvidables como una ocasión en que su madre fue mal atendida por un doctor. Ella, en lugar de simplemente huir del consultorio y nunca más ver al médico, le escribió una honesta carta donde le decía cómo mejorar la forma en que atiende a sus pacientes. Sorpresivamente, el doctor respondió, diciendo que estaba de acuerdo con ella.
Esos detalles pusieron a Mattocks en una encrucijada: podía volver a su vida de antes y ser un chef famoso o, más bien, ayudar a la gente. “Yo tenía muy claro lo que quería hacer”, cuenta hoy.
Su preocupación no es para menos pues, más allá de la historias de su madre, él también ha lidiado con deficiencias en el sistema médico.
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Como paciente con diabetes tipo 2, una vez buscó a un médico reconocido para una cita. El doctor, que era muy afamado, lo atendió a la carrera y, casi que en automático, le recomendó un par de operaciones de alto costo y tremendamente invasivas.
Mattocks buscó una segunda opinión de un especialista menos conocido. Al final de la reunión, el doctor le aseguró que no necesitaba de los procedimientos que le había recomendado el primer médico. Lo envío a cambiar su estilo de vida (comer bien, hacer ejercicio, mantenerse en contacto con la naturaleza) y su salud mejoró notoriamente.
Charles fue nombrado Campeón del Círculo Azul de la Asociación Internacional de Diabetes por su trabajo en el campo, y parte de su obra se publicó con la Asociación Estadounidense de Diabetes. Además, con Trial by Fire, recibió dos reconocimientos en el Festival de Cine de Hollywood.
“Mi vida cambió tras esa notoriedad, pero fue para ayudar gente. Ese es el único cambio que yo aprecio. No se trata de ser famoso; se trata de ser bueno”, comenta.
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Presente y futuro
Charles transmite ese etéreo sentimiento que hace que uno sienta en alguien “buenas vibras”. Habla pausado, siempre sonríe y lo hace sentir a uno que lo conoce desde antes.
Basta charlar un poco con él para notar su buena vibra, en especial cuando habla de su fascinación actual: ReserveD, el programa de Discovery Channel con el cual firma como creador, productor y presentador.
El show fue lanzado en el 2017, cuenta con dos temporadas (16 episodios en total) y previamente fue grabado en Atlanta, Georgia. Lastimosamente, las temporadas anteriores no están disponibles para ser vistas en streaming en Costa Rica.
El show registra los cambios de estilos de vida para pacientes con diabetes. En temporadas pasadas, por ejemplo, abordó el uso de la dieta Keto para este tipo de pacientes. Para esta temporada, grabada en Costa Rica, se hablará sobre dietas carnívoras que mejoran condiciones de vida.
En el programa, cinco pacientes comparten durante cuatro días juntos distintas actividades como talleres con expertos como el doctor Donald Vega, quien habla sobre la alimentación Kilosophy, que consiste en estrategias biológicas para apalear malestares a través de una sana alimentación.
Hasta el momento, el show ha sorprendido pues presenta a pacientes reales que han tenido cambios que parecían imposibles. Algunos perdieron 60 libras o más de sobrepeso, otros redujeron su tasa de medicación o incluso de insulina hasta detenerla por completo.
“Muchos pacientes han cambiado su perspectiva de vida y han visto que vale la pena vivir”, se atreve a decir Mattocks sobre estos logros.
La razón por la que vino a Costa Rica a grabar esta nueva temporada es clara: quería una atmósfera “pura vida”, según dice. “La gente y el ambiente de aquí es muy dulce y quería que todos sintieran esa energía”, agrega, y de paso revela que desea mudarse eventualmente a Costa Rica.
Charles conoce bien nuestro país. Ha venido más de 16 veces desde que una vez tocó tierra tica como turista y quedó fascinado con las bellezas naturales.
Particularmente, encontró en Atenas, Alajuela, algo maravilloso: el espíritu de la naturaleza. Para él, no hay salud sin verdor y aire fresco.
“Llevamos mucho tiempo produciendo contenidos para mostrar al mundo la necesidad de cuidar nuestra salud y de usar la alimentación como un vínculo directo entre mejorar y sobrevivir. Muchas personas han ganado la batalla al cáncer, la diabetes y la obesidad por medio de su alimentación y, acompañado de la naturaleza, los resultados son sorprendentes”, comenta Mattocks.
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Con seguridad, dice que ha recorrido muchos países del mundo, pero ninguno ha sido como Costa Rica.
“Costa Rica es un lugar muy amigable para grabar. Es accesible, las personas colaboran mucho y lo más importante: es un país tan verde que transmite ganas de vivir y disfrutar la vida”, agrega.
Todo se trata sobre la vida. Es la frase que Charles suele repetir. Su vida profesional y personal casi que trata de difuminarse, pero él siempre procura recordarse que el frenesí de producir un show es un medio para llevar un mensaje positivo.
“Mi vida personal es importante”, dice, “yo no puedo descuidar mi salud por estar trabajando y trabajando. Sería la mayor ironía”, cuenta riendo.
De hecho, el propósito de radicarse en suelo tico es, según sus palabras, “simplificar la vida”.
“Cuando yo me levanto en Costa Rica, me siento despreocupado. Yo siempre quiero seguir haciendo shows y documentales, pero creo que el ambiente de aquí me ayuda a dispersarme. Solo querer tomar un café y disfrutar el paisaje”, confiesa.
“Yo amo el agua, amo andar en botes, navegar, hacer pesca... Quiero tener un gran jardín en Costa Rica y traer a mis niños (tiene dos hijas). Quiero recomenzar, hacer cosas nuevas. Quiero seguir llevando un buen mensaje y quién sabe qué me espera en la vida”.
Ha sido chef, ha sido actor, ha sido músico, ha sido cineasta. “Quién sabe qué vendrá para mí después de grabar ReverseD”, se pregunta.
Antes de finalizar nuestra conversación, Mattocks pide un momento para hablar de una anécdota particular de su tío, el gran Bob Marley. Cuenta que, al conversar sobre su vida personal, piensa mucho en un momento particular que compartieron.
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Charles era solo un niño. Recuerda haber ido a la habitación de su tío y ver que el cuarto estaba lleno de humo. “Estaba completamente repleto de estar fumando”, recuerda riendo.
Su tío lo tomó de la mano y lo sacó de la habitación para llevarlo al patio. Se fueron a jugar fútbol y a esparcirse con el viento. “Wow”, recuerda Charles, “cuando pienso en eso me gusta pensar en que mi tío quería enseñarme el mundo, ver lo que estaba allá afuera”, dice.
Bob Marley murió muy joven, a los 36 años, cuando Charles tenía poco más de tres años. Ambos tuvieron muy pocos encuentros pues el músico fallecería en 1981 a causa de un melanoma.
Aún así, esos breves momentos marcaron a Charles.
“Y lo que más me gusta pensar es que, habiendo nacido en ese mismo lugar donde estábamos jugando, él logró cambiar el mundo. Hizo todo lo que hizo sin necesidad de nadie”, reflexiona.
Charles admite que, una parte de él, se resiste a firmar con el apellido Marley porque algunos podrían pensar que quiere tomar provecho de la leyenda que implica su linaje (muchos de sus tíos, como Ziggy, Stephen y Damian son artistas de renombre por su cuenta), pero al final del día, y al recordar momentos como aquel compartido con Bob, el pensamiento cambia.
“Al final utilizo su apellido porque sé que estaría orgulloso de lo que yo he hecho. Mi tío es parte de quien soy. Yo soy feliz porque él me inspiró. No estaría aqui hablando contigo si no sería por su influencia”, asegura.
Esa sangre Marley, asegura, tiene una fuerza única. “Quiero inspirar a la gente”, finaliza, “porque mi tío siempre transmitía un mensaje de que sí, el mundo va cambiando, pero no podemos olvidar que hay espacio para la esperanza”.
La temporada de ‘ReverseD’ grabada en Costa Rica está pactada para emitirse en Discovery Channel en junio del 2023. Si quisiera ponerse en contacto con Charles puede escribirle al correo charles@charlesmattocks.com