Doña Rosa lo perdió todo en la vida y estaba resignada. La suerte cambió un día que fue rescatada de un búnker, en Plaza Víquez, en el que vivía aún sin ser adicta a ninguna droga.
No tenía nada, pero ahora tiene todo: principalmente amor propio. Esta señora de 80 años fue llevada al campamento de Chepe se Baña que se instauró en mayo del 2020 para proteger del coronavirus a adultos mayores habitantes de calle. Ella llegó al lugar contagiada, pero logró recuperarse.
En su estancia en ese albergue, y como parte de las actividades lúdicas, doña Rosa hizo dibujos tan bonitos que hoy están estampados en camisas, prendas que se exhiben en una enorme vitrina en Multiplaza Escazú.
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Desde diciembre en Multiplaza Escazú, además de encontrar las lujosas tiendas de Michael Kors, Carolina Herrera, Hugo Boss y las joyerías de Tous y Tiffany & Co, hay un nuevo y gran local que se impone y genera curiosidad.
A través de sus amplias vitrinas se asoman unas camisas blancas de corte básico con pinturas hechas a mano estampadas. En letras grandes y blancas en el punto más alto de la entrada aparece el nombre de este “comercio”: Chepe se Baña.
¿Chepe se Baña? Sí. Chepe se Baña. Si le suena es porque desde hace cuatro años existe una fundación con este nombre que tiene la misión de rescatar personas que viven en las calles.
Noticias relacionadas con ellos han salido en infinidad de medios de comunicación, pero ahora Chepe se Baña está mucho más cerca, específicamente en una tienda solidaria, un lugar al que tras ingresar no hay que comprar, sino donar.
Mauricio Villalobos, un productor audiovisual, pero rescatista de personas en condición vulnerable desde hace cuatro años, es el fundador y director de Chepe se Baña. Él cuenta que en el grupo siempre habían querido tener un espacio similar al que Multiplaza, de manera gratuita, les cedió (de momento el contrato es hasta abril pero podría extenderse).
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En diciembre del año pasado, en media pandemia, Multiplaza contactó a Mauricio para presentarle el proyecto. Fue un momento ideal para arrancar con la tienda, pues con ella él podría apoyar al albergue que creó en mayo para apoyar a adultos mayores que, al igual que doña Rosa, estaban en una situación de riesgo y desesperanza.
“Desde que inició la pandemia hemos rescatado a 73 adultos mayores de la calle. Ellos han estado pintando. Llegan profesores de arte a estar con ellos. Por eso es que teníamos algunos diseños y soñábamos con plasmarlos en camisetas para generar algún tipo de apoyo al campamento. Luego Multiplaza nos presenta esta iniciativa y nos calzó como anillo al dedo”, explica Mauricio.
Las camisetas con el diseño de doña Rosa y los dibujos de muchos otros adultos rescatados de las calles, se pueden adquirir en la tienda de Chepe se Baña. A las personas que entreguen una donación en efectivo, del monto que sea, se le entrega una de estas piezas como agradecimiento.
“Muchos vienen a preguntar si vendemos las camisas. Les explicamos la dinámica y se las llevan como un recuerdo. Este es un espacio solidario para los miles de clientes que visitan todos los días este lugar”, dice Mauricio Villalobos.
La tienda también es un sitio para que las personas que no sabe a dónde ir y quieran ayudar puedan llevar sus donaciones. Según explica Mauricio, se puede colaborar con ropa interior, medias, implementos de cuidado personal, entre otros, siempre y cuando sean nuevos.
A este espacio las personas también pueden llegar a ofrecer su tiempo inscribiéndose en los diferentes programas de Chepe se Baña.
Movimiento solidario
Mauricio cuenta que la tienda ha generado curiosidad y que muchas personas se han acercado a apoyar. Algo que le ha sorprendido es la ayuda de diferentes empresas que, por ejemplo, han donado colecciones pasadas de zapatos para que las pongan a disposición de los clientes solidarios, quienes al dar dinero en efectivo pueden llevarse el producto. Es la misma dinámica que con las camisetas.
“Invitamos a empresas a llevar donativos. Un día nos llegaron con 90 pares de zapatos nuevos que ahora están en la tienda”, dice Villalobos, quien asegura que sus proyectos de bien social no cuentan con ningún apoyo del Gobierno.
Ahora mismo en la tienda solidaria tienen la dinámica “Si vos estrenás, ellos también”, promoviendo así que las personas que van a hacer sus compras puedan apoyar el proyecto.
“Ellos compran en el mall lo que quieren donar. Mucho de eso se reparte en las noches cuando llevamos cenas a los habitantes de calle. Vamos todos los días menos los domingos”, cuenta.
La tienda no solo es un espacio para ayudar al prójimo necesitado; también es un lugar para que miles de costarricenses puedan conocer la triste realidad de los habitantes de la calle por medio de fotos y videos: es una enorme vitrina con un imán para la solidaridad.
Una de las razones por las que no aceptan ropa de segunda es porque no cuentan en el local con un lugar para almacenarla. Por eso, afirma, piden que donen piezas nuevas que son muy necesarias para los habitantes de la calle, como prendas íntimas y productos personales. Además, menciona que gracias a la visibilidad que han logrado por la tienda, una persona donó dos contenedores que servirán como bodegas para guardar las donaciones.
“Hay veces que la ropa de segunda mano que nos donan es ropa que hay que lavar y con el tema covid esto es complicado”, insiste. Al lugar también se han acercado médicos, psicólogos y profesionales de diferentes áreas para ofrecer su ayuda. “Es un espacio increíble”, dice Villalobos.
“La gente pasa, levanta la vista y se extrañan. Han visto Chepe se Baña en rescates, en los sanitarios móviles, en barberías móviles, en los Dormibus, pero ahora ven el logo en una tienda. Queremos convertir la tienda en una experiencia solidaria. Que la gente entre y vea imágenes, eso habla más”, agrega Mauricio, quien no oculta su agradecimiento.
La tienda también beneficiará otros proyectos alternos de Chepe se Baña: “Pronto empezamos un Dormibus para mujeres en condición de calle. Hemos documentado un poco más de 1.000 mujeres que pernoctan en las calles. Unas son trabajadoras del sexo que pasan la noche en la Zona Roja (en San José); ese trabajo trae violencia, consumo, maltrato, y este Dormibus rompe ese ciclo de violencia, se convierte en hotel para ellas. Las ayudas que recibamos (en la tienda) como ropa de cama, artículos de aseo personal y toallas sanitarias pueden apoyar este proyecto”, añade.
Mauricio reconoce que estos cuatro años con Chepe se Baña no han sido fáciles y aunque a veces “todo sea un broncón” él ha aprendido a trabajar sin nada y a validar los derechos humanos de estas personas. Sabe que no puede echar marcha atrás.
“Estas comunidades son invisibilizadas. Es importante que el Gobierno, la sociedad civil y la empresa privada puedan tener contacto y conocer estas realidades. Están ahí no porque quieren, muchas veces las circunstancias los llevaron ahí. Intento dejar una señal en el camino y que los voluntarios sean inspirados”, dice.
Mauricio sabe lo que es topar con números en rojo todo el tiempo, cuando trata de solventar todos los programas de Chepe se Baña. Él dice que “pasan raspando la olla” y por eso aprovecha cada oportunidad. Cuenta que al inicio abrió la tienda con 50 camisetas.
“Las hemos hecho a como podemos. No teníamos ni muebles, una amiga me los prestó. Ahora vemos que la gente publica que esa es la camiseta más linda, se la ponen con orgullo. La reacción ha sido impresionante. La gente llora. Nosotros hemos llorado con los clientes.
“Antes de diciembre estaba resignado a que iba a cerrar el campamento. Tenía 18 adultos mayores y estaba viendo a ver dónde los llevaba porque no tenía presupuesto. Empezamos en diciembre con la tienda y con lo que se logró salimos en diciembre y en enero igual. Cada donación recibe un recibo timbrado”, cuenta Mauricio. En estos meses la iniciativa ha recaudado cerca de ¢6 millones.
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Doña Rosa ya no está en el campamento, a ella lograron trasladarla a un hogar de larga estancia donde pasará el tiempo que le reste de vida. Su dibujo seguirá siendo plasmado en las camisetas. Por medio de esas prendas ayudarán a otras personas que necesitan una mano como la que le dio calidez a ella en el momento justo.
Cómo ayudar
Hay tres maneras de colaborar:
Inscribiéndose en el lugar para realizar voluntariado del programa.
Donando dinero en efectivo o por medio del SINPE Móvil 8709-4208.
Donando artículos completamente nuevos.