Si le propongo que vayamos a darnos una vuelta por el centro de Chepe es posible que su respuesta sea un “¡no!”; vendrán a su mente el esmog, la suciedad, los asaltos y el desorden vial que caracterizan a la ciudad capital. Pero, si le digo que vayamos a pasear por el centro histórico de San José, su reacción será distinta: sorpresa, interés y curiosidad…, se le despertará una expectativa cultural y turística.
Pues sí, aunque muchos no lo saben, San José tiene un centro histórico; aunque muchos no lo saben, San José es más que esmog, suciedad, asaltos y desorden vial.
El centro histórico josefino data de 1850, y es un perímetro de diez manzanas de largo por diez manzanas de ancho, que alberga los edificios y plazas históricas más importantes.
Se trata de un cuadrante que limita al noreste con el Edificio Metálico (escuela Buenaventura Corrales), al noroeste con el antiguo cine Líbano, al suroeste con la iglesia de Los Ángeles, y al sureste con Acueductos y Alcantarillados.
De tal forma, entre los habitantes de piedra del centro histórico están la iglesia de La Merced, la catedral Metropolitana, los parques Central y Morazán, así como el Teatro Nacional y el cine Variedades.
Dentro del perímetro también está el lugar donde estuvo la casa en que nació Juan Rafael Mora Porras , benemérito de la patria que lideró la Campaña del 56 contra los filibusteros.
Así lo explica el arquitecto Andrés Fernández, quien realizó un estudio para darle sustento a una iniciativa privada de interés público que procura promocionar el centro histórico.En la iniciativa participan la Cámara Costarricense de Hoteles de San José, la revista Gam Cultural , el colectivo Chepecletas , y el propio Fernández.
El experto explicó que no se debe confundir casco histórico con centro histórico. Lo primero remite a estructuras que se han conservado con un grado bajo de variaciones, por ejemplo el casco histórico de Antigua, Guatemala. Por el contrario, en el segundo caso, se conserva la referencia histórica, pero con modificaciones significativas, y en algunos casos hasta demoliciones.
Dicho cambio estructural en San José se experimentó en el periodo de la creación de la Segunda República, cuando se levantaron nuevos edificios, como el del Banco Central. De tal forma, el paseo histórico incluye edificios que mantienen su belleza antigua, como la casa Jiménez de La Guardia (ubicada en calle 5), así como puntos en donde la historia es un recuerdo que se rehúsa a morir, por ejemplo, el lugar donde se colocó la primera ermita (de teja y adobe) en San José, en el que ahora está la tienda Scaglietti.
La Municipalidad de San José reconoce la existencia de un centro histórico: el plan regulador urbano del 2005 contiene un enunciado que hace referencia al perímetro, y en enero del 2013 un acuerdo municipal estableció que se daría prioridad a los servicios y obras dentro del cuadrante.
Promoción
El proyecto, pese a que ya cuenta con toda una imagen gráfica, la cual se haría visible en los rótulos en las calles y avenidas que pertenecen al centro histórico, no ha presentado mayores avances desde la plataforma municipal. Sin embargo, los impulsores de la iniciativa, cada quien desde su trinchera, promocionan el perímetro.
“Yo traigo gente a San José y le muestro la riqueza histórica, llevó haciéndolo por años, es una labor necesaria de educación y formación, lo cierto es que ni en clases de Cívica ni de Estudios Sociales se habla de la relevancia de la ciudad de San José, por eso tenemos que dar a conocer esto”, manifestó Andrés Fernández , haciendo referencia a las caminatas guiadas que realiza en el marco del Art City Tour.
Con él coincide Roberto Guzmán, del colectivo Chepecletas, el cual organiza caminatas y paseos en dos ruedas por la capital. “Esto es importante para nuestra memoria histórica, hay gente que pasa por San José y no sabe cómo se llama el parque, que desconoce la importancia que tuvo un edificio”.
Henry Bastos, director de Gam Cultural , creadora de los Art City Tours , lo ve en términos más comerciales, pues considera que, con el reconocimiento del centro histórico, San José se vuelve más atractivo para visitantes y turistas, lo que, a la vez, desembocará es un mayor desarrollo de la ciudad.
Al final de cuentas, la propuesta se resume en rescatar San José del esmog, la suciedad, los asaltos y el desorden vial; y dar a conocer su rostro más bonito, con el objetivo de que la gente se apropie de la ciudad, la haga suya.