“Un pueblo sin el conocimiento de su pasado histórico, origen y cultura es como un árbol sin raíces”, Marcus Garvey.
Las palabras del predicador jamaicano deben de calar fuerte en la sociedad. Estamos hechos de muchos retazos de diferentes culturas. Nuestra historia no es una sola, sino la unión de muchas aristas: gastronomía, literatura, música, deporte, luchas por el bien común, y la apropiación de todas ellas es lo que nos identifica.
En este mes histórico de la afrodescendencia en Costa Rica, los ticos a lo largo y ancho del país tenemos el deber y el derecho de sentirnos orgullosos de esas raíces afro que tanta riqueza nos han heredado. No es una cuestión de color de piel: somos personas formadas en una sociedad multiétnica y pluricultural.
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Conocer esas raíces y esa historia nos lleva a apreciar más lo que como costarricenses somos. Ese delicioso y particular sabor que tiene la comida caribeña a coco y chile o la maravillosa sensación de los sonidos que nacieron en África, así como el sentido de comunidad, el valor del trabajo y la importancia de la familia son solo algunos de los ejemplos que los afrocostarricenses transmiten desde sus costumbres y tradiciones y que son bastión de la educación y del ser de la sociedad tica.
Precisamente, para conmemorar el Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense, que se celebra este 31 de agosto, seis personalidades negras destacadas en campos como la literatura, la música, el deporte y la política nos contaron sus historias de superación y nos abrieron las cocinas de sus hogares para compartir con nosotros los secretos de la comida caribeña, esa que como es costumbre, reúne a la familia en torno a ella.
¿Hay algo mejor que compartir la mesa con los seres queridos? Sí, hacerlo con un platillo hecho con amor, que tenga sabor a historia.
El escritor Quince Duncan, la diputada Katherine Moreira Brown, los artistas DJ P, Toledo y Banton, y la seleccionada nacional de rugby Cheryl Bryden nos contaron sus secretos culinarios y, sentados a la mesa, nos hablaron de la importancia del legado afrodescendiente en Costa Rica y de la necesidad de que haya más apoyo y difusión del trabajo que desde la comunidad se hace en pro del país.
¡Buen provecho!
Rundown con sabor a letras (rondón)
Del origen de la sopa rundown o rondón hay una historia muy particular, no se sabe si es real o si fue una leyenda que se heredó con el paso del tiempo.
“Algunos dicen que rondón quiere decir llevar al curry, pero en la receta tradicional yo no veo dónde está el curry. Otra explicación es que sea rundown que significa perseguir, ese es el término que me gusta”, explicó el escritor costarricense Quince Duncan, autor de obras como Los cuatro espejos, Un mensaje de Rosa y Los cuentos del hermano araña, quien preparó con sus manos una receta criolla de la tradicional sopa que, como es la tradición, lleva un poquito de todo.
“Usted sabe que el mundo se construye con mitos, uno de ellos dice que una señora en la mañana no tenía nada para cocinar el almuerzo, solo un poco de leche de coco. La puso a hervir en una olla y salió al pueblo a ver qué conseguía. Encontró un pedazo de fruta de pan, otro de ñame, un trozo de pescado y otro de pollo y lo echó todo a la olla”, contó Duncan sobre el origen fantasioso de la sabrosa receta.
La sopa que preparó don Quince tiene su toque personal, el que aprendió a darle al ver a su madre cocinarla: Leche de coco recién exprimida del coco rallado, carne de res, de cerdo, de pollo y pescado. Verduras en trozos grandes para que alcance para todos: ayote, papa, yuca, camote, plátano verde y hasta unas pelotitas de harina llamadas dumpling que sirven para espesar el caldo. Por supuesto que no puede faltar el ingrediente estrella: el chile panameño (chile chombo).
“Es muy importante el chile panameño. En inglés creo que no muchos recordamos cuál es el nombre, pero mi abuelo le decía scotch bonnet pepper. En Panamá le dicen chile chombo, que eso significa gente negra”, explicó el escritor que ha sido reconocido con el Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría, además del doctorado honoris causa por la Universidad de Costa Rica y por la Universidad de St. Olaf en Northfield (Estados Unidos).
Estos reconocimientos le han sido otorgados por su aporte a la cultura a través de su estudio de la historia de la población afrocaribeña, así como por su lucha en favor de los Derechos Humanos y por la difusión de la herencia afro en nuestro país.
La historia de Duncan en las letras casi que se puede contar de la misma manera que se va preparando la receta del rondón. La tradicional sopa está compuesta de muchos ingredientes que le dan ese sabor tan particular, y algo similar sucedió en la vida del autor, ya que desde muy pequeño varias personas influyeron en su pasión por la lectura y en impulsarlo a que comenzara una carrera literaria.
Primero hay que poner la olla a hervir con un poco de agua y una parte de la leche de coco. Se agregan las carnes, un poco de sal y las verduras más duras como la yuca. Igual que este proceso, Quince fue despertando poco a poco el amor por los libros y también por la gastronomía que es herencia de su abuelo, don James Duncan, un jamaicano que llegó a Costa Rica a principios del siglo pasado.
“Mi abuelo tenía una biblioteca bajo llave. Cuando yo cumplí 14 años la dejó abierta y me dijo que podía entrar. Por supuesto que las cosas prohibidas eran muy atractivas, entonces me metí como loco y comencé a leer todo lo que veía. Me leí el Infierno de Dante en su traducción al inglés, libros sobre las guerras de Europa, un libro sobre la población ashanti y poco a poco me fue despertando el interés en la historia del África”, recordó Duncan.
Cuando la sopa se mantiene en hervor hay que agregar las verduras más suaves, como el plátano. Se le pone el resto de la leche de coco, el chile chombo (con cuidado de que no se abra) y el pescado. El cocimiento debe de durar al menos una hora y media para que cada elemento suelte su sabor y se combinen bien en la sopa.
Otra persona que le agregó una pizca de pasión por la lectura a la vida de Duncan fue Miss Robb, una señora que vivía cerca de la escuela donde estudiaba y que tenía una colección de libros de cuentos. “Yo tenía que pasar por su casa cuando venía de la escuela. Ella me llamaba, me daba un fresquito y me contaba un cuento”, narró don Quince.
La pasión por las letras lo llevó a ser un defensor asiduo de la difusión de la cultura afro, una tarea que todavía realiza y defiende.
“Es muy importante para el país en general comenzar a interiorizar el artículo primero de la Constitución que declara a Costa Rica una república multiétnica y pluricultural. Los ticos debemos abrazar esa idea, está ahí presente, pero lo hemos estado negando”.
“La identidad es muy importante en la vida de las personas porque si no se tiene claro quién es usted, cuál es su herencia y de dónde viene, es muy difícil saber para dónde va. Es importante para todos los pueblos conservar y desarrollar ese sentido de identidad que necesitamos para estar bien. Necesitamos apropiarnos de nuestra herencia”, concluyó.
Camarones caribeños con la sazón de la política
Katherine Moreira Brown trae la sazón en la sangre. Su madre, doña Roena Brown, es la cocinera estrella del Caribbean Kalisi, restaurante del centro de Limón que es una parada infaltable para los apasionados por el sabor caribeño.
Moreira actualmente vive en San José, pues su labor como diputada así lo requiere. Desde la curul ella ha abogado por el reconocimiento de su provincia, trabaja por mejorar infraestructura, por fortalecer el sistema educativo, minimizar la brecha social y el desempleo y empuja con orgullo la promoción de la cultura afrocostarricense desde el Congreso.
La diputada es una buena anfitriona y se vale de la buena cuchara que heredó de su madre. El platillo que doña Katherine nos ofreció fue una sabrosa receta de camarones con salsa caribeña, rice and beans, ensalada y fruta de pan frita.
El calor del hogar, aunque esté lejos de su tierra, está muy presente en el apartamento de la legisladora de Liberación Nacional. Al alistar los ingredientes de la receta, la limonense contó su historia y habló sobre la celebración de su cultura. Camarones, aceite y leche de coco, chile chombo, jugo de tomate y olores como chile dulce, cebolla, ajo, culantro castilla, culantro coyote y ajo, fueron los componentes de este platillo hecho con amor.
Claro, cabe destacar que hubo una pequeña trampa en la receta, ya que la diputada trajo desde Limón el rice and beans que preparó su madre (de por sí nunca cae mal un poquito de comida hecha por la mamá).
Primero salteó los olores en el aceite de coco. Ya los camarones estaban limpios y en un tazón con agua estaba hidratándose la fruta de pan. Mientras el fuego calentaba los sartenes, Moreira recordó sus raíces y la pasión que en su familia existe por la comida caribeña, esa que le enseñó a cocinar su mamá y con la que acostumbran demostrar amor, algo muy arraigado que viene precisamente de las tradiciones de las familias afrodescendientes.
“La cocina es como el corazón porque nosotras demostramos amor a la hora de cocinar. Si hay alguna actividad especial, ya sea familiar o de amigos, por lo general llevamos comida para que la gente se sienta a gusto y, como dice mami, dar un poquito de lo que somos nosotras”, explicó la política.
Después de que los olores ya tenían impregnado el sabor del aceite de coco, la limonense procedió a saltear con un poquito de mantequilla los camarones en otro sartén que ya estaba caliente.
“Cada preparación del arte culinario, así como el arte, la música y la identidad de los limonenses tiene su propio sabor. Nosotros somos más extrovertidos, más participativos, somos solidarios y comunitarios. En un hogar limonense siempre se sentirá el invitado como una persona más de la familia”, agregó la diputada.
Como toda receta bien hecha, la labor de la diputada en la Asamblea Legislativa tiene una agenda de trabajo que abarca distintas metas, entre ellas la promoción y divulgación de las tradiciones afro que son parte de la identidad del costarricense. Esta administradora de empresas de profesión inició su camino en la política con la consigna de ayudar a su comunidad y aunque en un principio era un puesto en la Municipalidad de Limón a lo que apuntaba, el camino la llevó directamente a la Asamblea Legislativa.
“En la escuela estábamos estudiando qué eran la OEA y la ONU y yo le dije a mi maestra que yo quería ser embajadora. Ahí empezó todo, fui presidenta de la clase y siempre motivaba a mis amigos a participar en los procesos que había en la escuela. El director Jerónimo Mathis siempre me recalcaba la importancia de que las mujeres compartiéramos nuestro pensar y nuestro sentir porque somos bastiones de la sociedad”, recordó, mientras en la cocina ya se sentía ese olor tan particular del chile panameño.
Sus aspiraciones políticas van más allá: en los planes a futuro, Moreira apunta a trabajar en la municipalidad limonense, pero no descarta un cargo en el Poder Ejecutivo, y en cualquier caso buscaría más apoyo a las mujeres jefas de hogar. “A esas mujeres que tienen que salir a luchar para llevarle el sustento a los hijos, porque yo soy hija de una mujer que trabajó y sigue trabajando por nosotros. Mami tiene unas manos benditas porque así nos sacó adelante”, dijo.
Para finalizar la receta, la congresista revolvió los olores con el jugo de tomate y la leche de coco con los camarones para que la mezcla fuera hervor. Mientras tanto, en otro de los discos de la cocina ya se estaba haciendo la fruta de pan a fritura profunda con manteca pues así es como se hace al estilo limonense: con manteca.
“Este platillo me recuerda estar en casa, es una de mis comidas preferidas y más acompañada de ensalada rusa. Es un típico plato de almuerzo de domingo en la casa de doña Roena”, concluyó antes de compartir la cena con sus invitados.
Steam fish al ritmo del reggae
La familia del cantante Banton es toda de Limón. El artista recuerda que cuando él y sus hermanos eran pequeños, en la casa de madera donde vivían había una ventana que dividía la sala de la cocina. Ahí se turnaban para ver a su mamá doña Nena cocinando.
“Todos teníamos labores en la casa, nos dividían los sectores para limpiar. Algunas veces mi mamá salía y nos dejaba al cuidado de la olla con las preparaciones para el almuerzo. ‘Ya vengo, cuídeme la comida’, nos decía y así fue como fuimos aprendiendo todos sobre responsabilidad y a cocinar”, contó intérprete del reggae y un asiduo promotor de la cultura afro en el país y fuera de nuestras fronteras.
Para este reportaje en conmemoración del mes del orgullo afro, Banton se decantó por preparar una comida que, inicialmente conoció en Jamiaca, pero que en Limón hacen su propia versión. El cover cocunut steam fish (pescado al vapor con leche de coco y curry) llevó al menos 45 minutos de preparación desde que el artista se dispuso a lavar el pescado (pargo rojo) con limón y vinagre, porque así es como se acostumbra en Limón preparar cualquier tipo de carne que se vaya a comer.
Además del pescado que ya estaba reposando en la mezcla para quitarle las impurezas, el cantante tenía listo el mise en place (picada la cebolla, el cebollino, chile dulce, ajo, apio), también una ramita de tomillo, así como una tacita de curry y una mezcla de sal, pimienta y sazón completo. Además, no podían faltar en los ingredientes el chile chombo, la leche y el aceite de coco y un poquito de salsa de soya.
“Desde chamaquitos, no sé ahora, pero la gente en Limón tenía que saber hacer las cosas. El fin de semana mi tata nos daba alguillo, unos ¢100 y mi hermano y yo comprábamos cosas y cocinábamos, nos ganábamos algo de platilla, esa fue la escuela”, recordó Banton mientras sazonaba los pescados con la mezcla de sal, pimienta y sazón completo.
“La comida es parte esencial de la cultura. Antes se montaba una ollota de rondón y todo el mundo estaba invitado. Cada quien se traía su tacita con algo para compartir, se promovía esa unión. Creo que es algo importante de nuestras costumbres”, agregó.
En un sartén caliente, Banton aplicó un secretito de la gastronomía caribeña: poner a “quemar” el curry con un poquito de aceite normal de cocina y otro tanto de aceite de coco para que la especie intensifique más su sabor. Después de este proceso inmediatamente se agregan los demás olores para saltearlos, así como dos chiles chombos (uno entero picado con huequitos y otro partido por la mitad).
Estos sabores vienen siendo lo mismo que la sazón que le aportaron sus tradiciones y herencias familiares a la carrera artística de Banton. “En Limón todo es música, aunque no haya ni un cinco y las cosas no estén muy bien, todo es una vibra positiva. En mi casa mis papás tenían un equipo de sonido y todo el día era soca y reggae parejo, de vez en cuando por allá la salsa y el merengue, pero uno desde chamaquito viene con la música adentro”, explicó sobre su relación con la música y que lo llevó a convertirse en uno de los referentes del género urbano en el país.
Mientras el cantante seguía narrando su historia, la preparación de la receta no se detuvo. A los olores salteados se le agregó la leche de coco y un poquito de agua, se dejó hervir por un rato a fuego alto para que el coco “se separe”. Después del hervor se agregaron los pescados y se tapó la sartén para que la carne se cocinara al vapor y con la salsa.
Hablando de la receta, no hace falta nada más. Sin embargo, el cantante nacional afirmó que al arte y a los artistas caribeños, sí les hace falta apoyo y difusión.
“Personalmente pienso que hay que hacerlo todo más mainstream, no dejarlo allá en Limón como si fuera algo muy lejano. Falta promoción para que dentro y fuera de nuestro país conozcan sobre lo que se hace en el pueblo. Hay que darle más pelota, reconocer que Limón es parte del país y que su cultura también aporta a la sociedad costarricense. Hay que promocionar más el turismo en el Caribe, explotar la cultura que es parte de Costa Rica. La gente sabe poco de la cultura y es porque no se le educa, hay que mostrar más”, aseveró.
Cuando ya la preparación estaba hirviendo y el olor a coco y chile impregnó la blanca cocina, Banton tuvo la gran ayuda de un pequeño chef. Su hijo Ayden se subió a una silla, se puso los guantes y comenzó a jugar con unos coditos de pasta mientras su papá terminaba de cocinar el pescado.
“Hay que ser muy cuidadosos de transmitir nuestras tradiciones porque siento que se han venido diluyendo un poco nuestras costumbres en las nuevas generaciones, que parece que no tienen mucho interés en ciertas cosas. Estos chamaquitos de ahora uno los mete a la cocina y no van a saber ni por dónde empezar. A los míos yo los pongo, mis hijas saben cocinar y hasta el chiquitillo se apunta”, afirmó.
Con Ayden como el mejor ayudante, el cantante por fin dio el visto bueno de su receta cuando probó un poco de la salsa y corroboró que el pescado estuviera en su punto. Ya por sí solo el cover cocunut steam fish es una delicia, pero puede acompañarse por arroz blanco y fruta de pan.
Pan casero ganador
En la vida de la atleta costarricense Cheryl Bryden hay valores muy arraigados, como la disciplina y el respeto. Gracias al amor y al cuidado de su familia, Cheryl aprendió muchos de esos valores que son indispensables, pero el deporte los complementó con otras enseñanzas que han servido para que la joven de 20 años afronte la vida desde su condición de mujer, negra y practicante de un deporte no tradicional como el rugby.
Desde hace tres años Cheryl es seleccionada nacional en este deporte y desde entonces se ha propuesto llevar con orgullo el nombre de Costa Rica a lo más alto. La vida de la deportista también tiene mucho que ver con la receta que nos preparó con un poquito (o mucha) de la ayuda de su mamá, doña Rowena Watson.
El amor por los deportes en Cheryl nació desde muy pequeña. Ella es la menor de tres hermanos y en casa siempre fueron importante las actividades físicas: jugó fútbol y también practicó atletismo, pero fue el rugby el que la encantó.
Cheryl puso manos a la masa, más bien a la harina para preparar unos sabrosos Johnny Cakes, una receta muy tradicional en su natal Limón y cuyo resultado es un delicioso pan un poquito duro por fuera, pero con una increíble suavidad interna. Cheryl, en tanto, es una jovencita con una dulzura que transmite desde su amplia sonrisa hasta el amor que profesa por su familia, sus tradiciones y, por supuesto, el rugby.
Pero vamos a los ingredientes del delicioso Johnny Cake. Harina, sal, mantequilla, leche de coco y polvo para hornear. Cheryl revolvió primero en un tazón los elementos secos, luego agregó la mantequilla y poco a poco comenzó a revolver. Este es un proceso lento, pero en las casas limonenses se hace con mucho amor.
“Este pan se hace para complementar comidas. Mi mamá nos ha contado que hubo momentos complicados donde lo que había era harina, mantequilla y leche y eso nos servía para comer. Es un pan sencillo, pero que tiene un gran sabor y alimenta bastante. A mí me gusta comerlo sin nada, pero se le puede poner cualquier acompañamiento como mantequilla, jalea o queso”, contó la joven mientras con sus manos le daba forma a la masa que ya tenía agregada la leche de coco.
La vida de Cheryl cambió de su querido Limón a Heredia cuando comenzó sus estudios. Actualmente ella y sus dos hermanos mayores viven en Barva porque desde ahí pueden desplazarse más fácilmente a sus universidades. La joven atleta estudia ingeniería en computación en la Universidad de Costa Rica y es parte del club de rugby Cadejos de Santa Ana y también de la Selección Nacional, donde juega en la posición llamada wing (la que más corre).
La vida de la joven limonense es de mucho esfuerzo, pues sale todos los días muy temprano para ir a clases, durante el día cuando tiene intervalos entre lecciones va al gimnasio y entrena por las noches. “Más allá de ser un sacrificio, es un estilo de vida. Los fines de semana aprovecho para estudiar y hacer tareas, no es nada fácil y a veces a uno se le va la motivación, pero en la vida no todo puede hacerse por motivación, sino que también por disciplina; eso es algo que me ha enseñado el deporte”, dijo.
Tras un buen rato de amasar, Cheryl pidió ayuda de manos expertas. Doña Rowena estaba vigilando que la preparación de su hija fuera por buen camino y en un momento fue ella quien puso manos a la obra. Ya cuando la masa estaba en su punto (ni muy líquida, ni muy espesa y que se pudiera manejar con facilidad), comenzó el proceso de hacer las bolitas de pan. En una bandeja, la atleta colocó una bolita al lado de la otra.
“Mi familia es muy unida, siempre estamos pendientes de los demás sin importar que estemos lejos físicamente”, contó Cheryl.
El pan entró al horno. Al poco tiempo el típico olor a pancito recién horneado nos embargó en la casa de Cheryl. Mientras esperábamos unos 15 minutos a que la preparación estuviera lista, tomamos un buen vaso (varios) de hiel, también conocida como agua de sapo.
Con los pancitos recién salidos del horno, calientitos y listos para comer, Cheryl recordó la importancia de los aportes que la cultura afrodescendiente le ha dado a Costa Rica. Además reconoció que la región necesita más apoyo en diferentes ámbitos, como el deportivo y la educación.
“Hay muchas áreas en las que hace falta el apoyo. Es necesario que las autoridades y los costarricenses se acerquen, que conozcan la cultura y los logros que hay porque si se acercan y ven todo eso nos apoyarían más. La región necesita que vuelvan la mirada hacia ella también”, dijo.
“La cultura afrocostarricense tiene muchísimos valores muy fuertes, empezando desde la validez del esfuerzo, la familia, la unión comunitaria para contar con otras personas. También el hecho de creérnosla mucho porque cuando, por ejemplo, yo voy fuera del país y dejo un poquito de mi cultura para que otros aprendan de ella, lo hago con mucho orgullo”, afirmó .
Peanut Punch, una mezcla de culturas
Si hay algo que distingue a los hermanos Toledo y DJ P es su inconfundible buen humor y sabor. Sus nombres los relacionamos con la música tica, ya que son dos referentes del género urbano en Costa Rica.
La mezcla de raíces que recorre en la sangre de estos dos hermanos es un buen ejemplo de la pluriculturalidad que tenemos los costarricenses, algo así como la receta del Irish Moss Peanut Punch que prepararon para mostrar un poco de la gastronomía afro del país.
La mezcla de maní, tres tipos de leche, cerveza negra, avena, canela y nuez moscada con el ingrediente secreto de la sea moss (un alga marina rica en propiedades buenas para la salud), es una de las bebidas más tradicionales de la cultura afro que incluso se le daba a los más pequeños de la casa como un suplemento alimenticio.
La familia Wolbrom Prescod tiene raíces muy variadas: el padre de Toledo y P es judío nacido en Inglaterra, su madre es de Barbados. Toledo nació en Inglaterra, P en Costa Rica pero los dos fueron criados en suelo tico.
El sabor del Peanut Punch (que al agregársele la sea moss cambia su nombre a Irish Moss) es delicioso; una bebida muy refrescante, especial para los días de calor o para departir por las tardes en una reunión familiar.
“Mi abuelo me había enseñado a hacerlo. Cada país del Caribe lo hace diferente, cada uno tiene su toque. En Trinidad y Tobago lo hacen de una manera, en Jamaica de otra, en Limón es el estilo más a lo jamaicano; pero al final la base es la misma”, contó Toledo.
“Los ingredientes tienen muchas funciones, se dice incluso que es afrodisíaco”, agregó P. Esta función la confirmó Toledo al decir que él la toma muy seguido y que ya tiene cuatro hijos.
En un pichel de licuadora se agregan todos los ingredientes. Una bolsa de maní sin sal, una taza de avena, media cerveza negra, un poquito de leche condensada, otro poco de leche evaporada y otro más de leche normal. Una pizca de nuez moscada y otra de canela, más hielo.
“La cerveza negra es el ingrediente que le da el kick final”, dijo P.
“La sea moss es un alga de mar que se compra en línea, no es fácil de conseguir. Viene seca y la forma de arreglarla es echarla en agua con limón, se deja toda la noche y al día siguiente se lava y se licúa para que salga ese gel. Tiene un montón de beneficios para el cuerpo”,explicó Toledo.
Según el cantante, en su familia la acostumbran a tomar porque es buena para combatir la anemia o la debilidad; también hay quienes la beben como energizante natural.
Mientras la mezcla se licúa, los hermanos recordaron cómo en su casa todas las culturas de las que ellos son resultado siempre fueron importantes para sus carreras artísticas y vidas personales.
“Mi mamá es caribeña de Barbados y mi papá es de Inglaterra, entonces en la casa había dos mundos totalmente diferentes, pero unidos. Lo latino fue como adoptado, todo conjugó bien. En cuanto a la música en la casa sonaba R&B, soca, reggae, Bob Dylan o Queen, era como una olla de carne con un montón de ingredientes y este es el producto que salió de esa receta”, recordó P, quien como su hermano también se dedica a la producción musical en su estudio Ruff & Tuff.
Eso en la parte musical, pero la gastronomía también ha sido fundamental en la promoción de los valores de la familia de estos dos artistas. Incluso, Toledo y P son grandes cocineros y ahora ellos son los encargados en la reuniones familiares de preparar los alimentos para compartir.
“No es un secreto para nadie que nos gusta comer bien, solo calidad. Pero en torno a la comida siempre destaca lo más importante que es la familia, es lo número uno. Siempre están los abuelos o la gente mayor que son los que hacen la conexión para unirnos a todos”, dijo P.
Ya la preparación está lista; no es necesario tomarse un litro de esta, con un vasito está más que bien. “Hay gente, como mi mama, que le pone huevo crudo, pero a mí esa vara no me cuadra”, agregó Toledo entre risas.
Esta preparación, como mucha de la cultura y las tradiciones afrocostarricenses son parte del ser nacional y, como explicaron los artistas, nace desde una misma cuna: África.
Toledo agregó que toda la música viene de África, los sonidos de los tambores, el patrón del tumpa tumpa que sirve de base para muchos géneros. Al final los cantantes concuerdan en que las raíces de todos son las mismas, pero que las ramas de los árboles crecen en diferentes direcciones.
“El impacto caribeño en el país es fuerte. La gente cree que en Limón solo es reggae, pero no, la salsa también por ejemplo es muy fuerte. Todo es cuestión de cultura, todos somos la misma vara, aquí la diferencia no es de color, es de cultura. Al fin de cuentas usted creció comiendo picadillo de chayote, nosotros bacalao con jaquí, entonces lo importante es conocer”, dijo el cantante.
Otro punto en el que están de acuerdo los hermanos con los demás invitados a este reportaje gastronómico es la falta de promoción positiva para la región limonense. “Muchas personas van a Puerto Viejo o a Cahuita por el de boca en boca, no porque haya buena publicidad. Tengo amigos que vienen de Europa y cuando compran el tiquete de avión les dicen que no vayan a Limón. Pero quienes van y conocen, quedan enamorados de todo, de la cultura, de la comida y de la buena vibra”, concluyó Toledo.
Las reflexiones de los hermanos son muy válidas y al sabor de un vaso del Peanut Punch tomaron más seriedad.
Un rondón, unos camarones en salsa caribeña, un pescado al curry, un Johnny Cake y un sabroso Peanut Punch nos demostraron, a partir de la gastronomía, parte de la riqueza del aporte de la cultura afrodescendiente para los ticos. Para cerrar con este especial cabe destacar una frase muy importante que nos hace valorar nuestras raíces: “sin tradición no hay vanguardia”.
Recetas
Rondón
Ingredientes:
- Leche de coco.
- Carnes: res, pollo, cerdo, pescado.
- Verduras;: las que quiera utilizar, por ejemplo: yuca, papa, plátano verde, camote.
- Dumplings: bolitas de harina con agua y sal.
- Chile panameño.
Preparación:
- Hervir agua con una parte de la leche de coco.
- Agregar las carnes, un poco de sal y las verduras más duras como la yuca.
- Llevar la sopa a hervor y agregar las verduras más suaves.
- Agregar el resto de la leche de coco y el chile panameño (cuidar que no se abra) y el pescado.
- Cocer al menos una hora y media a fuego medio.
Camarones en salsa caribeña
Ingredientes:
- Camarones.
- Aceite de coco.
- Leche de coco.
- Chile panameño.
- Jugo de tomate.
- Olores: chile dulce, cebolla, ajo, culantro castilla, culantro coyote y ajo.
- Sal, pimienta.
- Mantequilla.
Preparación:
- Limpiar los camarones.
- Poner la fruta de pan en agua con sal.
- Saltear los olores y el chile panameño en aceite de coco.
- En otro sartén saltear los camarones con un poquito de mantequilla.
- Manteca.
- Revolver los olores con jugo de tomate y leche de coco. Después agregar los camarones y dejar hervir.
- La fruta de pan se fríe a fritura profunda con manteca.
Cover cocunut steam fish
Ingredientes:
- Pargo.
- Olores: cebolla, cebollino, chile dulce, ajo, apio, tomillo.
- Curry.
- Chile panameño.
- Sal, pimienta y sazón completo.
- Chile panameño,
- Leche de coco.
- Aceite de coco.
- Salsa de soya.
Preparación:
- Sazonar los pescados con la mezcla de sal, pimienta y sazón completo.
- Quemar el curry en un sartén con un poco de aceite normal y aceite de coco.
- Saltear en esa mezcla los olores y dos chiles chombos.
- Incorporar la leche de coco y un poco de agua. Dejar hervir.
- Agregar los pescados y un poquito de salsa de soya. Tapar el sartén para que se cocinen al vapor.
Johnny Cake
Ingredientes:
- Harina.
- Sal.
- Mantequilla.
- Leche de coco.
- Polvo para hornear.
Preparación:
- En un tazón mezclar los ingredientes secos luego agregar la mantequilla y amasar.
- Incorporar la leche de coco y terminar la masa.
- Formar bolitas.
- Poner la preparación al horno al menos 15 minutos.
Irish Moss Peanut Punch
Ingredientes:
- Maní sin sal.
- Avena.
- Leche condensada.
- Leche entera.
- Leche evaporada.
- Nuez moscada.
- Canela.
- Cerveza negra.
- Sea moss (opcional).
- Hielo.
Preparación:
- En una licuadora mezcle todos los ingredientes a su gusto.