Los creadores de contenido entienden que el negocio del futuro (y del presente) está en las pantallas. Es un mundo en donde reinan los denominados ‘influencers’, quienes logran vivir a partir de sus publicaciones en Instagram, Facebook, TikTok y otras plataformas digitales. El anhelo de tener millones de seguidores dentro y fuera de Costa Rica es el pan de cada día, y la evidencia está en el deseo de todos los mortales que buscan esa vida.
Pareciera que subir videos a diario es la puerta al cielo o, al menos, a una existencia mucho más cómoda y sin tantas complicaciones. Sin embargo, lo cierto es que subsistir de las redes sociales tiene más ficción que veracidad. Antes de que un ‘influencer’ pueda posicionarse como un referente en algún tema, con millones de seguidores que lo respalden, deben cumplir ciertas etapas que van más allá de preocuparse por los clicks.
Roberto Biasetti, profesor de publicidad en la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica (UCR), explicó que la principal forma de generar ingresos a través de redes sociales en Costa Rica es colaborar con marcas o empresas.
Los creadores de contenido utilizan sus redes para promocionar algún producto o marca, mediante convenios previamente establecidos. Según Biasetti, esto usualmente se determina a partir de las métricas de la cuenta (seguidores, likes e interacciones), pero también depende de la afinidad del influencer con la personalidad y valores de la compañía.
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Por ejemplo, si una empresa de cocina desea promocionar una receta, es probable que busque a un creador de contenido especializado en gastronomía. En este caso, el número de seguidores puede que no sea un determinante a la hora de firmar el contrato, siempre y cuando su audiencia pertenezca a un nicho específico de consumidores de comida.
De aquí surge el tema de las tarifas. Este aspecto se ha construido entre los propios creadores de contenido, ya que no existe un método específico o una base establecida para cobrar por sus servicios. En su lugar, dentro del mismo gremio, los influencers se consultan a sí mismos cuánto cobran por publicar historias de Instagram, TikToks o imágenes sencillas en sus redes sociales, por nombrar algunos ejemplos.
Estos montos se ajustan según el perfil de cada creador de contenido, explica Biasetti, lo que significa que no todos cobran lo mismo. Las marcas usualmente buscan un “combo” de materiales que incluya contenido tanto para Instagram como para TikTok, que son dos de las plataformas más influyentes, por lo que podrían estar dispuestas a pagar más por este tipo de paquetes.
En esos casos, los paquetes pueden oscilar entre $100 y $1.000, dependiendo en gran medida del alcance que tenga el creador en sus cuentas y del presupuesto de las marcas.
Los convenios entre los influencers y las marcas se realizan, en su gran mayoría, porque las cuentas de redes sociales creadas desde Costa Rica no son elegibles para monetizar en aplicaciones como TikTok, Instagram y Facebook, ya que el país representa un mercado muy pequeño para esas empresas.
Caso contrario ocurre en YouTube, ya que esta red social sí permite monetizar en el país. Eso sí, para ello, es necesario que las personas cumplan con un mínimo de 1.000 suscriptores en el canal y 4.000 horas de reproducción en sus videos. Después de cumplir con esos requisitos, las ganancias se fijan a partir del tipo de contenido, el público del canal, el idioma y la zona geográfica.
En Costa Rica, un “socio” de YouTube podría ganar entre 1 a 4 dólares por 1.000 visualizaciones en cada video. En esto también entra en juego la cantidad de seguidores que tiene, por lo que entre más popular sea el canal, mayores serán las posibilidades de generar ingresos.
“Creo que hay una ventaja para las personas que originalmente vienen o están en la televisión o en medios tradicionales, porque hay como una percepción que son parte de los clientes que tienen una base de seguidores más grandes. Fuera de eso, yo siento que no hay un estándar o una regla de cómo se cobra en redes sociales”.
— Roberto Biasetti, profesor de publicidad en la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (UCR).
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¿Es más difícil ser famoso en una red social que otra?
El éxito de cualquier persona en redes sociales recae en el tipo de contenido que comparte. Suena obvio, pero se requiere de creatividad y astucia para publicar materiales que sean interesantes y originales. Si se cumple con esta fórmula y se vence a los miles de competidores que persiguen el mismo objetivo, eventualmente se puede construir una audiencia sólida y leal.
Según Biasetti, la frecuencia de publicación es uno de los factores más importantes a la hora de generar contenido. No solo ayuda a que los espectadores comiencen a reconocer al creador, sino que los algoritmos también identifican los niveles de interacción y promueven el contenido a nuevas personas, para que entonces crezca su público.
Aunque no existe una respuesta definitiva sobre si es más fácil o difícil ganar seguidores en una red social en comparación con otra, Biasetti afirmó que, en ocasiones, sí es más sencillo obtener clics. En su experiencia, un video en Instagram puede generar 50.000 visualizaciones, mientras que el mismo audiovisual puede alcanzar 300.000 vistas en TikTok.
Aun así, las redes sociales son el negocio de hoy. Ya es normal que empresarios de industrias como bienes raíces compartan sus ofertas a través de videos, para alcanzar a un público mucho más amplio, cuando antes dependían del boca en boca.
Lo mismo ocurre con las recomendaciones de restaurantes, que pueden llenarse o vaciarse según lo que se diga de ellos en redes sociales. En cuestión de horas, la reputación de un negocio puede elevarse o derrumbarse por lo que se externe en las plataformas digitales.
Lo que es cierto, según el profesional en mercadeo, es que las redes sociales se están convirtiendo cada vez más en un terreno exclusivo para los creadores de contenido. Las personas promedio parecen tener menos espacio en estos sitios digitales, ya que los influencers los “saturan” con anuncios o sus proyectos propios que se viralizan.
Sin embargo, hasta que no nazcan nuevas plataformas digitales con otros algoritmos, los costarricenses más seguidos en redes sociales continuarán atrayendo a más personas, que se interesan cada vez más en su contenido.
“Las personas que hacen contenido regular, como que le toman una foto a su perrito y eso es todo lo que quieren subir, están sintiendo que ninguna de las plataformas se ajusta a sus necesidades. Se habla a nivel académico de que hay una posibilidad de que vengan nuevas redes sociales que sean más orgánicas y auténticas para “personas promedio” (...). TikTok está metiendo publicidad, que es el principio de su fin como le pasó a Instagram. Por eso llegará otra nueva que venga a sustituir TikTok, pero de momento TikTok sí es la red social yo diría que por excelencia”.
— Roberto Biasetti, profesor de publicidad en la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (UCR).