Desde hace 38 años, Karen Salstein empezó a visitar Costa Rica. En la ciudad de Miami, Florida, tenía su clínica especializada en medicina china, pero cada vez que venía a nuestro país sentía que se llenaba de una energía revitalizadora.
“Cuando llegué aquí, Costa Rica me pareció hermoso, me encantaba que los animales corrían libres, me pareció que era un país muy cercano a la madre naturaleza. Siendo yo una mujer de ciudad, todo era muy diferente para mí, yo solía tenerle miedo a todos los insectos y a las lagartijas, pero ahora todos son mis grandes amigos aquí”, cuenta Karen.
Con los años, las visitas a Costa Rica se hicieron cada vez más frecuentes, incluso, cuando estaba embarazada de su hijo o quería huir del estrés de la ciudad, gozaba de la conexión directa con la naturaleza que le brindaba nuestro país.
“Luego mi hermano se casó con una tica, así que siempre volvíamos. Fue así como empecé a tener planes de retirarme en Costa Rica”, recuerda esta entusiasta mujer, quien actualmente es la propietaria de un negocio familiar ubicado en Tamarindo y que, con orgullo, promocionan como el primer hotel vegano de nuestro país.
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Mother Earth Vegan Hotel es el nombre del que es considerado, por la comunidad vegana nacional e internacional, como un paraíso en la Tierra. Desde marzo anterior este hospedaje comenzó a recibir visitantes de todos los rincones del mundo, a pesar de que su apertura oficial está prevista para diciembre próximo.
Pese a esta entusiasta respuesta, tener un hotel en el que pudiera compartir su forma de ver el mundo nunca estuvo entre los planes originales de Karen.
“Hace cinco años decidimos comprar una propiedad como inversión en Tamarindo, la idea era retirarnos aquí algún día. Pero también decidimos construir una casa para no tener que pagar hotel cuando veníamos de visita”, rememora.
“El hotel nunca fue nuestro objetivo o visión. Quizá sí, alguna vez pensé en montar una clínica de medicina china aquí, y algún día lo vamos a hacer, pero un hotel... no”, narra esta mujer que también es una ávida escritora.
“Mi madre se enfermó y le dieron solo seis meses de vida, pero gracias a la medicina china vivió por seis años más, así que compramos la propiedad a un costado para construirle una pequeña casa a mi madre porque ella se sentía mejor cuando estaba en Costa Rica”.
“Luego murió mi madre... aunque ella está aquí siempre con nosotros. En el tercer piso de la casa, (que hoy es el hotel) estaba mi habitación principal y muchas lágrimas se derramaron en esas gradas mientras procesaba el duelo de perder a mi madre, hasta que mi sobrina Fanny me dijo un día que ya era suficiente. Fue muy difícil para mí y me enfermé producto del estrés, así que la casa se convirtió en un lugar de curación y Costa Rica en mi lugar de sanación. Me encontré a mí misma aquí, Costa Rica me salvó la vida”, afirma llena de positivismo.
Bendición en media pandemia
Karen se describe como una persona muy espiritual y considera que todo sucede porque Dios tiene un plan. Por eso no le sorprendió cuando, en febrero del 2020, vino de visita a Costa Rica como parte de su sus planes iniciales para empezar a mudarse a Tamarindo.
“Vine a Costa Rica para planear mi mudanza y me quedé atrapada por la pandemia, mi hijo ya estaba acá, que es el que hace las pinturas del hotel, mi sobrina estaba aquí y su madre. El diseñador también estaba acá y yo tenía un tiquete para devolverme a Miami para traer al tercero de mis perros, pero fue cuando todo se cerró. Todo eso se convirtió en la historia más bella, porque todos estábamos juntos aquí”, relata Karen.
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La pandemia también les regaló, a “las tres mujeres fuertes de la familia”, tiempo para pasar juntas. Casualmente Karen, su sobrina Fanny Salstein y la madre de esta, la costarricense Mercedes Bustamante, habían hecho planes de hacer un viaje para fortalecer su lazo.
“Nos habían recomendado ir a Big Sur, en California, para acercarnos y sanarnos pero nunca fuimos, pero Dios tenía el plan de atraparnos a todas en Costa Rica. No fue sencillo, porque somos muy fuertes todas, pero se convirtió en un gran proceso de acercamiento y sanación. Así que teníamos nuestra casa para nuestra familia, junta por primera vez en 20 años. Era hermoso, con todo lo bueno y lo malo, muchas risas y llantos... ese el principio de nuestra casa de sanación y lo divertido es que el hotel nunca fue nuestro objetivo”, recuerda Karen.
“Cada día que pasas en la naturaleza de Costa Rica, estás en el país de Dios, en un ambiente muy sanador. Yo como estadounidense lo veo, porque todas estas personas vienen al hotel en búsqueda de la luz y la verdad, vienen buscando una versión mejor de lo que son y el mejor consejo que les puedo es que empaquen todas sus porquerías y vénganse, es en serio, porque creo en esto, aquí podrán encontrarse a sí mismos, encontrar a Dios...”
— Karen Salstein, propietaria de Mother Earth Vegan Hotel, en Tamarindo
En medio del confinamiento, empezó a tomar fuerza la idea de compartir sus bendiciones y su visión con el resto del mundo. Fue así como la casa empezó a transformarse en un hotel vegano de alta gama.
“Todas las mujeres somos la Madre Tierra, nuestra misión es nutrir, sostener y hacer crecer al mundo y fue así como surgió el nombre del hotel, ME son las iniciales de Mother Earth (Madre Tierra) y ME, que significa yo en inglés, es una palabra muy egoísta porque todo suele ser yo, yo y yo. Pero un día, mientras trabajábamos en el proyecto, teníamos miles de nombres y una tarjeta se salió de mi bolso y tenía en grande las letras ME. Fue como el plan de Dios funcionando porque era una cartera que nunca usaba, pensamos que era una señal y así salío el nombre”, relata Karen.
“Costa Rica es uno de los paraísos naturales del mundo y cada día te hace recordar que somos parte de la naturaleza porque la tienes en frente y somos parte de ella”, afirma por su parte Fanny, quien es la encargada de mercadeo del hotel y, aunque vive actualmente en Londres, pronto hará de Costa Rica su hogar.
Esencia vegana
Los veganos son aquellas personas que, a diferencia de los vegetarianos, no utilizan ningún tipo de producto que contenga ingredientes de origen animal ni tampoco que hayan sido usados durante su fabricación. Por ejemplo, no utilizan nada que tenga cuero.
Aunque el ser vegano va más allá de la comida, en el restaurante del hotel encontrará platillos que no tienen nada que envidiarle a las recetas tradicionales.
Alitas Búfalo elaboradas con coliflor y no con pollo; pastelillos de ‘cangrejo’ hechos con palmito y no con cangrejo; un ceviche de hongos con limón y culantro - sin pescado ni mariscos- y hasta vino vegano forman parte del menú.
De acuerdo con Karen, aunque ha habido un avance, Costa Rica no es un país que ofrezca muchas opciones a la comunidad vegana.
“En nuestro menú utilizamos palabras fuertes, porque nuestro ideal es educar a las personas que no son veganas de que no somos como conejos que pasan solo comiendo frutas y vegetales todo el día. Hemos tomado los ingredientes para elevarlos a platillos de calidad de un restaurante de cinco estrellas”, resaltó Karen.
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Sin embargo, su filosofía vegana no se limita al menú. Las modernas instalaciones de este hotel familiar, estilo boutique, fueron pensadas para convivir en armonía con la naturaleza.
La familia se aseguró de que cada elemento del hotel cumpliera con todos los requisitos para garantizar su operación. Desde la ropa de cama, las almohadas, los muebles y los productos de limpieza, todos se escogieron porque carecen de cualquier ingrediente animal.
“Todas las decisiones que se toman se centran en el veganismo, no utilizamos nada de cuero, ni plumas. Cuando vas a un hotel de lujo tienen almohadas de pluma de ganso y nosotros tuvimos que buscar opciones veganas para ofrecer el mismo nivel de comodidad, pero sin impactar a los animales”, afirmó Fanny.
Esta filosofía, como se mencionó antes, incluye también el vino. “Mi sobrina es sommelier y yo, como antigua bebedora de vino, no sabía porqué me daban migrañas cuando tomaba vino aún cuando se trataba de vino orgánico. La diferencia es que todo vino, aunque diga que es orgánico, no es vegano”, relató Karen.
“El uso de productos animales en la fabricación del vino tiene que ver con la parte de filtración para remover todas las partículas. Históricamente se han utilizado cáscaras de huevo o escamas de pescado como parte del material para aclarar el vino, pero los vinos veganos utilizan guisantes para este proceso”, explicó Fanny.
En su caso, el ser hija de una mujer costarricense también le permitió aportar ingredientes autóctonos para el menú. “Como tica, conozco muchas frutas que ellos nunca han probado y desconocen sus nutrientes. Es maravilloso porque logré incorporar el legado costarricense al menú con ingredientes como la flor de Jamaica, el cas y muchos otros”, detalló Fanny.
Asimismo, la administración del hotel también apoya a los productores locales, pues para sus platillos adquieren ingredientes como hongos ostra y palmito que cuenten con certificaciones de cultivo orgánico.
Incluso, hasta los diseñadores ticos se han visto beneficiados.
“Trabajamos con diseñadores locales, así que los muebles son hechos a mano por artesanos de la zona. Los productos de limpieza tienen que estar certificados de que no se hicieron con pruebas en animales y les podemos garantizar de que no hay ningún producto animal en el hotel”, añadió Fanny.
El hotel también está comprometido con la sostenibilidad, ya que utiliza energía solar. Además tiene una política de cero desperdicios en su restaurante y un sistema que recicla el agua que se utiliza en la lavandería o en la limpieza de platos. El agua que proviene de estos servicios es utilizada como fuente de irrigación de los jardines, mientras que la piscina utiliza agua salada natural.
Con 14 habitaciones de lujo -con terraza privada incluida-, un estudio para yoga y sanación en la azotea, Mother Earth se ha convertido en una parada obligatoria para la comunidad vegana, quienes han corrido a visitarlo desde todas partes del mundo.
“Ofrecemos un lugar para estas personas que tienen un estilo de vida distinto, para que puedan venir a Tamarindo, que se puedan sentir cómodos y disfrutar de toda la naturaleza. Sabemos que en eso Costa Rica tiene mucho que ofrecer, pero la idea es que este tipo de turismo no tenga que sufrir con opciones de comida no saludable o que los turistas tengan que pasar hambre”, afirmó Fanny.
“Los estadoundienses que vienen de vacaciones están muy estresados. Yo les digo que si toman un mes y se hacen uno solo con la tierra de Costa Rica y aprovechan todo lo que tiene que ofrecer, su tierra, sus frutos, los animales, su gente hermosa, no van a querer regresar. Yo lo escucho todo el tiempo, los turistas siempre vienen una semana y dicen que les encantaría quedarse más tiempo y es lindo poder compartir la bendición de la Madre Tierra con ellos. Así que es una opción, pueden venir y lograr un cambio o quedarse en lo mismo y morir como todos los demás”, resalta Karen.
“La Madre Tierra está muriendo y si ella muere, nosotros que somos sus criaturas también morimos. En este momento está en labores de parto y alguna gente no lo logrará”, finalizó Karen.