La indignación del mundo se viralizó en cuestión de días y se volvió incontenible en cosa de horas. El estupor y el enojo han ido aumentando conforme se conocen dramáticos y desoladores detalles de lo que están enfrentando los cientos de niños separados de sus padres cuando estos, inmigrantes ilegales, intentaban ingresar en territorio estadounidense.
Los titulares, fotografías y audios que le dieron la vuelta al mundo en los últimos días, con énfasis en las recientes 24 horas, sumieron al presidente Donald Trump en una crisis de tal calibre que este miércoles, azuzado incluso por su esposa Melania, su hija Ivanka y por miembros del propio partido Republicano, firmó un decreto en el que echó marcha atrás y estableció que ya no habría más familias separadas.
La pregunta es si el daño ya está hecho y si esta vez, no fue demasiado lejos, lo cual es mucho decir cuando se habla de Donald Trump.
Las dolorosas y tenebrosas historias sobre todo lo ocurrido apenas están empezando a revelarse. “EE.UU. usa jaulas para niños migrantes como las que usó contra talibanes”, fue uno de los titulares que terminaron por desatar protestas de miles alrededor del mundo, desde el expresidente Barack Obama hasta el Papa Francisco.
Es imposible, hay que decirlo, repasar el acumulado de historias, para efectos de escribir esta recopilación, sin lidiar con un nudo en la garganta permanente y hasta con sollozos ahogados. Es demasiado fuerte lo que han vivido estas familias durante las últimas semanas, más aún por lo surrealista que se vuelve el hecho de que ocurra en este continente y nada menos que en Estados Unidos.
Que lo diga la reconocida periodista estadounidense Rachel Maddow, quien conduce un programa de televisión desde el 2008 por la cadena MSNBC (The Rachel Maddow Show), quien empezó a leer una información sobre los bebés y niños un poco más mayores separados por su familia, y tras varios valientes intentos por contener el llanto, finalmente no lo logró, se disculpó y pidió el corte de la transmisión.
“También hay bebés y niños pequeños en estos centros”, añadió. Las autoridades han divulgado imágenes de los centros que retienen niños varones, pero el público no ha visto las de niñas ni bebés, aseguró AFP.
La separación familiar lleva años ocurriendo, pero era aplicada a discreción de los agentes de la patrulla fronteriza hasta el 5 de mayo, cuando el presidente Donald Trump implementó una política de “cero tolerancia”. Desde entonces, mas de 2.300 niños fueron separados de sus padres.
Desde esa fecha, los inmigrantes que entran a Estados Unidos ilegalmente por el límite con México, así como los que lo hacen pidiendo asilo, son enviados a un “centro de detención” de la patrulla fronteriza.
Allí, son retenidos en espacios cercados por vallas metálicas, divididos por edad y género. Los hermanos también pueden quedar separados. Esto puede durar 72 horas, hasta que el caso es resuelto o los niños son enviados a refugios del Departamento de Salud.
Como estos centros de detención temporal comenzaron a desbordarse por la llegada continua de niños separados de sus padres, surgieron nuevas soluciones del gobierno.
En el desierto de Chihuahua, todo lo que se ve alrededor es plano, marrón, con algunos arbustos a lo lejos y un horizonte líquido por el calor. Allí, en medio de la nada, las autoridades instalaron un campamento donde retiene a los niños “inmigrantes”, clasificados como “sin acompañante”.
En este nuevo campamento, se pueden contar al menos 18 carpas blancas, afirmó la agencia en su amplia nota de este miércoles. Agregó que por ahora alberga muchachos de 16 y 17 años, tiene unas 360 camas y se esperaba que alcanzara 4.000… al menos esa era la proyección que existía antes de que Trump reconsiderara, acosado por la presión, y firmara el freno de esta suerte de campos de concentración para inmigrantes. El albergue fue levantado la semana pasada en El Tornillo, un pueblo reseco cerca de El Paso, en el límite entre Texas y México.
Laura, de tres años, a la deriva
Siempre con información de AFP, en una nota también de este miércoles, titulada “Llanto, pánico y paranoia por política Trump de separar familias indocumentadas”, se reseñan algunos dramáticos casos de los miles de niños separados de sus padres.
Cuando la encontraron tenía tres años, estaba sola en un refugio sin saber de su madre, que entonces ya había sido deportada a Centroamérica. La historia de esta niña, a la que llamaron Laura, fue contada en una reciente manifestación en Los Ángeles por Jonathan Barrales, coordinador en el Centro Legal de los Defensores de “Inmigrantes” , quien visita albergues donde son colocados los menores mientras sus padres o familiares adultos son procesados por cruzar ilegalmente la frontera.
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“Lo que estamos viendo es realmente una tragedia”, expresó Barrales, que relató las historias de otra chiquilla que solo hablaba un dialecto indígena, de un niño que rogaba volver con su familia para su cumpleaños y otra que simplemente rompía en llanto cada vez que escuchaba la palabra “mamá”.
Era un grito desesperado como el que quedó registrado en un audio difundido esta semana por el reconocido sitio ProPublica que estremeció a Estados Unidos.
El prestigioso diario El País, de España, al igual que cientos de medios en el mundo reseñó, con tenor editorializante ante su indignación, lo ocurrido:
“El desesperado llanto de diez niños centroamericanos, separados de sus padres un día de la semana pasada por las autoridades de inmigración en la frontera, es una escucha atroz. Muchos de ellos suenan como si estuvieran llorando tan fuerte que apenas pueden respirar. Gritan “mami” y “papá” una y otra vez, como si esas fueran las únicas palabras que conocen.“¡Mami!”, “¡Quiero ir con papá!”, claman los pequeños en esta grabación desde el interior de una instalación de la Patrulla Fronteriza.
La voz de barítono de un agente de la Patrulla Fronteriza –ironiza El País-- retumba por encima del llanto. “Bueno, aquí tenemos una orquesta,” bromea. “Faltaba el maestro”
En las últimas horas también trascendieron los originales de dos desgarradoras cartas que evidencian el calibre de la presión y el sufrimiento al que están sometidos en sus países –y ahora, en su intento de ingresar a EE.UU.--
“Yo nunca pensé que íbamos a sufrir de esta manera, pero usted save que si no salíamos de Honduras usted y yo corriamos mucho peligro” (sic).
Este fue uno de los mensaje que BBC Mundo reprodujo literalmente y es parte de la carta que una mujer de Honduras, encerrada en un centro de detención de Texas, le ha pedido a su abogado que le haga llegar a su hija.
Las autoridades migratorias de Estados Unidos la separaron de la niña cuando la arrestaron y pusieron bajo custodia por “haber cruzado ilegalmente la frontera” con México.
La mujer, cuya identidad BBC Mundo no revela por seguridad, forma parte de los miles de migrantes separados de sus hijos en la frontera sur de EE.UU.
La autora de la carta que reproduce BBC Mundo no ha visto a su hija desde que fue detenida y las comunicaciones entre ambas están restringidas.
En el texto, la mujer describe una situación de malos tratos a manos de su pareja en Honduras.
“Ya nadie me va apegar (sic) ni a echarnos las cosas ala calle (sic) nos van aproteger (sic). Ya nadie nos va agritar (sic) ni aser (sic) más daño”.
“Yo solo quería proteger a usted”, le dice la madre a su hija, a la que alienta pese a las difíciles circunstancias que están pasando alejadas la una de la otra y ambas en manos de las autoridades de EE.UU.
“Aquí vamos a estar asalvo (sic)”, le asegura.
El abogado Richard De Anda, del gabinete De Anda Law, que representa a esta y otras mujeres inmigrantes en la zona de Laredo, espera poder lograr pronto su puesta en libertad y asegura que reúne todos los requisitos para obtener asilo en Estados Unidos.
Otra de las clientes de De Anda, siempre según BBC, está internada en el mismo centro penitenciario y también le entregó al abogado una carta manuscrita para que se la entregue a su hijo, un pequeño de 6 años que los agentes de Inmigración le arrebataron cuando la interceptaron.
El niño permanece retenido lejos de su madre, por lo que aceptó la sugerencia de su abogado de entregarle una carta manuscrita que él le haría llegar.
La situación de esta familia es, según relata el letrado, “terrible”.
“La pareja, con un bebé de 3 meses y un niño de 6 años, dejó Honduras después de que les mataran a un familiar. En la carretera entre Reinosa y Monterrey, en México, la madre y el niño de 6 años fueron secuestrados y el padre tuvo que pagar un rescate para liberarlos”.
Después continuaron el viaje por separado.
“Eres mi bendición”
Al padre con el bebé de 3 meses los agentes fronterizos estadounidenses le dejaron cruzar con orden de presentarse en Dallas, adonde decía dirigirse.
Pero la madre, que viajaba con el niño de 6 años, fue arrestada tras cruzar el Río Bravo el pasado 1 de junio y enviada al centro de reclusión en el que ahora se entrevista con su abogado y en el que escribió la carta.
“No sabes cuánto te extraño, eres mi bendición”, le dice a su hijo.
La mujer, cuya identidad también protege BBC Mundo como medida de precaución, le promete al niño: “Todo nos va a salir bien. Usted pidale (sic) siempre a papito Dios que lo cuide, lo proteja”.
La mujer le dice al crío: “No sabe cuantas ganas (sic) tengo de abrazarlo, darle muchos besos y hacer todas las cosas que le gustan”.
También se refiere a una conversación que el niño mantuvo recientemente con el padre en el centro en el que permanece internado.
Pediatras advierten daños sicológicos
Los pediatras alertan del “estrés tóxico” que padecen los niños detenidos en estos “centros de detención”, que albergan tanto a menores de edad que migraron solos, como a los que fueron separados de sus padres.
“Separar a los niños de los padres contradice todo en lo que nosotros creemos como pediatras”, dijo la presidente de la Asociación Americana de Pediatría (AAP), Colleen Kraft.
La AAP detalló en un comunicado que “el estrés tóxico, causado por la exposición prolongada a estrés intenso, tiene efectos nocivos para la salud a corto y largo plazo (...) que pueden contribuir a condiciones crónicas como depresión, estrés postraumático y enfermedades cardiovasculares”.
“Estos niños pasan por un proceso de estrés tóxico y trauma, porque no saben lo que va a ocurrir con ellos”, dijo Griffin a la AFP.
Los pediatras no tardaron en hacer petitorias para que estos centros contraten especialistas entrenados en cuidado infantil, que los reconforten y les expliquen lo que pasa.
“Pero cuando les decimos esto a los agentes, se molestan. Dicen que ese no es su trabajo, que ellos se ocupan de hacer cumplir la ley y que no tienen tiempo para esto”, aseguró Griffin.
Como pediatras, “sabemos el severo daño que esto está causando en este mismo momento a cientos y cientos de niños. Creo que somos mejores que eso. Como país, ciertamente creemos que todos los niños son valiosos”.
Aerolíneas protestan contra Trump
Paralelo a todo lo anterior, también este miércoles dos de las aerolíneas más importantes de Estados Unidos, United Airlines y American Airlines, tomaron distancia del gobierno de Donald Trump al denunciar la política de separación de familias inmigrantes que ingresaron clandestinamente a Estados Unidos, según comunicados replicados por agencias de noticias.
El comunicado de las aerolíneas trascendió solo horas después de que trascendieran imágenes de presuntos niños inmigrantes separados de sus padres llegando a un refugio de Harlem este miércoles por la madrugada, las que aumentaron la indignación contra la política de separación familiar de Donald Trump en Nueva York, que anunció una demanda contra el gobierno federal.
Un equipo de la televisión local NY1 filmó a un pequeño grupo de niñas que hablaban español y habrían sido separadas en la frontera llegando con un par de acompañantes adultos al refugio Cayuga Centers, en East Harlem, a eso de la 1 de la madrugada de este miércoles 20.
Un periodista de NY1 recibió informaciones de que estas niñas habrían sido separadas de sus padres en la frontera, pero no pudo confirmarlo oficialmente.
La cadena mostró imágenes de niños saliendo del centro una hora más tarde, con la cabeza cubierta con mantas.
Siempre según información proporcionada por AFP, las imágenes de niños llegando de incógnito en la noche a refugios en este feudo demócrata alimentaron la indignación. En las redes sociales, los neoyorquinos preguntaban por qué el estado aceptó recibir a estos niños en vez de reunificarlos con sus padres.
“Ahora sabemos de más de 70 niños que están en refugios federales en el estado de Nueva York y esperamos que ese número suba”, dijo Cuomo el martes en su cuenta de Twitter.
El director del Cayuga Centers de Harlem no confirmó directamente las informaciones de NY1 pero pidió a los medios “respetar” a los niños inmigrantes.
“Estos niños tiernos y vulnerables no merecen ser asustados”, dijo el director, Edward Hayes, al sitio de información neoyorquino Gothamist. “Sufren más a raíz de los periodistas que les persiguen con sus cámaras, que se parecen mucho a las pandillas armadas de El Salvador”, agregó.
Aseguró que su organización, que tiene un contrato con el gobierno federal para colocar a menores inmigrantes no acompañados en familias de acogida mientras se decida su suerte, “se va a ocupar bien de estos niños”.
Los infantes separados en la frontera son transferidos a centros de acogida en Nueva York u otros estados por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, un ente del gobierno federal que depende del departamento de Salud. Esta oficina, ORR por su sigla en inglés, se ocupaba hasta ahora de alojar de manera temporal a los “menores no acompañados”, es decir, menores que llegan solos a Estados Unidos, por ejemplo en centros como Cayuga, hasta que localiza a familiares con los cuales puedan vivir, o amigos de la familia que actúen como sus tutores. En caso contrario, los niños pasan a vivir en hogares de acogida.
“Pero estos no son niños no acompañados. Estos son niños que fueron separados de sus padres”, dijo Cuomo a la prensa local.
Según el diario New York Daily News, que cita una fuente federal, la población de menores no acompañados en Nueva York supera los 1.321 niños y de ellos 311 fueron separados de sus padres en la frontera.
Cuomo anunció que presentará en menos de dos semanas una demanda del estado contra la administración Trump “por violar los derechos constitucionales de niños inmigrantes y sus familias que han sido separadas en la frontera”.
La política del gobierno de Trump de destrozar familias es una falla moral y una tragedia humana”, dijo el gobernador.
Como varios otros estados de la costa este, Cuomo anunció el lunes que el estado se negaría a desplegar fuerzas de la Guardia Nacional estadounidense en la frontera con México “para no ser cómplices de esta tragedia humana”.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, también reaccionó a la noticia. “Quiero ver todo lo que podemos hacer para impedir que la ciudad de Nueva York sea usada como un lugar para enviar niños separados de sus padres”, dijo el alcalde a la prensa local el martes.
Trump: “No me gustaba ver a las familias separadas”
El presidente Donald Trump en un principio insistió en su política de separación de familias inmigrantes en la frontera y exhortó al Congreso a solucionar con una ley el tema, pero este miércoles cedió y firmó el ya mencionado decreto para ponerle fin.
De acuerdo con datos oficiales entregados al Senado, 2.342 menores inmigrantes fueron separados de sus familias al ingresar clandestinamente al país entre el 5 de mayo y el 9 de junio.
“No me gustaba ver a las familias separadas”, dijo Trump al firmar el decreto en la Oficina Oval, luego de insistir durante semanas en que estaba obligado por ley a apartar a los niños de sus padres.
“Creo que cualquiera con un corazón podría actuar de la misma manera”, agregó, y señaló que su hija Ivanka y su esposa Melania tenían sentimientos “muy fuertes” sobre el tema.
Sin embargo, subrayó que la lucha contra la inmigración ilegal en la frontera será “igualmente dura, si no más dura”.
“Debemos mantener nuestras fronteras fuertes. O seremos invadidos por el crimen y por personas que no deberían estar en nuestro país”, dijo Trump durante una reunión realizada más temprano con legisladores republicanos en la Casa Blanca, que fue televisada.
Antes de que Trump anunciara el decreto, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, había dicho que el jueves someterá a votación un proyecto de ley para atender este tema, que además busca resolver la situación de los “dreamers”, (inmigrantes) indocumentados traídos al país cuando eran niños.
“Podemos hacer cumplir nuestras leyes de inmigración sin separar a las familias. La administración dice que quiere que el Congreso actúe y lo estamos haciendo”, dijo, en alusión a reiterados pedidos de Trump de que se legislara al respecto.
Varias voces se alzaron contra esta política de Trump el miércoles, durante la celebración del Día Mundial de los Refugiados, entre ellas la del expresidente Barack Obama.
“¿Somos una nación que acepta la crueldad de arrancar a los niños de los brazos de sus padres, o somos una nación que valora a las familias y trabaja para mantenerlas unidas?”, se preguntó.
Por su parte, la primera ministra británica Theresa May, consideró “profundamente perturbadoras” las imágenes de “niños detenidos en lo que parecen ser jaulas”. Su par canadiense Justin Trudeau calificó como “inaceptable” esta política.
“La dignidad de una persona no depende de que sea ciudadano, migrante o refugiado. Salvar la vida de quien escapa de la guerra y de la miseria es un acto de humanidad”, recordó en un tuit el papa Francisco.
La dignidad de una persona no depende de que sea ciudadano, migrante o refugiado. Salvar la vida de quien escapa de la guerra y de la miseria es un acto de humanidad. #WithRefugees @M_RSeccion
— Papa Francisco (@Pontifex_es) June 20, 2018
La Unión Estadounidense de las Libertades Civiles (ACLU) deploró una crisis que atribuyó al propio Trump y generó “daños irreparables a miles de familias migrantes”. “Los niños no deben estar en la cárcel, ni siquiera con sus padres, bajo ninguna circunstancia”, afirmó, considerando que el decreto solo reemplazará una crisis por otra.
Trump no dijo cómo se reencontrarían con sus familias los más de 2.300 niños que ya fueron separados de ellas. El martes, un alto funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos admitió que no tienen un sistema establecido para hacerlo.
De marzo a mayo de este año, más de 50.000 personas han sido detenidas por cruzar ilegalmente la frontera de México. Aproximadamente el 15% de ellos llegan como familias, y el 8% como menores no acompañados.