Fernando Ortiz es un ebanista pensionado. Vive en El Carmen de Cartago y, desde hace siete años, por casualidad descubrió que fabricar cruces de Cuaresma le podía generar ingresos extra durante la época cercana a la Semana Santa.
Su hijo, quien vio una cruz en la casa de unos amigos, le pidió que le hiciera algo similar. Don Fernando la hizo y le quedó tan bien que decidió fabricar más para vender al domingo siguiente. En esa ocasión se trasladó cerca de Cot, en Oreamuno, para ofrecerlas a los turistas locales cuando regresaban de visitar el Volcán Irazú.
A la gente que pasaba le gustó su trabajo. Le fue muy bien con las ventas y, de ahí en adelante, antes del miércoles de Ceniza hace y vende cruces, aunque ya no tiene necesidad de alejarse de casa para ofrecerlas. “Ahora vienen hasta aquí, desde muchas partes del país, a comprármelas”, dijo.
Un kilómetro más hacia el sur, cerca del Mercado Municipal, las personas que caminan por allí los fines de semana también se topan con las pequeñas cruces que vende Édgar Alfonso Rozo. Él las ofrece a ¢2.000, ¢3.000 y ¢4.000.
A las cruces que fabrica Rozo -quien desde hace cinco años se dedica a esta actividad-, él les agrega una estampa de Cristo, la cinta morada y una pañoleta blanca para colocar a partir del domingo de Resurrección.
Pero la verdad es que en muchos hogares prefieren fabricar su propia cruz. En Los Ángeles de Pacayas, en Alvarado, la familia Varela Serrano usa la misma desde hace unos diez años, solo que en cada ocasión la decoran de diferente manera.
Las familias suelen fabricar las cruces de todos los tamaños, de toda clase de madera o de árboles frutales, principalmente de ramas secas de café, limón, aguacate, entre otros.
En algunos casos, además, le colocan plantas alrededor. Por ejemplo, Rodolfo Gómez Gúzmán y Yamileth Madrigal la rodean de jades, también conocidas como árbol del tesoro o de la abundancia. Ellos viven en Pueblo Nuevo de Cipreses, en Oreamuno, y desde la carretera se puede apreciar su pequeño altar.
Pero más allá del decorado o el tamaño, lo que destaca en todos los casos es el cuidado y empeño con el que se realizaron las cruces. Vistas de cerca o de largo, se nota el amor, la fe y todo lo que representan.