Solo la pandemia podía interrumpir la peregrinación hacia la Basílica de los Ángeles. Sin embargo, después de dos años de ausencia, la tradicional caminata regresó con mucha fuerza y fe este 2022.
Durante semanas, todos los caminos llevaron hasta Cartago. Tres millones y medio de personas habrían llegado hasta el Santuario Nacional durante los últimos días de julio y los primeros de agosto, de acuerdo información ofrecida por las autoridades religiosas, seguridad y salud.
El buen clima que prevaleció durante los últimos dos fines de semana (incluyendo el feriado de la Anexión del Partido de Nicoya, el 25 de julio) propició que miles adelantaran la visita a la Negrita.
Aquellas conmovedoras escenas en carretera, donde los peatones eran más que los vehículos, se quedaron cortas frente al impresionante el mar de gente que inundó la Vieja Metrópoli. Eran personas de todas partes del país, especialmente desde San José, quienes llenaron la ruta por la calle vieja de Tres Ríos.
Por la mañana, por la tarde, por la noche y de madrugada. La hora no importó: en todo momento hubo presencia de romeros quienes prestaron poca importancia a los kilómetros que llevaban recorridos con tal de llegar a la Basílica de los Ángeles.
La calle fue calle y no hubo distinción de ninguna clase. Desde bebés (a pesar del llamado para que no los llevaran), hasta adultos mayores. Mujeres, hombres, estudiantes, trabajadores, profesionales, laicos, religiosos... Al final, todos compartieron un mismo propósito: peregrinar y terminar frente a la Negrita.
Hubo quienes caminaron de forma individual, pero en su gran mayoría eran familias o grupos de amigos los que cumplieron muchos una promesa de fe, otros una determinación personal.
LEA MÁS: Promesas llegan desde diferentes caminos a la basílica, pero todas cargan la misma fe
La devoción tuvo una multitudinaria presencia. Hubo muchas personas que celebraron poder caminar nuevamente para llegar hasta el altar de la Patrona de Costa Rica a pedir milagros y ayudas, así como para agradecer por lo recibido en estos últimos tiempos.
Y si hacía falta algo para la visible reactivación de la economía, la oferta y demanda de productos y servicios fueron una realidad (con mayor notoriedad alrededor de la basílica): agua y comida, imprescindibles; servicios sanitarios, esenciales; transporte (buses, tren, taxis y demás) fundamentales. De allí en adelante, había todo lo que uno se pueda imaginar, como los infaltables artículos religiosos.
Fue así como después de dos años sin poder hacer el recorrido a pie, más de la mitad de habitantes de Costa Rica caminó de nuevo hasta el regazo de la Virgen María.
Este es un resumen gráfico de lo acontecido.