Hablar de David Letterman es hacer referencia a uno de los presentadores icónicos de la televisión estadounidense, gracias al estilo tan personal que imprimió durante sus 33 años de carrera, de los cuales dedicó a Late show with David Letterman, y otros 11 a Late night with David Letterman. Para él siempre se trató de ofrecerle un espacio al público en el que pudieran no solo entretenerse, sino también aprender, algo que solo fue posible gracias a su indiscutible ingenio como comediante.
Si existe alguien en el planeta que se ha ganado el derecho de hacer y decir lo que se le antoja sin tener que pedir permiso es, sin lugar a dudas, este hombre. Asumir tal responsabilidad significó no solo reconocer ante su enorme audiencia que le había sido infiel a su esposa, en el 2009, y con ello frustrar los planes de una persona que lo chantajeaba, sino también desarrollar la habilidad de que el televidente entendiera que algunas de las celebridades no eran más que “una ilusión hecha por el buen mercadeo”.
Para muestra, uno de los momentos inolvidables de Late show with David Letterman fue la participación de la socialité Paris Hilton, quien llegó al programa en el 2007 con el fin de promocionar una de sus primeras fragancias, luego de estar durante 45 días en la cárcel. Pasaron varias minutos antes de que la heredera del emporio hotelero se diera cuenta de que el presentador usó su ironía y sarcasmo para que ella hablara sobre su estancia en prisión y que el público comprendiera que nada es tan glamuroso como se ve.
Este hombre, de 72 años y que nació en la ciudad de Indianápolis, en Estados Unidos, no solo se convirtió en el favorito de millones de televidentes en todo el mundo por su hilarante humor o sus entrevistas sobre todo y nada, sino por la capacidad crítica de enseñarle al televidente el importante valor de risa en momentos difíciles.
Uno de los momentos que marcó su carrera fue la confirmación de una de sus filosofías de vida. Letterman fue el primer presentador de televisión que volvió a la pantalla chica tan solo seis días después del atentado de 11 de setiembre de 2001 en Nueva York, ciudad con la que él guarda una estrecha relación, pues fue su casa durante todos los años que lideró Late show with David Letterman.
“Les contaré las razones por las que estoy haciendo el show y las razones para regresar a trabajar. Si en gran medida eres parecido a mí, me estás viendo y te sientes confundido, deprimido, irritado, enojado y lleno de dolor, que no sabes cómo comportarte y no estás seguro de qué hacer, solo tienes que recordar algo que quizás no sabías antes y es fácil de entender: ahora puedes estar absolutamente seguro de que Nueva York es la mejor ciudad del mundo”, dijo esa noche, con una voz entrecortada y limpiando de su rostro algunas de sus lágrimas, en su discurso de más de ocho minutos.
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Esto le valió que medios como The New York Daily News definieran su regreso tras los atentados “como uno de los momentos más puros, honestos e importantes en la historia de la televisión”. Si hay algo que sabe hacer muy bien Letterman es reconocer el preciso instante en el que hay que dar el paso al frente y retomar las riendas de la vida.
La tercera es la vencida
Luego de tres años de haber tomado la decisión de retirarse, el comediante aceptó la propuesta de Netflix de tener su propio programa de entrevistas, mismo que le permitiera a sus seguidores conocer a profundidad invitados que son considerados como únicos e inigualables. Fue así como en enero de 2018 se estrenó la primera temporada de My Next Guest Needs No Introduction (No necesitan presentación con David Letterman), que fue encabezada por el exmandatario estadounidense Barack Obama.
La escogencia de este entrevistado no fue casualidad. Esta era la octava ocasión en la que ambos se sentaban juntos a conversar, pero en este caso tenía la particularidad de que los dos estaban a punto de cumplir un año retirados de sus últimos trabajos. Es por ello que su diálogo llano y lejos de pretensiones se centró en cómo transcurrieron sus vidas durante este tiempo, en el que Obama tuvo que lidiar con la partida de su hija Malia a la Universidad Harvard, mientras que el presentador decidió dejarse crecer la barba –la misma que hoy mantiene y que promete dejarse todo el tiempo que sea posible– y dedicarse completamente a su esposa Regina Lasko y su hijo Harry, de 15 años.
“Tuve un programa durante mucho tiempo, luego no tuve programa en mucho tiempo y no puedo explicarles lo genial que es salir de mi maldita casa. Uno nunca sabe cuándo aprenderá algo y, para mí, esto se trata de eso. Son personas que admiro. Por favor, denle la bienvenida a mi próximo invitado”, expresó el conductor en uno de los promocionales del programa de la plataforma de streaming.
Letterman es consciente de que una de sus mayores habilidades es que sus invitados dejen de lado las respuestas consideradas por algunos como “políticamente correctas” y que sean capaces de darle paso a la honestidad. Esto lo logra porque en las entrevistas que realiza frente a una reducida cantidad de público son contrastadas con las charlas que mantuvo con ellos en algunos de sus restaurantes favoritos, en la sala de sus casas y hasta en los vestidores.
Es así como George Clooney no solo habló de su trabajo humanitario, sino que sus padres tuvieron la oportunidad de presentar Hazim, un chico cuya familia fue víctima de terrorismo por parte de ISIS y que tenía el sueño de ir a estudiar a los Estados Unidos, por lo que le facilitaron poder hacerlo en la ciudad de Chicago. El presentador también acompañó a Malala Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014, en un recurrido por la Universidad de Oxford, que es su nuevo hogar, al mismo tiempo que reflexionaban sobre su misión en la vida.
Por su parte, el rapero y empresario Jay-Z hizo lo propio en su entrevista con el presentador, en la que habló con sinceridad sobre su pasado en las calles, sus problemas familiares y el racismo del que fue víctima. Este capítulo tuvo la particularidad que fue la primera ocasión en la que el músico y esposo de Beyoncé habló sobre cómo fue el momento en que su madre, Gloria Carter, decidió ser franca con él y le dijo que era homosexual.
“Que mi mamá tenga que vivir como alguien que no era, esconderse y proteger a sus hijos, no avergonzarlos todo este tiempo y que ella se haya sentado frente a mí y que me diga que ama a alguien. Lloré porque estaba muy feliz por ella, porque era libre. Yo ya lo sabía, pero esta era la primera vez que hablábamos de esto y la primera vez que la escuché decir que amaba a su pareja”, reveló el artista en el programa.
Lograr una convocatoria igual o más exitosa que la de la temporada uno fue lo que hizo que Letterman invitara Kanye West para la segunda edición, que se liberó el 31 de mayo de este año en el servicio digital. El músico conversó de lo complicado que ha sido aprender a sobrellevar su bipolaridad, además de que permitió, en exclusiva, el ingreso de las cámaras al servicio dominical que ofrece en su casa.
Otro de los momentos importantes de esta segunda temporada lo vivió junto a su colega Ellen DeGeneres, cuando la presentadora reveló que había sido agredida sexualmente por su padrastro a la edad de 15 años. Ella decidió hablar públicamente sobre el tema en el programa de Letterman, ya que sabía que él no solo se centraría en lo que sucedió, sino que buscaría compartir su mensaje a las mujeres que han sido víctimas de alguna agresión a que hablen y denuncien.
“Es una historia verdaderamente horrible y la única razón por la que voy a entrar en detalles es porque no quiero que ninguna chica deje que nadie le haga algo así”, expresó en la entrevista del show de Netflix.
David Letterman, quien tiene el récord del presentador nocturno de mayor duración en la historia de la televisión, con un total de 6.080 programas a su haber, ha aprendido que sus mejores momentos son los que hacen de su trabajo algo inolvidable para sus seguidores.
“He descubierto que lo único que te trae felicidad es hacer algo bueno por alguien que es incapaz de hacerlo por sí mismo”, dijo alguna vez en uno de sus monólogos.