Leon Logothetis es un hombre que ha viajado a más de 90 países. Ha vivido experincias que pueden ir de lo sublime a lo aterrador, como cuando decidió dormir sobre la arena de una playa costarricense en la que, en cualquier momento, un cocodrilo podría llegar hasta su saco de dormir.
Sin embargo, para este inglés existía una cuenta pendiente y se trataba de enfrentarse a una realidad que le incomodaba, pero que sabía que no podía evitar: convivir con la pobreza extrema, en un ambiente hostil. Y Costa Rica también le dio esa oportunidad.
De la forma más inesperada, el presentador de la serie The Kindness Diaries, disponible en Netflix, llegó hasta las puertas de la Asociación Obras del Espíritu Santo, donde junto al líder del proyecto, el padre Sergio Valverde, pudo conocer los rostros de cientos de personas que habitan en el precario Gracias a Dios, en el barrio Sagrada Familia. Allí, en medio de ventas de drogas, hombres fuertemente armados, personas en estado de desnutrición y un miedo latente que parecía seguirle los pasos, fue capaz de predicar con el ejemplo lo que para él es la bondad.
“Esa experiencia fue un choque de realidad. Ver cómo hay tanta pobreza en el lugar, que está rodeado de un ambiente realmente peligroso, te hace cuestionarte qué puedes hacer para que, aunque sea una de esas personas, se sienta menos sola y más valiosa. Eso es bondad y el padre Sergio es la representación de ello, por la forma en la que lo respetan y le permiten ingresar a estos lugares tan peligrosos, solo para que él cumpla su misión en la vida: ayudar a que los niños tengan acceso a la comida”, expresa Logothetis, en entrevista telefónica con Revista Dominical.
Luego de escuchar sus palabras, si alguien me preguntara quién sería mi ejemplo a seguir en cuanto a bondad, respondería, sin titubear, que Enriqueta González, mi abuela paterna. Ella, quien a lo largo de sus 74 años solo se dedicó a dar lo mejor de sí para ayudar a otros, familia, amigos y hasta desconocidos, es la más fiel representación de lo que para mí es este valor tan esencial en cualquier ser humano.
Justificar mi respuesta me tomaría muchísimo espacio, pero lo resumiré así: aunque falleció hace tres años, sigue haciendo que quienes tuvimos la dicha de conocerla, nos sintamos menos solos y más agradecidos.
Hablo sobre esto, luego de que Leon Logothetis, un hombre que ha dedicado casi 15 años de su vida ha recorrer el mundo en busca de personas bondadosas y amables, me preguntara qué era la bondad para mí. En cuestión de segundos, mi abuela apareció en mi memoria y, con ella, la respuesta. Entre risas, este hombre, que dejó su trabajo como agente bursátil en Londres en el 2005, me comentó que le parecía hermosa.
“Para mí, la bondad es eso, simplemente se trata de ayudar a que alguien se sienta menos solo y tú estás dándole una parte de ti para que sea realmente así. Cuando haces eso, eres amable y bondadoso”.
El tema llega a ser el centro de nuestra conversación, debido el estreno de la segunda temporada de la serie The Kindness Diaries, ya disponible en Netflix, y en la que nuevamente el presentador se plantea el reto de atravesar el mundo. Esta vez lo hace desde Alaska hasta Argentina, con una parada estratégica en Costa Rica, junto a Bondad Dos, un Volkswagen escarabajo modelo 1951, de color amarillo –su favorito– para confirmar su teoría: confiar en la amabilidad de los extraños, porque la gente de buen corazón es mayoría.
En medio de esta travesía, Leon no solo tenía que conocer la historia de cada una de estas personas, sino que debía llegar a su destino final sin recibir dinero de ninguno de ellos, por lo que la gasolina, el hospedaje, la alimentación y hasta la reparación del auto debía correr por cuenta de desconocidos que tuvieran la disposición de ayudarlo.
Suena descabellado, hasta para el propio Logothetis, pero a medida que avanzaba en los 19.312 kilómetros recorridos en tres meses y medio, el también presentador de televisión y motivador, sentía que había tomado la decisión correcta. Además, él mismo se encargaría de honrar, de alguna forma, a esos seres bondadosos que hacen la diferencia en la vida de otros.
“Quería que este viaje se centrara en América por distintas razones, especialmente, por el reto que implicaría cosas tan básicas como el idioma. ¿De qué forma podía explicarle a alguien que no sabe inglés lo que estaba haciendo y la ayuda que necesitaba? Siento que fue la mejor decisión que pude tomar”, explica.
En la primera temporada de la serie, que se emitió en el 2017 por BYUTV, Leon decidió emprender un viaje entre la ciudad de estadounidense de Los Ángeles, donde reside actualmente, hasta la India, solo que en esa ocasión la travesía le tomó un lapso de casi seis meses, y la hizo a bordo de una moto, inspirado en la película Diarios de motocicleta.
Para este hombre, de 44 años, su misión en la vida va mucho más allá de realizar estos viajes, ya que también ha escrito libros como Go Be Kind, The Mojo Diaries y Amazing Adventures of a Nobody, de este último también hizo un show de dos temporadas para NatGeo. Además, ha dictado charlas motivacionales en reconocidas empresas y organizaciones no gubernamentales en todo el mundo, con las que busca compartir su mensaje de que la bondad y la amabilidad son los principales motores de crecimiento, tanto profesional como personal.
Decisión de vida
Aunque fue hasta hace dos años que su trabajo con The Kindness Diaries se popularizó en plataformas streaming, el origen de esta iniciativa data del año 2013, cuando en una calle del bulevar de Hollywood, Logothetis se topó con un hombre que tenía escrito en un pedazo de cartón: “La amabilidad es una medicina”. Esa frase se convirtió en una especie de revelación, la cual decidió convertir en realidad.
Si bien, el camino recorrido en la segunda temporada de la serie fue realmente complicado, principalmente por los cambios de temperatura y los peligros a los que sabía que se exponía en cuestiones de su seguridad física, para el presentador el esfuerzo fue recompensado por las personas que conoció a lo largo del trayecto. Sin embargo, hubo varios momentos en los que dudó si seguir o no con el viaje.
“Por supuesto que hay momentos en los que te cuestionas si realmente es tan importante seguir el camino. Pero es en esos justos instantes en los que se aparecen esas personas que te confirman, una vez más, cada una de las razones que te llevaron a donde estás. En esta segunda temporada, uno de ellos fue el momento en el que debíamos hacer el recorrido por tierra hasta Costa Rica”, recuerda.
Precisamente, en la serie se puede observar a Leon en un dilema entre si debe seguir o no el viaje por México y Centroamérica, luego de que algunos lugareños de Tijuana le aseguraran que existía una posibilidad muy real de que fuera víctima de secuestro o de un asalto. Para él, la seguridad de los camarógrafos que lo acompañaban en el recorrido era lo más importante, por lo que no estaba dispuesto a asumir el riesgo.
Esto lo llevó a idear todo tipo de planes que le permitieran llegar hasta nuestro país, ya sea por avión, tren o barco, pero antes de hallar la mejor alternativa, decidió dar marcha atrás y volver a la ciudad de San Diego, Estados Unidos, en donde idearía un plan realista. Allí, luego de hospedarse con una pareja de maestros durante algunos días, logró que una aerolínea le regalara los tiquetes para él y su equipo, además de que también trasladarían a Bondad Dos, su vocho.
Tierra de gracia
Al llegar a Costa Rica, en abril del 2018, lo primero que hizo el motivador fue visitar el casco central de San José, para luego darse una vuelta por el Mercado Central e iniciar así con su búsqueda de comida y un lugar en el cual quedarse a dormir. Si algo le sorprendió a este hombre, más allá de la “magia y buena vibra” que percibía en ese momento por el Parque Central, fue ser testigo de la gran cantidad de habitantes de la calle de nuestra capital.
“Una de las cosas que más noté durante mi estancia en San José, era la pobreza que me rodeaba, ya que había muchas personas durmiendo en cartones sobre las calles. Sin embargo, en una de esas calles presencié mi primer acto de bondad en Costa Rica, cuando vi que un hombre llegaba a darles ropa”, comenta.
Esto lo hizo acercarse hasta esa persona que se desprendía de sus artículos personales para que otros no pasaran frío, al menos así es como él lo percibió. Tras una breve charla con ese hombre, llamado George, Leon seguía recibiendo esas “señales” que le hacían sentir que Costa Rica era realmente un país “pura vida”.
“La misma frase que tanto escuchas en tu país se convierte en una especie de mantra. Son pura vida, en todos los sentidos, no solo en la forma de ser con su amabilidad, sino que también lo son con la energía y la vibra que se respira en sus calles. Eso es algo que no logras explicar con palabras, sino con acciones. Las mías quedaron reflejadas en los abrazos que les di a quienes me topé en mi camino”, asegura el viajero inglés.
Uno de los contras en su propósito de hallar alimentación y hospedaje en San José es que Leon no habla español, por lo que en la entrevista con Revista Dominical recuerda que explicar lo que necesitaba, y que las personas lo comprendieran, resultó mucho más complicado que en otros países. Los pocos que lograban entenderlo, no estaban dispuestos a darle comida gratis u ofrecerle un espacio para dormir.
Cuando la esperanza parecía ya estar perdida, y caminando sin ningún rumbo fijo, llegó hasta las calles de la comunidad de Cristo Rey, luego de escuchar un coro de voces emocionadas que le llamó la atención. Fue en ese preciso instante que dio con las instalaciones de la Asociación Obras del Espíritu Santo, donde quedó deslumbrado por la cantidad de niños que se encontraban en el lugar.
“Descubrir que todos esos niños del vecindario eran pobres y que llegaban hasta este lugar fue algo muy conmovedor para mí. Además de la cantidad de voluntarios que son parte de este proyecto y que le regalan su bondad a estos niños, es algo que nunca había experimentado en mi vida. Esta es la misión de un solo hombre, que hace que otros, se sientan menos solos, y allí está la bondad: el padre Sergio”, expresa Leon.
Precisamente, el padre Sergio Valverde y Melina Solano, periodista de la asociación, recuerdan que la visita de Logothetis se dio en un día realmente atípico, en el que no solo recibieron al viajero sino que también llegó un grupo de japoneses y canadienses, quienes querían conocer la institución y presenciar su labor. Tras un recorrido por las instalaciones y una conversación con Logothetis, el sacerdote aceptó cumplir con una de sus peticiones: que lo llevara hasta uno de los precarios más cercanos para repartir comida.
Fue así como el sacerdote, junto a su equipo de trabajo, sirvieron de guía al presentador de televisión, hasta el precario Gracias a Dios, ubicado en el barrio Sagrada Familia. Allí, cada uno de ellos cumplió con la labor de entregar alimentos en distintos hogares, al mismo tiempo que Leon se sorprendía al ver cómo el cura era tan respetado y querido en uno de los lugares más peligrosos de San José.
“Recuerdo que le dije que tratara de ser lo más empático posible con estas personas que tanto lo necesitan. Él se sorprendía mucho al ver personas con armas largas o cómo vendían droga, pero que cuando nosotros pasábamos por allí, no se metían con nosotros, sino que más bien nos agradecían que les lleváramos alimentos a la mayor cantidad de familias que habitan en ese precario”, dice Valverde.
Sorpresa al corazón
Tras vivir esta experiencia, tanto Valverde como Logothetis conversaron sobre lo que significaba la bondad en la actualidad, y de cómo al ser puesta en práctica en todo el mundo, sería menor la oscuridad en la que se viviría. Ambos coincidieron en que era realmente un don el poder atender a más de 52.000 niños en todo el país, gracias a la ayuda y colaboración de empresas y voluntarios.
Lo que menos se imaginó el sacerdote es que su bondad sería reconocida, una vez más, solo que en esta oportunidad sería el presentador de televisión quien lo haría al darle el “regalo” de ayudarlo en la alimentación, durante un año, de todos los niños que forman parte del programa social.
Según comentó el padre, hasta el momento no se ha hecho efectiva la donación. Según le informaron hace un par de semanas, se está a la espera de que la Fundación CRUSA reciba el dinero que le será girado a las Obras del Espíritu Santo, y que será invertido en la compra de alimentos y en el pago de servicios que le son brindados a la institución que atiende a niños, mujeres y adultos mayores.
“Nunca nos imaginamos que ese hombre que entró un día cualquiera, sería capaz de darnos una donación tan importante como esta y que estuviera llevando nuestro mensaje a todas las personas que tienen la oportunidad de ver la serie. De hecho, eso fue lo que le pedí, que mostrara a todo aquél que conociera la labor que hacemos, para poder salvar y ayudar a más niños”, comenta.
Cuando se le pregunta al sacerdote si ha tenido la oportunidad de ver la serie, expresa entre risas que su teléfono solo tiene tres funciones: hacer y recibir llamadas, además de comunicarse por Whatsapp. Ante sus ojos llenos de lágrimas, le mostramos una parte del quinto episodio de The Kindness Diaries, en la que aparecen las primeras escenas de las Obras del Espíritu Santo.
“Vea qué bonitos los chiquitos, cómo se divirtieron con él jugando una mejenga. Ahora que veo esto, jamás me imaginé que esa persona que entró por esa puerta sin saber lo que aquí hacíamos, nos ayudaría a contarle al mundo esta labor que se hace en Costa Rica. Hasta este momento, en el que usted me está mostrando esto, pienso que Dios lo envió para que nuestro mensaje se multiplicara”, asegura Valverde.
Si en algo coinciden, tanto el padre como Logothetis, es que la bondad es un don que debe ser compartida con el mundo, especialmente con los que más la necesitan. Por la experiencia de ambos, son los que menos tienen los que más ayudan a los otros, pues desprenderse no les resulta complicado.
“A lo largo de mis viajes he sido testigo de que, el que menos tiene, es el que más rápido te tiende la mano cuando más lo necesitas. Eso lo viví en todo el tiempo que estuve en Costa Rica, quizás a muchos no les entendí lo que querían decirme porque me hablaban en español, pero lograron comunicarse conmigo por medio del idioma del corazón y eso es algo universal”, recuerda Leon.
Aguas de libertad
Para el presentador, la experiencia vivida en la comunidad de Cristo Rey le permitió renacer junto a la esperanza de los pequeños que son atendidos en esta asociación, ya que desde su perspectiva, el poder tener el gesto de ayudar a quien más lo necesita significa una transformación interna que nos hace mejores personas.
Y es que durante su estadía en suelo costarricense, Logothetis cumplió otro de sus anhelos con este viaje: el poder bañarse en una cálida playa del Pacífico. Es por ello que cuando la inmensidad de la costa de Jacó se abrió ante sus ojos, no dudó ni un instante en meterse en sus aguas con la ropa que llevaba puesta, ante la mirada atónita de quienes lo rodeaban.
Esta acción arrojó, de forma inesperada, la resolución de dos de sus tareas principales del día: encontrar hospedaje y alimentación. ¿Cómo lo logró? Luego de que un chico local llamado Hiro, quien lo vio meterse al mar con su ropa de vestir puesta, se acercara a él por curiosidad. Tras contarle el verdadero motivo detrás del viaje, su nuevo anfitrión también le organizó un recorrido en moto por el bosque lluvioso.
“Llegar a Jacó resultó realmente liberador para mí. Recuerdo que había pensado que, apenas viera el mar, me metería sin pensar en nada. Por dicha no fue así, porque las primeras aguas que vi estaban llenas de cocodrilos (haciendo referencia al río Tárcoles), pero lo que vi dos horas después de camino fue algo mágico. Siempre he pensado que el mar nos permite conectarnos con algo que va más allá de nosotros”, recuerda el presentador.
Con sus palabras, Leon deja claro que ese momento vivido en el océano Pacífico le ayudó a liberarse de toda esa carga física, psicológica y emocional con la que había cargado en las primeras semanas de viaje. Por eso, Costa Rica siempre quedará en su memoria personal como uno de los lugares en los que renació de muchas formas.
“Me preguntas si Costa Rica es un país de bondad y mi respuesta, sin dudarlo, es que sí. Para mí, la bondad es hacer que el que está solo, de alguna forma, se sienta menos solo. Yo me sentí acompañado y apoyado de muchas formas, porque fueron realmente serviciales en todo momento. Hicieron que el Leon que llegó al país fuera distinto al que se fue de allí. De eso se trata la bondad, de conectarnos con otros seres humanos, pero hacerlo de corazón”, explica.
Pasado inspirador
Detrás de cada acción siempre hay una razón que motiva su ejecución. En el caso de Logothetis no es distinto, ya que el instinto de conectarse con almas en todo el mundo, nació de la necesidad de comprobarse a sí mismo que son muchas más las personas buenas que aquellas que no lo son.
La razón de esto, es que cuando tenía 12 años fue víctima de bullying en su escuela, lo que lo hizo pasar por momentos complicados, cuyos detalles ha preferido reservarse, y que lo llevaron a dudar sobre la verdadera humanidad en las personas. Con mucho apoyo, y bajo esa premisa de ayudar a quienes han pasado por este tipo de situaciones, es que comienza a conectarse con otras culturas.
Uno de los capítulos más emotivos de esta segunda temporada The Kindness Diaries fue el de Ecuador, en el que Leon conoce a Rina, una mujer que ha dedicado toda su vida a rescatar perros que son abandonados en las calles. La conexión que logró establecer con la ecuatoriana fue más intensa de lo que él esperaba, principalmente, por la historia de vida de esta voluntaria.
“Cuando me senté con ella y conversamos sobre los motivos que la llevaron a dedicarse toda su vida a cuidar de estos perros, realmente quedé perplejo. Ella lo hace porque, cuando era pequeña, su madre los dejó con su padre, quien quiso regalarla a ella y a sus hermanos como si se fueran unos animales, a personas desconocidas. Escucharla decir eso fue realmente devastador, pero, a la vez, me demostró el coraje que habita en su alma, porque el amor que no recibió de niña, hoy lo entrega de forma incondicional a los perros”, comenta el presentador.
La bondad de Rina la llevó a recibir un regalo por parte de Leon, uno de los más especiales para él y al que decidió bautizar con el nombre de “el amor de Winnie”. Es así como se comprometió a salvar a cien perros, por lo que pagaría todo lo necesario para ayudar a mejorar la calidad de vida de estos animales que habitan en las calles de la ciudad ecuatoriana de Machala, Esa es tan solo una parte de su labor filantrópica que él mismo financia con su dinero.
“Cuando era pequeño, tenía un perro llamado Winston, quien me acompañó por 12 años y medio. Fue mi mejor amigo y me enseñó a amar, porque antes de que él llegara a mi vida, no sabía lo que era el amor, lo que era sentirse realmente amado y él lo hizo. Cuando Winnie murió, una parte de mi corazón murió con él”, explica Logothetis en el episodio, que será uno de los más memorables en su carrera.
A pesar de que ya ha pasado más de un año desde que realizó este viaje, el presentador ya está trabajando en la que será la tercera temporada de la serie. En esta oportunidad, la aventura iniciará en Escocia y finalizará en Singapur, pero más allá de eso, no ha revelado mayores detalles.
Lo cierto es que luego de recorrer más de 90 países, Leon Logothetis insiste en la necesidad de que los seres humanos sigan conectándose los unos a los otros más allá de sus costumbres y hacerlo con sus corazones. Según su experiencia, y las miles de historias que ha escuchado y hasta protagonizado, son más las vivencias que nos unen que las que nos separan.
Si se le pregunta cuáles cree que serían los primeros pasos a dar para ser más bondadosos en la vida, con su particular risa se apresura a responder que solo es necesario hacerlo con “pasos de bebé”, es decir, lo principal es abrirle el corazón a otro ser humano y hacerlo sentir que es realmente valioso en este mundo. Para él, simplemente se trata de pequeños gestos que permitan demostrarnos los unos a los otros lo importante que somos.
Después de conocer tantas culturas, compartir con personas que tienen distintas creencias y que han atravesado por situaciones inimaginables, Leon Logothetis está cada vez más convencido de que el amor, el puro e incondicional, es lo que nos une y nos hace a todos iguales.
“Si tuviera que decirte cuál es esa característica que nos vuelve iguales, que derriba cualquier frontera, tendría que decirte que es el amor, ese que queremos vivirlo en comunidad, que queremos vivirlo juntos y sin nada que lo condicione”, asegura.
No es casualidad que cuando se busca algún sinónimo de bondad aparezcan palabras como amabilidad, cordialidad y generosidad, pero todas ellas se unen en la más importante y en la que es capaz de ejecutarla con acciones: la humanidad.