Aun cuando no entrena, se imagina cayéndose y golpeándose. Divide sus días entre clases universitarias, tres horas de entrenamiento, tiempo de estudio y visitas adicionales al gimnasio. Así son las jornadas de Kalena Blanco Céspedes, primera mujer seleccionada para representar a Costa Rica en la categoría máster del Abierto Panamericano de Parkour.
Esos entrenamientos dejan todo tipo de heridas, ya que el hogar de este deporte es al aire libre. Se puede entrenar en cualquier lugar, como las gradas de un parque, un bosque o hasta un edificio abandonado. Lo único necesario es un buen par de zapatos, ropa cómoda y pasión por la adrenalina.
Sin embargo, en el campo profesional, como es el caso de Kalena, primero se practican los movimientos y las acrobacias en un espacio con equipo de seguridad; luego, se llevan a las calles. Siempre surgen golpes en el camino, porque el parkour se trata de impulsarse de la baranda de un pasamanos para aterrizar en un backflip (vuelta en el aire hacia atrás), subir paredes, caminar de manos, saltar de un muro a otro y hasta correr por los techos de las casas como si fueran una versión realista del Hombre Araña.
Así nace el parkour, un deporte que depende de la capacidad física y destreza de los llamados traceurs, quienes deben completar un recorrido sin ningún tipo de ayuda. También deben hacer su rutina de la manera más fluida posible, similar a si tuvieran que convencer al público de que las acrobacias son igual de fáciles que contar hasta tres.
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Perfeccionar las técnicas del parkour en el ámbito competitivo requiere de dedicación. Por eso, ella siempre se imagina practicando un mismo movimiento una y otra vez, sin importar que esté en su hogar descansando o a punto de brincar desde un bloque de dos metros de altura. Aunque solo lleva siete meses practicando este deporte, ha trabajado incansablemente para levantarse después de cada caída y poner en el alto la bandera del país.
Esta joven de 21 años dedica su vida a ejercitarse. En una entrevista con La Nación, contó que desde pequeña ha tenido una “personalidad hiperactiva”, le encanta hablar y siempre tiene mucha energía, por lo que encontró una manera para canalizar sus fuerzas en los deportes.
Sus primeros pasos como atleta los dio en la gimnasia competitiva. Creció en esta disciplina, que requiere de gran fuerza, flexibilidad y coordinación para conquistar las pruebas de suelo, salto, barras asimétricas y viga desde que tenía dos años.
Luego, cuando tenía 11 años, decidió que era hora de probar otros deportes. Buscó algo que le ofreciera estructura, y encontró el porrismo en una academia cercana a su hogar. La combinación del baile, las acrobacias y la destreza física para montar rutinas en competencias le abrió las puertas para competir dentro y fuera del país.
Para poder seguir entrenando, Blanco se convirtió en entrenadora de porrismo cuando apenas tenía 14 años. Esta responsabilidad la llevó a tener una adolescencia distinta a la de los demás, ya que su rutina diaria consistía en asistir al colegio y dar clases en la academia por las tardes.
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Tres años después, tomó la decisión de irse a vivir sola a Nosara, Guanacaste. Dejó las comodidades que conocía y llegó a un lugar desconocido para trabajar como recepcionista, niñera, cuidando animales y limpiando hogares.
El deporte también la encontró en esta provincia. Consiguió otro trabajo en un gimnasio, donde impartía clases de yoga, gimnasia, telas y danza aérea. Dos años después, quiso devolverse a su hogar en San José. Lo que no esperaba es que a la semana de reintegrarse en la capital le ofrecieran una oportunidad que le cambiaría su entorno por completo, otra vez.
Una academia de porrismo en Dinamarca la contactó para que viajara hasta allá y entrenara al equipo Copenhagen Cheerleaders, el club más grande en este ámbito en ese país. Sin pensarlo mucho, tomó la oferta y permaneció en tierras danesas por dos años. Tuvo tan buen desempeño que participó en el Mundial con la selección danesa de porrismo, además de que viajó por Europa en más de una ocasión para competir.
A causa del paso del tiempo y del choque cultural de vivir en otro país por tanto tiempo, la atleta se regresó a Costa Rica, esta vez a la Ciudad de las Flores (Heredia). Llegó apenas hace ocho meses, pero fue ahí donde encontró su pasión por el parkour.
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Cuando Kalena volvió a instalarse en el país, no sabía muy bien en qué enfocarse. Pasó de tener un trabajo y una rutina fija en Dinamarca a enfrentar cierta incertidumbre en Costa Rica, por lo que empezó a probar distintos deportes. Entonces, descubrió el parkour.
Primero lo vio como un pasatiempo, que le llamó la atención por su sueño de convertirse en una actriz doble de acción. Después, sus entrenadores notaron su talento y la motivaron para que se preparara para el Abierto Panamericano de Parkour, el cual se realizará del 15 al 16 de junio de 2024 en City Mall, Alajuela.
“Parkour me dio esa estructura, ese horario que ocupaba cuando estaba tan en el aire. Como tenía que cumplir con ciertas horas, me estaba dando ese sistema que quería”, expresó la seleccionada nacional.
A la vez, Kalena decidió iniciar una nueva etapa en su vida. Al estar rodeada de deportistas que enfrentan bloqueos mentales durante sus entrenamientos o que padecen nervios y ansiedad en los preparativos, se dispuso a estudiar psicología. Ahora, además de entrenar a diario de 12 a 3 p. m., cursa un bloque completo de la carrera en la universidad.
La persistencia y la destreza del parkour
Practicar parkour de cualquier manera es difícil, asegura Kalena. Todos los días entrenan su acondicionamiento físico para evitar lesiones y ensayan distintas técnicas de acrobacia para que, cuando las realicen en el exterior, eviten accidentes.
La frustración también juega un papel crucial para estos atletas, quienes pueden sentirse desilusionados cuando un movimiento no sale perfecto a la primera. Sin embargo, se recuerdan que, a pesar de los fracasos, siempre existe la posibilidad de levantarse, aprender y crecer.
“Lo esencial es que no se quede con ese sentimiento de que fallé y soy lo peor, sino más bien como reconocer qué puedo mejorar para que la siguiente vez sea más amena. No es fácil, pero hay que repetirse lo bueno para que no gane el miedo, porque sino se queda pensando en qué va a pasar si caigo así en concreto o si pego con un mueble”.
— Kalena Blanco
Los procesos de selección que determinaron a los costarricenses que competirán en el Abierto Panamericano de Parkour comenzaron en enero de este año, y se realizaron por medio de pruebas de fuerza, velocidad, condición física y acrobacias.
Durante los días del torneo, los seleccionados competirán en dos modalidades frente a 91 participantes de 10 países. La primera de ellas medirá la velocidad que tiene una persona para desplazarse de un punto A a un punto B a través de obstáculos. En esta prueba se incluyen puntos de control, donde se califica que no se salgan del carril, no toquen cierta zona o coloquen ambas manos en lugares específicos.
La segunda modalidad es el freestyle, una rutina que dura entre 25 y 45 segundos donde la acrobacia, la creatividad y la fluidez son clave. Los competidores deben integrar ciertos ejercicios como un mortal hacia adelante, otro hacia atrás y un giro lateral de 360 grados. Las reglas también son estrictas: no pueden dar más de dos pasos entre un elemento y otro, ni tampoco pueden dar un paso hacia atrás en los aterrizajes, ya que de lo contrario les restan puntos.
Al final del campeonato, se realiza la premiación de los deportistas, tanto hombres como mujeres, en las categorías de máster y junior (menores de 17 años) de cada modalidad.
Llevar el parkour hasta las redes sociales
Cuando todavía residía en Dinamarca en 2023, Kalena decidió abrir una cuenta en redes sociales bajo el nombre @flipthebucketlist. Debido a que estaba en un país con una cultura tan diferente, comenzó a notar que las mujeres a su alrededor parecían sentir cierto temor a expresarse. A pesar de ello, al observar cómo se desenvolvía la tica, le empezaron a agradecer por inspirarlas a ser ellas mismas.
“La idea detrás era poder inspirar a las mujeres a darse cuenta de que hay más, que son capaces de hacer absolutamente todo lo que se propongan. Que pueden viajar solas, que pueden hacer deportes y más. Entonces, era como darle visibilidad a la mujer”, agregó la deportista.
Otra de las cosas que compartía en sus redes eran los viajes que organizaba mientras estaba en Europa, ya fuera para asistir a una competencia en otro país o simplemente porque se aventuraba y tomaba un autobús nocturno para amanecer en un lugar nuevo por descubrir. Gracias a esto, ha logrado documentar su paso por 38 países.
Ahora, dentro de su comunidad de 57.000 seguidores en TikTok, ha recibido comentarios negativos y positivos, aunque los primeros le importan poco ya que considera que provienen de “personas que no toleran” su personalidad. Por otro lado, los comentarios positivos son mayoritarios y provienen de usuarios que se relacionan con ella y su trayectoria como atleta.
Kalena continuará entrenando y compartiendo el detrás de escena del parkour en redes sociales, ya que su propósito es conectar con personas, especialmente mujeres, que están iniciando en cualquier deporte, similar a como ella lo ha hecho a lo largo de su vida. Sobre esto, considera que hay una magia en ser principiante, debido a que existe la oportunidad de equivocarse y disfrutar del crecimiento.
El mensaje que tiene para compartir con sus seguidores es simple: prueben aquellas cosas que siempre han querido hacer, que no le tengan miedo y que sepan que “nadie nace aprendido”.
Esta joven reconoce que alcanzar el éxito puede ser difícil y puede haber vergüenza o miedo a fallar, pero lo importante es recordar que al final del día no estamos compitiendo contra nosotros mismos.